Siendo el sábado 10
de julio de 1876, se da comienzo un Pleno Extraordinario por el motivo de un Oficio de
la Comisión Provincial referente a las obras del ensanche el Cementerio de esta villa
en el Camino del Río.
Pero las obras que
están bajo el presupuesto formado por el arquitecto provincial no podrán
llevarse a cabo porque la Alcaldía sólo dispone de dos mil quinientas pesetas,
mientras que no tiene recursos para cubrir el presupuesto consiste en unas
cinco mil ochocientas setentas pesetas con diez y siete céntimos, es imposibles
su realización.
Quedando este caso
y teniendo presente la urgencia de la obra por su necesidad, el Ayuntamiento se
encuentran con el deseo de satisfacer el servicio de que se trata, se podría
contar con llevarla a cabo por la Administración en la completa confianza de
que se realizará con solidez contando con las condiciones un pueblo de poca
importancia, pero sin perder de vista la consideración y el respeto de sus
últimos moradores en su último descanso.
Porque además de
problema económico, no se pude tener las paredes de la fachada en malas
condiciones y tener que derribarlas, por los motivos que sobre ella causan
cuando hay un enterramiento a los cuales no podrán realizarse porque los dueños
de los nichos se oponen a esta labor, y porque en algunos se pueden ver
cadáveres que se encuentran en
condiciones deporable y de que el nicho se abra por la mitad por lo que perjudicaría a la
salud pública.
Quedando por
consiguiente a lo que se expone que el espesor de la pared dañada es de dos
tercias (0´76 m.) como fuese de tierra, podrá variarse una tercia y volverse a
encontrar con material de buena calidad y con los pilares que en el plano se
recomienda. En esta operación se garantiza gran economía por que no hay
necesidad de de reabrir de nuevo los cimientos porque basta conocer el espesor
del nuevo para convencerse de la solidez que tiene los citados cimientos
Como se ha dicho
se debe derribarse la pared por donde ha de ampliarse el cementerio dejando la
derecha del muro que ocupan varios enterramientos de nichos, y a la izquierda
otra igual porción para que no cause fealdad y cuya parte podrá ser ocupada con
nichos para que iguales con la que existe.
Mientras que el
material que proporciona el derribo de esa parte se invierta en la que debe
contraerse para ampliar el cementerio. Ya metido en esta construcción se
observará el régimen o decoración que marca el arquitecto, principalmente
respeto en la fachada. Y para la los presupuestos de los gastos se nombre una
comisión de varios individuos del Ayuntamiento, como son los vocales los señores don José Luís Coronel y don Ildefonso Feria en donde se les debe de abonar dos pesetas diarias para desarrollar su labor, teniendo cómo primera medida que acuerden mediante sugerencia dirigida
a los mayores contribuyente para que presten colaboración económica.
Que una vez que haya terminado las obras sea reconocida por el arquitecto provincial para que de aprecio de su solidez y demás condiciones; haciéndose cargo de la diferencia que ha de resultar entre el presupuesto y los gastos que se hagan. Y que no obstante las facultades de que se considere invertida por el Ayuntamiento para llevar a cabo una obra de tan grande necesidad, se le pida a la Comisión Provincial la autorización para que se ejecute en lo menos tiempo posibles.
Ocupando el sitio, donde antaño se encontraba el viejo cementerio.
Que una vez que haya terminado las obras sea reconocida por el arquitecto provincial para que de aprecio de su solidez y demás condiciones; haciéndose cargo de la diferencia que ha de resultar entre el presupuesto y los gastos que se hagan. Y que no obstante las facultades de que se considere invertida por el Ayuntamiento para llevar a cabo una obra de tan grande necesidad, se le pida a la Comisión Provincial la autorización para que se ejecute en lo menos tiempo posibles.
Le contesta la Comisión Provincial con fecha del día 21
de Julio de 1876, dentro del expediente instruido por parte del Ayuntamiento,
se acordó previo informe facultativos del Arquitecto, recomendarle la
construcción de uno nuevo. De nuevo le contesta el cabildo municipal ante la grabe situación en que se halla el cementerio contando con el escrito que les proporciona el nuevo médico local, nombrado hace poco tiempo por la Junta local de Sanidad, recayendo en recoger la vacante de Medicina y Cirugía al Licenciado don José Riviera Sans vecino de la ciudad de Cádiz.
Que además de tener la obligación de visitar dos veces diarias a los enfermos que están a su cuidado, puede hacer crítica sobre las necesidades sanitarias que padece el pueblo.
La nueva carta de oficio remitida por el Médico local, fue acompañada por varias denuncias presentada por varios vecinos locales, en donde la Comisión Provincial apreciando las nuevas razones expuestas, se vieron obligado a dirigirse al arquitecto provincial formulando el proyecto y el presupuesto de la obra necesaria.
Pero eso sí, tuvo que esperar este pueblo más de treinta años, para construir uno nuevo cuando ya hacía años el señor Alcalde tuvo el único panteón familiar en este viejo cementerio, que duró más de un siglo, siendo destruido para la construcción de la primera cooperativa agrícola de las fresas.
Que además de tener la obligación de visitar dos veces diarias a los enfermos que están a su cuidado, puede hacer crítica sobre las necesidades sanitarias que padece el pueblo.
La nueva carta de oficio remitida por el Médico local, fue acompañada por varias denuncias presentada por varios vecinos locales, en donde la Comisión Provincial apreciando las nuevas razones expuestas, se vieron obligado a dirigirse al arquitecto provincial formulando el proyecto y el presupuesto de la obra necesaria.
Pero eso sí, tuvo que esperar este pueblo más de treinta años, para construir uno nuevo cuando ya hacía años el señor Alcalde tuvo el único panteón familiar en este viejo cementerio, que duró más de un siglo, siendo destruido para la construcción de la primera cooperativa agrícola de las fresas.
En la curiosa y
histórica foto del trabajo del archivo privado Benjamín Coronel, nos muestras
los nichos empotrados de la "cripta" del "panteón del Patuo". Lo componía una gran labor de mampostería que
perduró casi más de un siglo, lo formaba un rectángulo situado en la esquina
derecha de la entrada del cementerio, contando con una anchura de 6´60 metros
por 9 de largo, situado a un metro del suelo para introducirse 3 metros en la
profundidad de la tierra, que ya en los años setenta del siglo pasado causaban
una macabra impresión visual, viéndonos obligado a levantar una puerta de
hierro forjada de elevado peso, de unos dos metros que hacia custodiar la
entrada a la cripta, esta disponía dos respiradero protegidos por el mismo
material de hierro.
La bajada la
cripta, se hacía mediante cinco escalones empotrado en la pared, para terminar
utilizando una escalera de madera, para el traslado del ataúd y para el
servicio del mantenimiento. Cómo se muestra en la foto citada, en ambas paredes
la componían tres hileras de nicho, por cuatro de anchos.
En el centro del
cementerio, había lo que fue la conocida como la "Cruz del
Camposanto", de viejo granito que descansaba en un roto pilar. La Cruz,
media derruida fue trasladada al cementerio nuevo.
Dos viejos cipreses
medio podridos por la inclemencia de los años, daba la bienvenida a los
curiosos que se acercaban a este cementerio, convertido en estercoleros por
vecinos, para la grandiosa labor de abonar los campos. En lo que tocaba la
puerta de entrada, era una lápida que encerraba unas misteriosa sepultura, ¿una
sepultura?. De un vecino bastante raro se podría decir, que en su última
voluntad pidió ser enterrado en la misma entrada. Era el señor Fernando Coronel Guzmán fallecido en el año de 1900.
Mantenía un curioso y extraño Epitafio, que pasó a la historia de la vida
local, tan rica, cómo es la que ha perdurado éste pueblo por los años pasados.
" A los que en vida no me pisaron, que
lo haga en mi muerte."