¡!!! Más se perdió en Cuba ¡!!!.
Este viejo dicho,
que formó parte en el transcurrir de la vida local y en toda la vieja España,
sobre todo en Bonares era una solución para reconocer como disculpa por la
pérdida de algo querido y necesitado, que perduró hasta hace pocos años. La
isla de Cuba, que fue perdida sin duda antes de comenzar el conflicto por un
Gobierno en manos de la Masonería.
España que apoyó a las
Estados Unidos, para logra su independencia les dio emprestada la Florida por
un periodo de 300 años (Ya le quedas poco tiempo, y ahí voces que piden la
reubicación de nuevo a España, mediante autonomía acompañada del P.E.R como en
Andalucía) de cuyos puertos, Cayo Hueso y Tampa, salen los navíos cargado de
filibusteros mercenarios, para invadir la Cuba combatiendo a los españoles a
cambios de algunos pesos. Financiando esta revolución están los grandes
tabaqueros apoyado por multitud de banqueros, para destruir la industria cubana
en beneficio de la de ellos, explicando de esta manera el gran amor que les
tiene a la libertad y la democracia.
Si de primera hora
España se hubiera atrevido hacer remontar el río Hudson con una veintena de
acorazados las juntas cubanas no hubieran encontrado apoyo de los Estados
Unidos, ni de sus costas hubiera salido un solo fusil, ni un solo cartucho para
mantener la moral de los insurrectos en medio de los bosques, de los que salen
a combatir a nuestros soldados.
Qué razón tenía el
General Prim antes de haberlos asesinados y hubiese estado vivo, tanto como pidió
la venta de la isla Cuba como él quería, cuanta sangre se hubiese evitado de
los cien mil soldados allí enterrados, con un gasto al tesoro de dos mil
millones de pesetas, estando el país sobreviviendo a duras penas en la miseria.
No faltaron mitin
republicano por toda Huelva, sobre todo en el teatro Colón, pidiendo un
servicio militar obligatorio, para que no vayan solo los hijos de los pobres a
la guerra para morir en la manigua, por no tener los 6000 reales y disponer de
influencia, pues en este pueblo se ha visto reclutas dados por inútiles, por
tísicos y corto de vista, pero muy robustos gozando de muy buena salud acompañado
de excelente cartera.
Las cebollas de Bonares:
Los americanos
importaban las cebollas en pequeñas cantidades, como reza en escritura de este
pueblo. Pueblo que gracias a sus huertas mantuvo durante muchos años las
fruterías del Mercado del Carmen hasta bien entrado los años setenta del siglo
pasado. Pueblo que fuimos pioneros en mandar y poner en venta los higos chumbos
en Inglaterra, dado en aquellos años a la gran cantidad de chumberas que había
en la salida del pueblo.
Pueblo que abastecía
parte de la Cuenca Minera, los economatos de Río Tinto, la Cooperativa de Aguas
Teñida etc.
En Huelva, aran
conocidos los vendedores bonariegos, que iban casa por casa vendiendo rábanos y
acelgas, con más de una denuncia por parte de las autoridades, sobre todo el
célebre Blas el “Moyita”.
Los vapores
norteamericanos sacaron una sana costumbre de la marinería, comer las cebollas
dentro del viaje de regreso a las Américas, desde que empezaron con el
transporte de mineral, se documenta que, a los primeros días del año de 1864,
una fragata anglo-americana saliendo para la barra con rumbo al puerto de
Filadelfia, le entró un viento de Poniente que la varó hacia la entrada del
canal “Padre Santo” donde quedó completamente destrozada, dejando la allí la
carga del mineral.
Las cebollas de
Bonares, se encontraba en parte para su venta en un sitio privilegiado como era
la tienda comercial del bonariego Anastasio Borrero, (nombre más común en este
sagrado sitio que el paraje del “Corchito”)
se encontraba situada junto al puerto en
el muelle del Dique, cerca de la Vega Larga, tocando la fábrica de jabones. De
aquí salió, y de sana manera la compra de las cebollas por partes de los navíos
norteamericanos.
Pero como los
Yanquis tienen poco de tonto, y gozan de buen ojo para los negocios, además
importar los minerales y las cebollas les dieron también por la compra del jabón.
Y les dio muy buenos resultados, dado que el considerado como el “blanco” por
gozar de la mejor calidad, se vendía a 24 reales la @. Para que una ves en puerto
americano, llegase a costar casi el doble de su valor además de gozando de gran
estima por su calidad, que lo bautizaron con el nombre de “Jabones de Castilla”
dejando lo del nombre de Huelva, para mejor ocasión.
Hoy en Bonares no
hay huertos ni hortelanos ni pozo con agua para regarlo, pero seguimos siendo
más listo que el hambre como todos los españoles. Bastaba leer el diario de “Las
Provincias del Levante” del 26 de julio de 1898 extraemos lo siguiente: En
España cobran nóminas del Estado, de la Provincia o del municipio, más de
400,000 ciudadanos. Estas nóminas que las tiene que mantener el pobre
contribuyente, sufrido aparte de otras cargas abrumadoras. Tenemos más
empleados que los Estados unidos, que Rusia, que Inglaterra y de cualquier
potencia económica de primer orden y así seguimos.
Fuente: Del Diario
Comercial de Cádiz y de La Provincia.
José García Díaz.
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