martes, 23 de septiembre de 2025

La Nueva Guerra con Portugal en 1700.

 
                                                                             


                                                                   

           En el grabado que exponemos arriba, es un original de un oficial de uniforme reglamentario de la Infantería de Sevilla, que venían como recluta a la villa de Niebla en 1770, para formarse como soldado al servicio del Duque. Pertenece a la colección del médico holandés HJ Winkhuizen.

     En la primavera del año de 1704, de nuevo la provincia de Huelva, se prepara nuevamente para otra guerra abierta, por donde el Condado de Niebla tiene concentrado un regimiento de 315 hombres bajo el mando del coronel Martín Boneo. Lo que pasó a ser la segunda guerra portuguesa comprendida entre los años de 1706 a 1709, donde se provocó los momentos de más tensión y peligro de esta guerra con los portugueses, donde se esperaba que fuese mayor y peor el enfrentamiento.

    Para terminar, enfriándose en el mes de octubre, en toda la provincia onubense, quedándose las fuerzas españolas solo manteniendo y vigilando la frontera, durante cinco años más para dejarla quedada finalizarla y olvidada esta guerra entre ambos vecinos países.

      Por lo cual se toma nuevas medidas, que afectaría a la frontera  portuguesa en la actual provincia de Huelva, por decreto de 27 de febrero de 1734, es la formación de nuevas levas y el acomodo de los soldados en las casas vecinas de las poblaciones donde se ubican,(del lugar de Bonares, no se ha encontrado documentación sobre este complejo asunto) debido a que la villa Niebla es considerada como “plaza de armas”, de aquí en este citado año de 1774, una de las doce de las compañías que forman el “Regimiento de caballería provincial de la costa de Andalucía”, llamado de “Quantiosos” contando con 600 caballos al mando del coronel Rafael Días,  los que serán trasladados a los Lugares del Condado de Niebla, para su marcha provisional con destino para Ayamonte.

  Sobre este Regimiento, la poca información que encontramos en A.M.N. es de suponer que dependían del entrenamiento que hacían sobre sus caballos, ya que estos militares clasificado como “cuantiosos” eran los que suponemos serían los que se movilizaban al toque de arrebatos, que se hacían por las torres almenaras desde la playa hasta Niebla, puesto que estaban formado, por comerciantes, labradores, ganaderos y algunos granujas que sabían que podían sacar algún beneficio de esta labor en su rapiña.

  Para hacer cumplir el decreto, el Ministerio de la Guerra, se nombró al Ingeniero Jefe Gerónimo Amici, quien en 1738 se encontraba en Sevilla, que después de efectuar un reconocimiento por los pueblos de Huelva. Donde informa al ministro, de la mala condiciones que vivían los soldados en Niebla, y de la mala distribución que tenía el regimiento en la provincia. (J.C. Hernández Núñez). Donde le se sugieren realizar en la mayor brevedad posible la construcción de un cuartel en Huelva y otro en Moguer, para complementar repartir las tropas alojadas en Niebla, pero no so se construyó, quedando solo los planos de los citados cuarteles en el Archivo de Simancas.

    En 1753, en el Archivo Municipal de Niebla, encontramos la orden para que se cumpla el repartimiento de ropas y armas para las milicias de los pueblos de la demarcación de Niebla, a propuesta de la Junta de Guerra de Sevilla, bajos las órdenes de Juan Fernández de Guzmán y Bazán.

     El día 20 de abril de 1773, el Coronel del Regimiento de Infantería de Sevilla don José de Avalos, se dirige a la Alcaldía de Niebla presidida por Juan Recio, pidiendo atención antes la próxima partida de recluta de esta citada Infantería para proceder a su formación como soldado, dentro de un periodo de tiempo de dos años,  por donde se veían obligados a utilizar de nuevos los uniformes portados y ocupados por sus anteriores soldados una vez licenciados, donde podemos creer que contaría con más de un remiendo.(A.Bonilla).

     Comenzando que para proceder  en su alojamiento de los citados reclutas, se deberán de alquilar y pagar las casas en Niebla dentro de una tasación formal dentro de su principal valor se le abonarán el importe establecido, igualmente se le provean a la tropa de camas, manta, leña o carbón, que según le corresponda  las Ordenanzas conforme a las Prevenciones, que manda que hacer esta Intendencia a todos los pueblos en el año pasado, recogiendo una relación mensual de todos los suministros firmada por el Comandante de la partida, y visada de la mano de la Justicia en cuyo documento se justifiquen todos los precios efectuados, para pasarlos a la tesorería de este Regimiento.

   Los Corregidores de esta villa, recogen las incomodidades que le supones esta desagradable labor, que la pobre y arruinada Niebla llevan manteniendo y soportando al Ejército del Duque, junto con sus pueblos bajo su jurisdicción, que son los que estaban obligados a mantenerlos, incluso a pesar de todo esto, las autoridades locales tienen tiempo de cursar una invitación para el Comandante, de una casa junto a la Iglesia de propiedad del vecino José Gómez, que tiene habitación y cuadra. (A.M.N.)

                                                         

        

                      Dentro de este Archivo Municipal, encontramos fuera de estas fechas citadas, como era un inventario municipal, reflejando calle por calle las casas que podían ser alquiladas para alojar las tropas durante tantos años en la sufrida Niebla.
    

   En 1774, es donde se puede encontrar referencia sobre la vida local y social de este pueblo de Bonares a través de la publicación de las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada.

  Por donde en Bonares encontramos que esta población sometida a un interrogatorio de 40 preguntas realizadas por el Cura Párroco local don Diego Garrido: Confirmando que estos lugares cuentan actualmente con casi mil trecientos habitantes, entre ellos 128 son pecheros pelantrines; luego braseros de labranza por cuenta de su señor 145, pobres de sol 13, eran  aquellos con dificultades para trabajar, ancianos y huérfanos, formando un grupo de jornaleros sobre 300 personas, pero lo mejor que teníamos era lo de mantener cinco curas parroquiales.

   Este singular lugar tiene 28 arrieros, más que el doble que poblaciones como Bollullos y la Palma juntas, hecho dado por muchos siglos hasta el día de hoy en el mundo del transporte. Teníamos un tratante de carne, otro de pescado junto con el dedicado al bagaje, dos traficantes como era de la sal, junto con el del vino y cereales.

   Fundiciones herrerías tres, carpintería y maderas dos, curtidores de pieles y cueros cuatro, tienda de vendedores de alimentos hay cuatro, un maestro alarife y otro elaborando cerámica casera.

   La ganadería la componían en aquellos años, eran 627 vacunos, caballos hay 11, más cuatro que se encuentra en el Batallón de Niebla, mulos y mulas hay 22, ovejas 1725, cabríos 408, burros de labores 416, cochinos 435, colmenas hay colocadas por los campos hay 776, que aportan todos juntos a la hacienda del Duque la suma de 23, 633 reales. Ya en este término se siembra 95 fanegas de tierra, que para ello cuenta con 26 bueyes para esta labor y 55 vacas para el transporte.

   Hay 20 fanegas para siembra de regadío en la 13 huerta, se cosecha anualmente 40 fanegas, quedando con la aportación 400 arrobas de frutas para el consumo local, más 150 fanegas para el sembrado de viñas.

  Trece años después en 1787, encontramos en Censo de Floridablanca, donde nos da que teníamos 343 jornaleros que viven de la agricultura, contando que en el Ejercito del Duque prestan servicio 28 militares entre soldados y oficiales.

 José García Díaz.

 

 

 

 

 

 

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