Foto de Mariano Morales
Era
principio de Octubre del 1920. El Jueves día 7, cundo el vecino de este pueblo
Ramón Suarez Beltrán, de 36 años de edad, acompañado de una buena borrachera le
dio por meterse en la casa de su convecino José Romero Martín, y se dirigió a
lo que se conoce como el corral, donde se encontraba trabajando en la
preparación del lagar para la próxima campaña de la vendimia, el paisano Manuel
Galán Riquet apodado el "Tanito".
Sin mediar una
palabra el citado Beltrán sacó una navaja, provocando al "Tanito" no
tomando la iniciativa dijo aquello de "Tomar lo de Villadiego" y
salir a toda prisa del lugar.
Pero de nuevo
vuelve al mismo lugar, pero en esta
ocasión intenta agredir al hijo del "Tanito", cuando las voces de la
refriega alertaron a los vecinos, éstos se presentaron a toda prisa con la
pareja de la Guardia civil. Que ha puesto al agresor en mano de la justicia.
Al día siguiente en
la calle de Triana, conocida así por el pequeño puente que hay sobre el pasaje
del arroyo; un vecino que tomaba dirección de salir para el campo con 79 años
llamado Ceferino Domínguez Molín, fue herido por una pedrada en la cabeza por
el niño de 13 años Sebastián Martín Suarez, ocasionándole una herida
contundente en la región parietal derecha que le fue curada por el médico Cristóbal
Cano Capote.
El joven bárbaro
fue detenido y puesto en mano del Juzgado.
El día 21 Martes,
cuando el carrero Simón Fernández Moreno rompiendo el día marchaba con
mercancía con destino a la estación de Niebla, llegando al puente del arroyo del
Lagrá, las mulas que tiraban del carro se asustaron por la presencia de un
automóvil que se encontraba allí parado.
El carrero, antes
el temor de un vuelco, se hechó a tierra, con tan mala suerte, que unas de las
ruedas del carro le pasó por encima del cuerpo, causándole la factura de ambas
clavículas y el maxilar inferior con hemorragia en los dos oídos, acompañado de
fractura craneal, cuyo pronóstico es de muy grave.
Poco tiempo después
el día tan señalado como lo era el primero de Enero del año entrante cuando
amaneciendo el Domingo festivo un nuevo desgraciado accidente en la carretera
de Niebla a Bonares, siendo el resultado con graves lesiones un joven llamado
Juan Martín Romero.
Según las
informaciones el carro es de propiedad del industrial local don Ángel Camacho
Carrión, se encontraba en aquellos momentos conducido por el carrero Cristóbal
Vega.
Viajaban además con
ellos un hijo de este llamado José Vega de unos 12 años de edad, junto con un
compañero de la misma edad aproximadamente, llamado Juan Martín Romero.
Al llegar el
vehículo al sitio llamado "El Corchito" dio una fuerte sacudida al
pasar por un bache, lanzando del asiento que ocupaba el citado Juan Martín que
vino a caer debajo de unas de las ruedas, la cual pasó por encima del pecho de
la infeliz criatura.
El conductor del
carro regresó precipitadamente al pueblo, donde los médicos le aprestaron
asistencia facultativa, quedando el herido en su domicilio en grave estado.
El Juzgado
municipal hace las diligencias propias del caso para el esclarecimiento de los
hechos.
Poco
tiempo después el 29 de Marzo se publica una nueva noticia relacionada con este
pueblo, sobre un cruel asesinato.
Ocurrió antes de anoche sábado cuando
estuvieron bebiendo en varias tabernas locales, los vecinos Gaspar Martín
Camacho, de unos 60 años de edad junto con Isidoro Martín Vega, de 29 años.
Ambos recurrieron
todo el pueblo con la mayor armonía, sin que entre ellos se suscitase la menor
discusión ya que la amistad que los unía era estrecha y al parecer bastante
íntimas.
Pero cuando se
encontraba en uno de los establecimientos, situado en la calle Mesón, conocido
como la taberna del "El Pulio", sin que mediaran palabras entre
ambos. El citado Gaspar haciendo uso de una navaja de las llamadas de Albacete
por su gran tamaño, le infirió a traición una tremenda puñalada en la espalda
que hizo caer en tierra a su compañero de correrías.
Este intentó salir
en busca de auxilio cayendo de nuevo al suelo en la confluencia de las calles
Sevilla y Burgos y Mazo, donde quedó en medio de un gran charco de sangre.
Algunos vecinos
lo condujeron al domicilio del médico don Cristóbal Cano, el cual en unión de
su compañero de profesión don Francisco Muriel curaron al infeliz herido que
pasó más tarde a su domicilio en gravísimo estado, donde poco después encontró
la muerte.
La Guardia civil
detuvo al agresor en su domicilio que se encontraba comiendo con toda sangre
fría, y conducido a la cárcel donde se personó el Juzgado instruyendo las
diligencias de rigor.
José García Díaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario