viernes, 14 de febrero de 2025

Algunas notas sobre el año de 1883.

 

                                                                   


   Sobre las notas más curiosa ocurrida en este año, destacamos la ocurrida el día 2 de junio en Sesión Ordinaria por parte del Señor Alcalde don Mariano Suarez Martín. hizo saber a la Corporación el problema que tiene desde hace tiempo el reloj público de la villa situado en la torre de la Iglesia, creando cierto malestar en el vecindario por aquellas personas que necesitan saber el horario tanto de día cómo de noche, y aquellos que tienen que acudir a las labores del campo, como a otros asuntos particulares. Lo que se deja a buen criterio de la Corporación que se nombre una comisión para que gestione la venta del actual reloj, o bien que se cambie por otro abonándose la cantidad estipulada para la compra de uno nuevo.

    Mientras el día 9 de junio en Sesión Ordinaria por parte del Señor Alcalde don Mariano Suarez Martín, se hizo saber a la Corporación el problema que tiene desde hace tiempo el reloj público de la villa situado en la torre de la Iglesia, creando cierto malestar en el vecindario por aquellas personas que necesitan saber el horario tanto de día cómo de noche, y aquellos que tienen que acudir a las labores del campo, como a otros asuntos particulares. Lo que se deja a buen criterio de la Corporación que se nombre una comisión para que gestione la venta del actual reloj, o bien que se cambie por otro abonándose la cantidad estipulada para la compra de uno nuevo.

        El día 11 de junio en Sevilla, por mandato del Secretario del Gobierno Interino, don L. Francisco Ordoñez, se ha nombrado el Juez Municipal de esta villa por un período de un bienio al señor don Ildefonso Prieto Carrasco, y como fiscal municipal al señor Antonio Ruíz Contreras.

         Semanas después el viernes día 9 de octubre, sobre la una de la noche, (en víspera de estreno del nuevo reloj de la torre, contando de un presupuesto de unas 1.500 pesetas) se sintió en este pueblo un temblor de tierra de bastante intensidad. Hubo primero un ruido sordo, seguido de una ligera oscilación, semejante al ruido de un carruaje que está pasando a lo lejos; de hecho, muchos vecinos creyeron que era algún carro cargado de pajas, tan común en aquellos días de agosto. pero este efecto mencionado duró poco, porque enseguida aparecieron dos fuertes sacudidas, dejando claro, sin la menor duda que era un terremoto que duró unos tres segundos, que provocaron el moverse unas de las campanas de la Iglesia. Algunas gentes que se encontraban en las tabernas, por tratarse de una noche bochornosa de pleno veranos, salieron a toda prisa a la calle junto con otras muchas que se encontraban durmiendo.

        El día siguiente el día 10 del mes citado, se recoge el siguiente Acta Municipal:

   “ Siendo Sábado el día de hoy, y en la Sala Capitular del Ayuntamiento para celebrar sesión extraordinaria asistida por el  Señor Juez Municipal don Pablo Guzmán Pérez; el Fiscal don Fernando Coronel Coronel; el Cura párroco don José María Delgado Mendoza; don José María Carrasco Vega, don José Feria y don Julián Guzmán en representación de los mayores contribuyentes bajo la presidencia del Alcalde primero don Mariano Suarez Martín; en donde se hizo saber por parte del señor Presidente que se han informado a todas la Autoridades locales como a todos los vecinos, los accidentes que ha sido objeto nuestro Augusto Soberano don Alfonzo XII y en su persona en nombre de España por la turba del populacho pidiendo su dimisión a favor de la República, en donde esta Corporación denuncia tales acontecimientos”.

    “Acto continuo y después un acto patriótico con grandes vivas al Rey, se acordó por unanimidad que el señor Alcalde se dirija por oficio al señor Gobernador de la Provincia el señor don Salvador González Montero para hacerle constar la severa crítica sobre los insultos y ofensas que ha sucedido en algunas de las calles de esta villa. Así como los últimos acontecimientos ocurridos en Madrid.”

  El Secretario Emilio Avalos.  

      Todo éstos acontecimiento tuvo su origen en la madrugada del viernes día 11 de agosto de 1883, de parte del Gobierno Militar de la Provincia de Huelva. También en estos días, se comenta por el pueblo la grandiosa actitud tomada por los doctores Makay y el Coronel militar don García López, que tienen su consulta diaria en Huelva de 10 a 12 de la mañana. Teniendo el día jueves la consulta gratis para todos los pobres que lo necesiten.

                                                                 


  Bando Municipal, por parte de don Mariano Suarez Martín, Alcalde constitucional de este pueblo, y Presidente del Ayuntamiento de la misma.

   Hago saber, que la circular del señor Director General de la Beneficencia y Sanidad del 19 de este mes que rige, en cumplimiento de la Real orden de la propia fecha, marca reglas severas de inspección sobre la matanza y consumo de las carnes de los cerdos.

   El principal objeto de la circular tiene a precaver toda clase de peligros, en menoscabo de la salud pública, con la venta de los embutidos y las conservas que se fabrican con las indicadas carnes, sin guardar las prescripciones que tanto se recomiendan.

   Para responder a las aspiraciones de la Superioridad en un servicio tan importante, conforme junto con el Ayuntamiento, que ha acordado la observancia de las siguientes reglas.

  1º La matanza de los cerdos para el consumo público y para el particular, empezará el día primero de noviembre próximo, pero habrán de guardarse, indispensablemente, las formalidades y requisitos que a continuación se estampan.

    Se obtendrá permiso escrito condicional de la Secretaría Municipal. Este se presentará, sin falta, al inspector de carne el veterinario; y en tanto que el facultativo no examine la res viva y preste su conformidad, no se procederá al degüello por parte del matarife, ni a la venta sin que tenga lugar, prolijo reconocimiento, de las carnes.

    El inspector veterinario dará cuenta instantánea a la Alcaldía, siempre que las reses, o carnes reconocidas, no pueden presentarse a la venta, en cuyo caso, con las formalidades prevenidas, se procederá a nuevo reconocimiento, o se adoptará de plano, la resolución que corresponda.

    El inspector de carne dará cuenta diaria de los cerdos que han sido degollados, reconocidos y autorizada la venta de sus carnes. Estas noticias se cotejarán con el registro que lleva la Secretaría, en el cual se harán constar dichas noticias, cuyo empleado recogerá y devolverá a la misma oficina en comprobación de estar cumplidos los permisos provisionalmente librados.

   2º.  Sin cumplir los requisitos que anteriormente se indican, no podrá procederse al degüello de los cerdos ni a la venta de sus carnes. Todas las que sean aprehendidas con infracción de lo mandado se decomisarán, ya para inutilizarlas, en caso que no reúnan las legítimas condiciones de salubridad, ya para destinarlas a cubrir las necesidades de la beneficencia; y todo sin perjuicio de imponer y exigir, en el papel correspondiente, una multa que va de cinco a veinte pesetas.

  José García Díaz.

 

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