Notas de Niebla, por los años cincuenta.
Dentro del verano de 1956, esta ciudad recibe la visita del
Ministro de Educación Nacional el señor don Jesús Rubio y García Mina, en la
reunión celebrada en La Rábida con las alcaldes que han sido beneficiados por
la ayudas del Estado, que han servido para el arreglo y mejora de la calle de esta localidad, como ha sido
la pavimentación de plaza principal llamada de Santa María, así como las
vecinas, la conservación y restauración de sus murallas, declaradas monumento
nacional, y de gran gasto económico que van a suponer las citadas obras por
encontrarse su mayor parte en estado de ruina.
El ilustre personaje
estuvo acompañado por el director general de Enseñanza Primaria, el señor Tena
y Artigas; el Gobernador Civil, señor Valencia Remón, Obispo de la Diócesis,
doctor Cantero Cuadrado; el alcalde de Huelva, señor Segovia; presidente de la
Diputación señor López Márquez, inspector provincial de Primera Enseñanza don
Juvenal de Vega y otras personalidades.
El ministro estuvo
todo momento acompañado por el señor alcalde de la ciudad el señor Molina
García y el cura párroco señor Cumbreras, junto visitaron la iglesia parroquial
y la capilla del Señor de la Columna, en donde el cura explicó su antigüedad al
mismo tiempo la necesidad de mantenerlo cuidado.
Se visitó el grupo
escolar que se está construyendo y por falta de medios económico, no se han
podido terminar. Siguieron con la visita hasta la Puerta del Agua, en la que
hicieron algunas observaciones sobre la conservación de las murallas que forman
la ciudad, el ministro se interesó vivamente por todo lo que se refiere a los
monumentos históricos de Niebla. Haciendo el compromiso de hacer lo posible las
obras de conservación de las murallas.
Dado que es bueno
recordarle al ministro, que hace ya bastante tiempo que se aprobaron para la
conservación de los monumentos nacionales de Niebla, doce millones de pesetas,
sin que hasta la fecha se haya ofertado obra alguna, sería conveniente retomar
este asunto y pedir a las autoridades competente la obligación de conservar
estos monumentos.
Es doloroso y de gran
pena ver como se está destruyendo las murallas por las incidencias del tiempo y
la falta de conservación; porque si gente ilustrada dicen que la historia de
Niebla es muy bonita por no ser del todo cierta, cuando buscando en ella se
encuentran pasaje que hacen de esta historia no algo bonito, sino trágico, duro
y glorioso y heroico, que es y debe ser la belleza de todos los pueblos
españoles.
Si no es bonito
haberse empleado la pólvora por primera vez en su asedio; si no es bello
mantener un asedio constante y morir durante el mismo mil de defensores; si no
es heroico triunfar en este asedio cuantos los escasos habitantes estaban
famélico y ya vencidos, ¿Qué es bonito, bello y heroico en la historia de los
pueblos del mundo?
Pero meses después,
se realizará una de las deseadas obras para el municipio, en donde la “Ollita”
se incorpora al suministro de agua al pueblo.
Porque no se sabe a ciencia
cierta cuando fue construida la fuente llamada la “Ollita”, donde podemos creer
que debió entre los años de 1890 al 1900, según las diferentes opiniones
recogidas a los vecinos más viejo del pueblo. Ante de construirse había una
piedra grande, debajo de la cual salía el agua en gran cantidad. Cuando se
levantó esta quedó un hueco, reducido, de donde salía en borbotones varios manantiales
de fresca y riquísima. De Ahí proviene su nombre de “Ollita” pues al
contemplarse, daba la impresión de ser una enorme olla de agua hirviendo.
En aquellos tiempos,
era el alcalde de la villa, don Ramón Ortega Ramos, que fue el que ordenó la construcción
de los dos depósitos de ladrillos que durante más de medio siglo recogieron el
preciado y abundante líquido.
La “Ollita” está
enclavada en la margen izquierda del río Tinto, donde abundan manantiales y están
cerca del manantial llamado el “Charquito”, que se encontraba bajo el Puente
Romano y que parte de sus aguas servía a los depósitos de la RENFE. La
primitiva “Ollita” tenía tres tubos de dos pulgadas de grueso, por donde
constantemente afluía el agua en profusión, surtiéndose de la misma la casi
totalidad de la población.
En el año de 1926,
por el entonces alcalde don Diego Ramírez Cruzado, se intentó llevar el agua al
pueblo, a cuyo efecto, se comenzó a construir un depósito en la otra margen del
río Tinto. Ante la general sorpresa, se descubrió un manantial de agua potable,
desistiendo del abastecimiento de aguas desde la “Ollita”, ya que con ese
descubierto había cantidad suficiente para surtir al pueblo, como así ha venido
sucediendo hasta hace poco tiempo.
Al concederse por la
Diputación provincial la cantidad de noventa y siete mil quinientas pesetas
para el abastecimiento de aguas a la población, se ha recurrido a la “Ollita”,
llevándose por medio de tuberías debajo el río el agua del depósito de la otra
margen, desde donde hoy la surte la población con abundancia.
Se han realizado,
además obras de reconstrucción de la red de tuberías desde la Murallas hasta el
depósito central en el pueblo, se han emprendido las acometidas de la red por
las calles de Millán Astra y, Virgen del Pino, Hernando Monsalve y General
Primo de Rivera, para que de la misma pueda surtirse todos los vecinos de las
vecinas calles.
Otra nueva obra de
esta naturaleza está en proyecto de realizarse, confiando que el señor Molina,
que tanto interés se esta tomando por cuanto se mejora en la urbanización de
Niebla.
Días después ha
quedado inaugurada la fuente pública que se estaba construyendo, al final de la
calle del General Primo de Rivera, ha sido terminada, y contando con todas las
autoridades locales, numerosos vecinos, siendo bendecida por el cura párroco
don Manuel Cumbreras.
José García Díaz.