En Huelva el miércoles día 17 de febrero de
1940. En la circular número 39. De la Secretaría del Movimiento de fecha del 10
de octubre, del III Año Triunfal bajo los postulados de F.E.T. de las J.O.N. S.
Nuestra Revolución
Nacional, que abarca a todas las múltiples facetas de la Economía Nacional,
encaminada a dirigir y fomentar las fuentes de producción y consumo de riqueza
y a busca mayor rendimiento en la capacidad y fuerza productiva del suelo.
El servicio de la
Repoblación Forestal creado para realizar una tarea que tiene el calificativo
de histórica en esta provincia. Urge acabar con los páramos y determinados
paisajes esteparios, que no tienen razón de ser en nuestra Patria y que esclavizan
a algunos pueblos a vivir en la miseria, cuando en otro tiempo tuvieron mejor
destino y las tierras les fueron fértiles y en algunos casos productivas.
Este espíritu no es
otro que el de hacer realidad para un futuro inmediato a dicha consigna, ganándola
para España con el esfuerzo de sus hijos y la ayuda de Dios por medio de su
Revolución Nacional.
Lo que representa
una importante mejora económica en muchos pueblos de nuestra provincia, e igual
que en todo el resto de la Patria, abandonada en una gran parte de su
superficie a la acción devastadora de los elementos; empobrecida y en
calcinadas por la usencia reguladora y fertilizante de los árboles, se
emprenderá una campaña poderosa con la Repoblación Forestal.
Se movilizarán por
parte de todos los pueblos que se exige para este Servicio tendrá efectividad
porque así lo quiere y lo necesita la Patria. El fin de ella será identificar a
todos los españoles sin distensión de clases, en la magna tarea de establecer lazos
de unión por medio del trabajo, realizado en común y en hermandad; para
intensificar el poder colectivo de suelo, para sacarlo de la miseria y abandono
que yace en gran parte, mejorarlo y garantizarlo por medio de la Repoblación
Forestal. Se iniciará la reconstrucción, principalmente de nuestras haciendas
municipales, defendiendo las cosechas de nuestras vegas de los aterramientos
producidos por los más terribles que descienden de nuestras montañas desnudas;
se estimará el respeto al arbolado fermentando por la práctica la incorporación
a nuestro esfuerzo de buenos capataces de repoblación que acometan decididamente
la reconstrucción de nuestra gran riqueza forestal; se inculcará además con el ejercicio
de mando. La obediencia y disciplina a los principales de jerarquía entre los
militantes.
En la foto tenemos al señor don Gaspar de la Lamas, el Ingeniero Jefe de la Brigada del Patrimonio de Huelva. en el poblado del Abalario, en agosto de 1941.
Respecto a la
dirección y organización de los trabajos al Jefe Provincial del Movimiento con
su inspiración, ayudado por el restante personal técnico y del Servicio será
quién lleve a efecto este grandioso proyecto. Las plantas y semillas necesaria,
serán escogidas para el mayor éxito de los trabajos.
Se fijará el rendimiento
mínimo de trabajo. Se inspeccionará el desarrollo de los trabajos citados,
debiendo cada pueblo presentar memoria de los realizados de la presente
campaña.
El Jefe Provincial dispondrá
la movilización del número de afiliados de otros pueblos en los que no realicen,
o realizándose hubiera excedentes de aquellos, para que acudan en auxilio del
necesitado, porque así es el espíritu de la Falange y así lo exige el interés
de La Patria.
Los Jefes Locales
de acuerdo con los Representantes del
Distrito Forestal organizaron los trabajos con cuadrillas de doce a veinte,
nombrados lo necesario para el traslado del personal y transportes y materiales
si fuera preciso señalar, además las jornadas de trabajo organizarán las
conferencias que haya de darse y cuidaran, de modo especial de la disciplina de
todo lo referente a la asistencia, puntualidad y rendimiento del trabajo será
también el Jefe Local de cada pueblo quien señale la fecha de comienzo de los
trabajos y de interrupción de los mismos, sea por las faenas agrícolas, quien
en ningún caso deben ser entorpecidas, o bien las malas condiciones
climatológicas o de cualquier otra naturaleza.
Cuando presten los
servicios que se han expresado ya sean afiliados, voluntarios o asalariados,
quedará sometidos durante la realización de los trabajos a la disciplina de la
organización.
Ante la urgencia e
importancia de este Servicio no habrá distinción de terreno, siempre que en el
exija la economía de la Patria emprender en el la dicha repoblación forestal,
así lo mismo dará que sean terreno de propiedad particular como que pertenezca
a los pueblos, porque la riqueza de nuestra Revolución tiene un solo sentido
que responde al bienestar y prosperidad de la Patria.
Si los terrenos
fueran del pueblo la labor realizada quedará en beneficio del mismo. Si los
terrenos fueran de particulares se podrá utilizar también el Servicio
Obligatorio de la Repoblación Forestal para plantarlos. En este caso será preciso
que el propietario lo solicite del Jefe Provincial del Movimiento, ofreciendo
los terrenos y comprometiéndose abonar en metálico una cantidad que sea por lo
menos el treinta por ciento del importe en que fueran varios los propietarios en
igualdad de condiciones se aceptara la proposición que ofrezca abonar el mayor
tanto por ciento si bien reduciendo la superficie ofrecida a la que puede
plantarse teniendo en cuenta los medios que existan en la localidad.
Tiene el deber de
trabajar en este Servicio los afiliados de 17 a 50 años. Los comprendidos entre
los cuarenta y los cincuenta años podrán elegir entre trabajos para aportar los
medios necesarios para el transporte o satisfacer el importe de jornales
correspondientes en la localidad por día de trabajo sustituido.
Se procurará dar
ocupación a los afiliados según sus aptitudes físicas, en los cargos de obreros
y capataces, y en el caso de ser necesario todos los afiliados menores de 17
años prodigarán en la época oportuna de las plantaciones, los cuidados y riego
convenientes para la vida y desarrollo favorable de los árboles.
A la Ficha Nacional
de cada afiliado se adosará otra ficha del Servicio Obligatorio del Trabajo
Forestal, en la que se marcarán los días que han trabajado, anotando en la
Ficha Nacional las faltas o méritos especiales de cada afiliado. En tiempo
máximo que trabajará cada persona será el de cinco días, respetándose el
descanso de los domingos y días festivos.
Para la ejecución de
los trabajos se utilizarán las herramientas que existen disponible en los Centros
Forestales del Estado, completándose con las que presenta los afiliados.
La inversión de los
recursos económicos se hará de forma racional, de manera que las cantidades
recaudadas por sustitución de la prestación se invertirán en pagar los gastos
de los jornales y obreros que sean preciso emplear para completar los trabajos.
Las cantidades que estén obligados a abonar los dueños de finca particulares
que hayan sido repobladas por el Servicio serán destinadas a la repoblación
hecho a jornal en terrenos propios del pueblo o bien en Auxilio Social, pudiéndose
invertir cualquier otra clase de recurso económico que se pudiera habilitar o
percibir en el pueblo para tal fin, siempre que se tratasen de plantaciones efectuadas
en terreno de los mismos pueblos.