El día 20 de
enero de 1926.
Donde una lancha gasolinera, provocando varios
heridos, dos de ellos en estado muy grave. Próximamente sobre la una y cuarto
de la tarde, una lancha gasolinera de la marina de guerra M-3, se encontraba
embarcando gasolina, combustible con el cual alimenta su maquinaria.
Sin saberse de
momento las causas, se produjo una fuerte explosión, lo que provocó de
inmediato el incendio del buque.
Donde el fuego
adquirió grandes proporciones, donde se podía de observar desde lejos la
gravedad del accidente, en donde en los primeros momentos no fueron auxiliados
por los navíos que se encontraban en el puerto cerca de ellos, ni por los
miembros del cañonero surto en la ría en aquellos momentos el “Vasco Núñez de
Balboa” donde por motivo de principio militar debieran de haber tomado medidas
junto con los jefes oficiales de la Comandancia de Marina de esta Provincia, no
aportaron la menor ayuda.
La única medida que
se tomó, fue la ordenada por la autoridad de Marina, sobre la gasolinera M-3 fue
remolcada por el vapor “Rábida” propiedad de la Autoridad del Puerto, para
conducirla a la playa de Bacuta con el fin de evitar que el fuego se propagase
a otras embarcaciones.
Resultaron con
quemaduras muy grave el comandante de la citada lancha gasolinera, el alférez
de navío don Antonio Amusategui, que presentaba el hombre quemaduras en ambas
piernas, en los brazos y en la cabeza, mientras el fogonero Manuel Olaso, ha
quedado con quemaduras en todo el cuerpo que tuvo la desgracia de fallecer al
día siguiente; el primer maquinista don José Vázquez Morales, que presenta
quemaduras de segundo grado en el dorso de la nariz y ambas manos, con fuerte
contusiones en las rodilla de pronóstico reservado; el ayudante de máquina Juan
Rivero Ruíz, con contusiones en la dos rodillas pero presenta estado leve; y
los marineros Antonio Lozano, con quemaduras de primer grado en las rodilla,
situación leve; Joaquín Gutiérrez Láinez con quemaduras en el antebrazo, en las
dos manos y en la cara, menos grave y Antonio Abajara Ballestero, con
quemaduras en la mano derecha, leve.
Los heridos fueron
conducidos al cañonero “Vasco Núñez de Balboa”, en cuyo sitio fueron asistido
por el médico de la Casa de Socorro de esta capital, don Manuel Rofa.
Tan pronto corrió la
noticia por la población huelvana, se produjo una gran alarma, por creer que la
catástrofe había tenido mayores consecuencias. Por parte de la Comandancia de Marina,
se telegrafió seguidamente al Capitán General del Departamento, ministro de
Marina y Director General de Navegación dando cuenta del desgraciado accidente.
Estas lanchas M-3,
fueron adquiridas por la Compañía Arrendataria de Tabaco para el servicio de
vigilancia costera desde San Lucas hasta Ayamonte, tuvo una corta vida de
servicio que no duró más de cinco años en la Armada Española por su corto
rendimiento, bajo propulsión mediante gasolina la hacían muy rápida su travesía
marítima en aquellos años para intervenir en ataques puntuales, pero no acta
para seguir continuando su labor de vigilancia.
Tenía una eslora de
13,7 metro; por 2,6 de manga con un calado de o,8 metros; desplazando una 5
tonelada con un motor de gasolina de 250 HP capaz de conseguir una velocidad
máxima de 34,4 nudos; portando 2 a 4 ametralladoras
Lewis calibre 303.
La tripulación la
formaban los marinos en número citados anteriormente.
Archivo del Museo Naval
de Madrid.
José García Díaz.
Estimado José García:
ResponderEliminarMe gustaría preguntarle, para mi tesis doctoral, si tiene alguna información sobre las escuelas municipales que estuvieron en la ermita de San Sebastián y la escuela infantil "Sta. Mª Salomé" de las Dominicas que se instalaron allí posteriormente.
Mi correo-e: manuel.hermosin@dedu.uhu.es