Cerca del año del
fallecimiento de los dos veteranos combatientes de la campaña cubana, salta una
noticia a nivel local, que como suelen pasar cuando se escucha campana y nadie
sabe a dónde, y es que motivado por la prensa huelvana que habían recogido
varios casos sobre los antiguos veteranos de la guerra de Cuba de diferentes
pueblos de la provincia, habían recibido recompensa económica por la
participación de la defensa del fuerte del Caney, antes la fuerza superior
Yanqui, haciendo esto hace más de cincuenta años atrás y que habían sido
eclipsada por el olvido por otra guerra como fue la “africana” que de nuevo
trajo luto y tristeza al pueblo de Bonares, para terminar con la desgraciada
desoladora “incivil” de hermanos contra
hermano como del año de 1936.
Unos de lo
sobreviviente de las Antillas que, en aquellos días, aún quedaba entre
nosotros, como era el abuelo de Jeromo Barriga Padilla el “Palomo ahogado”,
dijo por decir que uno de los dos fallecidos, habían estado de guarnición en el
Caney, pero no se atrevía afirmar quien era de los dos.
Y todo por varias
noticias publicada el 25 de enero de 1956 en el diario “Odiel”:
Va para cerca de un
año que tropezamos en la villa de Lepe con un héroe de la guerra de Cuba. Dejando
ver en su pecho colgada dos medallas formada por dos cruces en un fondo rojo,
pedía limosna todas las noches en la puerta de un cine. El hecho resultaba
insólito tenerlo como acompañante, el más simpático lobo de mar, nos referimos
cómo no al célebre. “Manoliyo Violín”, nos habló aquel buen hombre del calvario
que estaba pasando por las necesidades, motivando un reportaje, y su solución
también. Porque al cabo de poco tiempo, recibía una pensión cuyos atrasos
importaron una 65.000 peseta, toda una fortuna en aquellos años. Y ahora de
nuevo, nos hallamos antes un nuevo caso, es el veterano excombatiente de Cuba,
José Ezpeleta Carrasco, para cuya isla embarcó en 1895; un caso triste y
doloroso porque con sus 84 años ha de acogerse a la caridad generosa, de
quienes lo tratan en Calaña, su actual residencia. Allí vive con una hija de 50
años, soltera, imposibilitada para trabajar, Juana Ezpeleta Manovel y, ambos,
en su infortunio calvario, quedan esperanzado, que la tramitación final de sus
papeles, le devuelvan la alegría, nos mostró su hija los documentos que tenemos
en vista, papales que comprendía una densa hoja de servicios que fuera alistado
en 1891 hasta en 1903 recibiera la licencia absoluta, se queda con fe y confianza
puesta en Dios y en lo hombres que dirigen la Nación, para que consideren
resolver esta situación que poco tiempo fueron agraciado.
En Bonares, la familia de los difuntos meses
después, quisieron saber si quedaba algo de beneficio económico para ello, pero
sin ningún resultado satisfactorios, de hecho, tiraron todos los papeles uno, y
otro lo vendió a un bodeguero local para ajuste del tapón de corcho en los
bocoyes.
Sin embargo, un primo hermano del citado
anteriormente muerto en combate en la guerra de Cuba, el soldado Cristóbal
Barriga, tuvieron que esperar sus padres hasta el 28 de Julio de 1900 que a través
de La Gaceta Militar donde le cita que se ha concedido la pensión de guerra al
padre del mencionado soldado de este pueblo con una cantidad anual de 182
pesetas y 50 céntimos.
Los demás combatientes,
juntos con lo de las guerras africanas, nunca fueron olvidados por la caridad
de su familia y de las autoridades, con regalos de mantas y abrigos en
noviembre, y en días de Reyes, y durante hasta los años de 1968, se les repartían
semanalmente a los más desfavorecidos través de la Sección Femenina, leche de
cabra, carne en vales etc.
Pero la mejor noticia
venía del pueblo vecino de Niebla, recogida en el diario ABC de Sevilla en
septiembre de 1956, para verla hecha realidad ocho después.
Donde se comentaban
de la instalación de una fábrica de cemento Portland en nuestra ciudad.
Quedando la duda si sería en Algeciras, Jerez o Niebla.
Pero aquí donde se
resalta la gran labor desarrollada por el Director Jefe del Distrito Minero de
Sevilla, el ilustre Ingeniero bonariego el señor don Ildefonso Prieto Carrasco,
reclamado por don Francisco Franco para esta misión en el Palacio del Pardo y
aprobado en Consejo de Ministro su construcción.
En las pruebas
realizadas con las piedras a utilizar, han dado el mejor resultado las de
Niebla y la petición del sitio elegir ha sido hecha a favor del vecino pueblo
citado, cuya noticia ha causado una alegría extraordinaria, tanto por la
importancia que se supone para la ciudad una industria de esta naturaleza, como
sería la de combatir en parte el paro obrero, que, aunque sea pequeño, dado que
la Compañía de Río Tinto, lo tiene casi absorbido podrían quedar extinguido.
La fábrica será instalada
en principio frente a la estación de las Mallas, cuya ubicación en tal sitio,
necesariamente tendrá que obligar a la RENFE, a tirar un ramal de la línea
férrea para el servicio de esta importante industria. La producción diaria de
la fábrica será de ciento cincuenta mil kilos de cemento Porlán y su superficie
es la de seis mil metros cuadrados.
El procesamiento de
fabricación es el de la vía seca y horno vertical, siendo la maquinaria en su
mayor parte de fabricación nacional, excepto las partes vitales, como son lo
relativo a la trituración del cemento, que se estima, aproximadamente, en un
tercio del total de los elementos necesarios a emplear.
Se invertirá en su
construcción cuarenta y nueve millones de pesetas y con participación en esta
nueva industria, don Ramón Pont Cos y don Casto Serino González como accionista.
Los vecinos de Niebla
deben de encontrarse jubiloso, antes una nueva industria como la proyectada,
antes el nuevo rumbo que está tomando la economía española.
José García Díaz.
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