sábado, 30 de diciembre de 2017

Camino del Picacho.

                                                          
La zona del "Picacho" en 1969.


                                           Por M. Moya Alonso.

  Pasado Moguer el Viejo;                       Una casita muy blanca
el de las calles con yerba,                   Con una alta torreta.
oliendo a vino y azúcar                         en donde se eleva el faro
de las uvas de sus tierras.                     que, alumbra la entrada en
   El de Santas tradiciones,                      Huelva.
el de mujeres tan bellas,                                Y descendiendo hasta el mar,
llevando el alma en los ojos                        suavemente se penetra
                                                                         en una playa divina,
con somnolienta pereza;                            que el Estío nos alegra.
que , verlos de Juan Ramón,                            Es "Picacho" !El Picacho!
                                                                         con su natural belleza!
vida en tierra extraña dieran.                    sus pinos y sus eucaliptos
     El de la torre divina                                 de elegantes siluetas.
erguida sobre la Iglesia,                               Septiembre del 1937.
que las canallescas hordas
despiadadas, destruyeran.
     Pasado Moguer el viejo,
por la carretera nueva,
hacia Palos, el histórico,
nuestra impaciencia nos lleva.
    Palos, con su alegría;
sus calles y plazas viejas,
rotuladas con los nombres
de los que en exóticas tierras,
surcando veloz el mar
en veloces carabelas,
el Pendón, sacro, de España,
en sus entrañas pusieran.
    España dio vida a un mundo,
que ella sola descubriera;
la primera fue por mar
y por aire, la primera.
   Y después de recibir
una sonrisa festiva,
que nos dieron sus mujeres
con el alma puesta en ella.
    Siguiendo nuestro camino,
tornamos a nuestra carretera,
que nos llevará al Picacho....
final de nuestra carrera.
    Una carretera floja
con movedizas arenas,
donde los coches patinan
y no adelantan las ruedas.
    Una carretera larga.
con movedizas arenas,
donde los coches patinan
y no adelantan las ruedas.
    Una carretera larga,
a un lado y otro con huertas,
que nos brindan sus melones
y su ricas peras.
    Bordeada de eucaliptos
y de pinares, que llegan
en un avance atrevido
de sus copas corpulentas,
a formar bellos doseles
 en trozos de carretera.
     Y después de dejar atrás
muchas fanegas de tierra,
de los baldíos de Moguer,
que a muchos pobres sustentan.
     Una explanada muy maja,
pinos con bellas siluetas,
que en las sombras de la noche
cual fantasmas, amedrentan.
                               
                                                            

                                        Recorte original de un diario del año de 1968.
                                                               de mi archivo personal.

                                          Nota del Gobernador de civil.
                                             Del día 31 de julio de 1937.

     Aunque se trata de un caso aislado, estimo conveniente ponerlo en medio de la prensa.
   En la playa de Mazagón del término de Moguer existe un patrono, dueño de un buen número de barcas de pesca, que viene actuando tiránicamente en aquellos parajes, vendiendo comestibles a sus operarios a precios fabulosos, desoyendo las reclamaciones de los obreros españoles y portugueses que tiene a su servicio y encimas le paga a menos precio que el estipulado, imponiéndose violentamente a cuantos pretenden defenderse de sus abusos.
      Como primera determinación se le ha impuesto una multa de unas mil pesetas, ordenando enseguida al alcalde de Moguer tomar medida para  que abra urgente información para acreditar la infracción de estipulaciones de trabajo, y obligándole que si no modifica su conducta será entregado a la autoridad militar para que, previa incautación de sus bienes, les exija la responsabilidades penales en que haya incurrido.
  Es inconcebible que los que disfrutan de la paz de la retaguardia vivan de espaldas a la guerra. Por lo visto, esas gentes consideren la santa cruzada de liberación española, como una serie de operaciones guerreras para rescates del territorio. Y en su miopía espiritual no pueden ver, que cuando llegue la definitiva victoria habrá que implantarse una justicia serena, viril y cristiana, en la que los derechos de propiedad y de iniciativa seguirán respetados, pero garantizados también, por considerarlos como básicos, el derecho al salario vital y el derecho a los frutos del propio esfuerzo.
   Todos los que disfrutamos de la paz debemos residenciar a los que se acomoden a esa normas de justicias, sin las cuales serían imposible el resurgimiento social y económico de España.


   El Gobernador civil interino. F. Benavides.
   José García Díaz.

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