martes, 16 de septiembre de 2025

El Dolmen de Soto y Jesús Fernández Jurado.

 

                                                     


          

        Corría el año de 1981, cuando en primero de octubre, el Arqueólogo den Jesús Fernández Jurado declara en un diario provincial que, a partir del día de hoy, se puede visitar sin problema el citado Dolmen, dado que dentro de poco tiempo la Dirección General de Bellas Artes emprenderá su restauración.

   El Servicio de Arqueología del Instituto Onubense, dependiente de la Diputación Provincial, que comenzó a funcionar en este año en el mes de junio. Siendo responsable de esta sección el citado Jesús Fernández Jurado, arqueólogo de Huelva, que ha empezado sus trabajos en varios de los puntos de interés de nuestra provincia, como son ya el citado Dolmen de Soto, Almonte y en la propia capital de Huelva, aunque los proyectos son muchos, para lo que, a todas luces, es necesario ampliar el servicio.

    “Llevamos muy poco tiempo funcionando- nos comenta a este diario el arqueólogo titular, Jesús Fernández Jurado- y nos queda mucho que hacer porque Huelva, es una de las provincias más rica de toda España en resto arqueológicos. El problema es que aquí no tenemos arqueólogos que permanezcan todo el año trabajando, puesto que tienen más obligaciones fuera de Huelva. Concretamente, sólo, hay dos profesionales de la arqueología aquí, Mariano del Amo, director del Museo Provincial, y yo. El resto sólo trabajan por temporada, aunque poco a poco vamos abriéndonos y preparando los equipos necesarios para acometer las obras”

   En el Dolmen de Soto, la Diputación Provincial subvencionas las diferentes excavaciones que en época estival se organizan, pero sólo mantiene a una persona en su Servicio de Arqueología, la cual se encarga de organizar sus propios equipos de trabajo, que normalmente no cobran por su actividad.

   Una de las primeras obras que cometió Jesús Fernández Jurado fue el adecentamiento del Dolmen de Soto, fue con motivo de la visita que hizo a nuestra provincia el capitán general de la II Región Militar, Manuel Saavedra Palmeiro.

                                                       


            

   El dolmen está situado en el término municipal de Triguero, junto a la altura del punto medio del kilómetro 619 de la vieja carretera a Sevilla, donde hay una desviación que, por un camino de tierra, conduce al monumento megalítico. La visita al dolmen durante este invierno se hace poco posible dada la calidad a las malas condiciones que se encuentran el camino, y la basura que allí se había acumulado. Además, la finca donde está ubicada en una propiedad que es privada.

     “El Dolmen de Soto” es un monumento funerario que se conserva extraordinariamente bien- nos dice Jesús Fernández- que a pesar de sus tres mil años de vida. Se trata de una construcción de piedras verticales sobre las que se han colocados horizontales. Posteriormente fue recubierto con un túmulo de arena por lo que, de lejos, no es más que una pequeña colina.

 Allí los moradores de esta zona enterraban su gente a modo de panteón familiar, a pesar de que aquí hemos encontrados hasta ahora pocos enterramientos.

   “El monumento tiene unas dimensiones-continua- por tres y medio de ancho y la piedra de cierre pesa nada más y nada menos que veinte y una tonelada. Según hemos podidos calcular, los granitos del dolmen debieron de traerlo del campo de Escacena, y otros materiales de Niebla, lo que viene a demostrar las perfectas vías de comunicación de aquellos onubenses y su equilibrada vida social, que les hizo crear esos monumentos, comparables a cualquier catedral.

   El dolmen recibe su nombre de uno de los propietarios de la finca donde está enclavado, llamado Soto, que excavó la zona en 1923. Este avisó al alemán Obermaier que terminó los trabajos de excavación, publicando una memoria que aún hasta el día de hoy es utilizada por los expertos. Según ha podido saber el diario Odiel, en el Ayuntamiento de Trigueros existe un acta del año de 1823, donde ya se cita al “Cabecillo del Zacarrón” como límite de división de parcela de tierras. El Cabecillo no era otro que el dolmen y allí, según dice la leyenda, está enterrado un matemático musulmán, creador de las ecuaciones de segundo grado.

   El dolmen-dice Fernández Jurado- está en muy buen estado de conservación, hasta hace poco tiempo se encontraba lleno de suciedad. Nosotros lo limpiamos de cara a la vista que haría el Capitán General citado anteriormente. Ahora está perfectamente pulcro, y tiene una cancela protegiendo la entrada. Por ello, es perfectamente visitable, gracia a las facilidades de los dueños de la finca. Ahora lo que falta es arreglar el camino hasta la carretera, y darle la publicidad que necesita”.

    Según ha sabido este diario, el proyecto por parte de la Dirección General de Bellas Artes, que ha tomado la iniciativa en las labores de recuperación del citado dolmen, para disfrutar de todos los interesados; ya que todas las formas, cabe decir que en Huelva hay catalogados actualmente más de ochenta dólmenes, repartidos por toda la zona de la Sierra y el Andévalo. Concretamente, el Ministerio de Cultura ha encargado a Fernando Rimó que catalogue y haga una muestra de todos los existente en la provincia.

   Don Jesús Fernández Jurado, falleció el 23 de mayo de 2019, siendo un referente del mundo de la Arqueología, desde los años setenta del siglo pasado como funcionario de la Diputación de Huelva.

 José   García Díaz.

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