Sr.
Director del diario LA PROVINCIA.
Muy señor mío y distinguido amigo:
He leído con
extrañeza una noticia que apareció en el periódico de su digna dirección el día
28 del mes próximo pasado, en que el profesor alemán, Herr Adolfo Schultem, fue
el "primer excavador da la ciudad de Numancia". Y digo extrañeza,
porque en mi modesta biblioteca tengo una obra muy interesante sobre el
descubrimiento y la historia de Numancia, que dice entre otras cosas:
"No cabe
la menor duda que desde el año de de 1861 y 1867, es decir que desde la fecha
en que el profesor Saavedra y la Comisión española emprendieron los trabajos en
la cumbre del Cerro de la Muela, el solar en donde Numancia estaba fijado sin
vacilación alguna."
Ya desde el siglo
XVI hasta mediados del XIX Ambrosio de Morales, cronista de Felipe II, el Padre
Flores, el Fr. Francisco Méndez, los vecinos del pueblo de Garray Tomás Argote y Joaquín García, don Juan Bautista Erro,
Ceán Bermúdez, don Miguel Cortez López, y otros muchos, habían descubierto de
una manera evidente en la Colina de la Muela, los restos de la ciudad gloriosa.
Su emplazamiento
está mencionado en el itinerario de Antonino, coincidiendo perfectamente la
topografía del terreno con la descripciones de los historiadores romanos Aplano
y de Lucio Floro, tratando sobre la ciudad de Numancia. Y como no don Eduardo
Saavedra, presidente entonces de la Academia de la Historia, comprobó la
existencia de la vía descrita en el Itinerario y encontró hasta las piedras
milenarias que demostraban la exactitud de las distancias fijadas en el,
deduciendo con inflexible lógica, como se demostró después en la excavaciones,
que la gran ciudad heroica tuvo que estar en Garray porque en Garray coincidía
la situación que en el Itinerario se fijaba la ciudad de Numancia.
Sería sin duda por
algún error tipográfico por lo que el autor de dicho suelo nombraba al profesor
alemán como "el primer excavador de Numancia", pero merece la pena de
esclarecer el punto citado, porque ningún español ni cualquier extranjero
amante de España puede ver con gusto estos errores, conociendo la valiente
labor del de insigne Saavedra, además de la de otros sabios españoles de tanto
monta como lo son Ambrosio de Morales y Cean de Bermúdez, entre otros.
Yo, humilde
arqueóloga inglesa que debo a la ciencia española favores y amparo que nunca
podré debidamente agradecer, me atrevo a dirigir estas líneas a usted, señor
Director, seguro que este diario de "La Provincia" corregirá gustoso
el involuntario error que ha padecido.
Y por el acoso de
sus ilustrados lectores no conocen ya la interesante obra de don Santiago Gómez
Santacruz, permitirme indicar la referencia de su obra titulada "El Solar
Numantino", que fue publicado en el año de 1914, por la casa editorial
Impresora de la Revista de Archivo, Biblioteca y Museos, Olozaga, 1º en Madrid.
Elena M.
Whisaw.
(Directora de la Escuela Anglo Española de Arqueología.)
Niebla 4 de Marzo
de 1920.
Extraemos la carta
mencionada el 28 de Febrero.
Con motivo de
encontrarse entre nosotros este distinguido catedrático de historia Antigua de
la Universidad de Erlangen y distinguido arqueólogo, primer excavador de la
ciudad de Numancia y autor de innumerable obras de arqueología hispana, llegado
para comprobar algunos extremos de la "Ora Marítíma" del escritor
romano Rufo Aveno Avieno, nuestro distinguido don Eduardo Díaz y Franco de
Llanos a quien venía recomendado, le fue presentado a don José Albelda,
Ingeniero de la Junta de Obras del Puerto, y competente arqueólogo quien dio al
Sr. Schulten muy valiosos datos sobre referentes a nuestras costas tanto de la época antigua como de la moderna, con
la reconocida competencia que le dan sus contantes estudios en ellas,
invitándole también a una excursión a "La Rabida" en unión de los
señores don José Sánchez Mora, don Enrique Pérez y don Eduardo Díaz.
El objeto de la vista
al histórico monasterio era comprobar la existencia bajo la iglesia de una
cueva antehistórica que un famoso profesor de arqueología dice haber visitado,
y en ella vio una gran piedra negra, por lo que se supone pueda ser un templo
de la ciudad de "Eribi", citada por Avieno, como existente en
aquellos lugares durante la ocupación fenicia de Saltes.
Por razones que
no son del caso, hubo de dejarle sin comprobar este interesante extremo, y
agradecidos de la hospitalidad de los frailes franciscanos pasaron los
excursionista a la fábrica de salazones que frente al monasterio tiene don José
Tejero y en cuyos alrededores han encontrado una necrópolis romana compuesta de
buen número de sepulcros, de los que tan solo queda uno que se pueda estudiar,
debido a que los trabajadores echaron en el relleno cuanto ha ido saliendo en
cadáveres, losas sepulcrales, ánforas y demás utensilios que componían el
mobiliario fúnebre de los antiguos, dejando para otro día, por lo avanzado de
la hora, el estudio del sepulcro violado.
El día anterior
había ido el profesor Schulten con el señor Clauss a "Torre Arenilla"
descansando en Mazagón para encontrarse con la " Torre del Oro", en
busca de un antiguo brazo del Guadalquivir que según Avieno existió en aquellos
alrededores, sin temerle a la inclemencia del tiempo, acompañados con un fuerte
temporal de lluvia y viento, el fatigoso pisar de las movidas arenas durante
horas y horas, todo en pro de unos datos que ayude a levantar un poco el denso
velo que oculta a nuestros ojos la historia de de esta parte de la
"Turdeside", en aquellos lejanos tiempos de ocupación fenicia de Saltes,
cuando existía la famosa y olvidada ciudad de Tartesos, y el monarca ligur,
Argantonio, recibía sus delegaciones y ofrecía a su población terreno que
ocupar en masa, pensando en el refuerzo de aquellos hábiles guerreros para el
día en que se hiciera preciso oponerse por la fuerza a la codicia del
conquistador Cartaginés, cada día más exigentes.
El doctor Schulten
merece bien de los españoles por sus incansables estudios de la historia
antigua de la Península Ibérica, de que son buenas pruebas sus libros
"Numancia", "Hispania", "Viriato" etcétera, etc.
El segundo de los cuales traducido a nuestro idioma por el tan competente
arqueólogo don Pedro Bosch y Gimpera, catedrático de la Universidad de
Barcelona, acaba de publicarse en la ciudad condal, donde también un grupo de su admiradores del
profesor alemán recauda los doscientos mil marcos que costará la edición
alemana de los tres tomos que faltan que publicar de la obra
"Numancia", en cuya traducción española hay quien se ocupa ya,
diciendo que está terminada también y pronto al darse al público el libro sobre
"Viriato", en el que los
arqueólogos encontrarían datos importantes y hasta ahora ignorados de la vida y
campañas de aquel heroico lusitano que con un puñado de montañeses humilló
tantas veces los enemigos romanos.
El Dr. Schulten ha
marchado a visitar la ciudad de Mérida y pasar seguidamente para Madrid y
Barcelona donde tiene que dar algunas conferencias para regresar a Alemania , a
su cátedra y a sus incesantes escritos de historia antigua de España.
Mucho celebramos que
no sea esta la última visita del ilustrado sabio, y más aun el que no olvide
sus estudios, de nuestra olvidada "Onuba Estuaria", que escondida e
ignorada, yace sobre los frondosos campos de Huelva en espera de una mano amiga
que la descubra y cuente a los actuales onubenses, su historia, en decadencia y
su abandono.
José García Díaz.
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