Dado que somos un
pueblo muy propenso a olvidar a nuestros ilustres hijos locales, intentaremos
rescatar a unos de los más grande, culto y progresista que su historia le ha
dado ésta comunidad.
En pleno
enfrentamiento con el francés, en su Guerra de la Independencia. Surgía en esta
villa un verdadero "Curro Jiménez", que marchaba con su mula y trabuco colgado
al hombro; (trabuco y mula, está reconocido en los documentos encontrados en
los Archivos de la Catedral de Sevilla). Lo de la mula por un accidente que tuvo el ilustre cura,
pues el animal en un tropiezo le hizo caer de la montura para queda leciado de
las piernas, quedando su salud quebrantada por vida.
Mientras lo del
trabuco, resalta con testigo de los enfrentamientos contra los enemigos,
incluso cuerpo a cuerpo.
Los franceses, le
pusieron precio a su cabeza en 250 reales de vellón, para quien les diera
información de su paradero. Los ricos pudiente de este lugar, no lo querían,
contando además con la complicidad de sus vasallos, ( los quitas escupideras de
siempre,) como el cura Paredes lo hace constar.
Solo pudo vivir a duras penas, contando con la
cariad humana de algunos vecinos, que les ejercía como maestro escolar de sus
hijos como forma de agradecimiento.
Gozando de un alto
nivel cultural para la época que le tocó vivir, como se demuestras en su
correspondencia con el Gobierno de la Junta Central, de la cual extraemos lo
siguiente nota de carta respetando su rica caligrafía de época:
" Las libertades unidas de sus vecinos
y la sabia dirección en el Gobierno, por los que se han adquirido en todas las
Naciones el libre nombre de Juntas de Cortes, las mismas que las caracterizan constituyen
el alma grande que adorna su nación.
Esa misma es la que me ha animado en la
presente situación al pueblo de Bonares y al Condado de Niebla, en nombre de
todo su cabildo y pueblos. El Presbítero don Diego Paredes, para que con divida misión y confianza de mi respeto
de Padre la haga presente, la situación tan deplorable que en los días de
felicidad está próximo a experimentar.
Empecemos a manifestar los daños ocurridos
en esta miserable población y a sus vecinos, con acusado deber motivado por la
entrada del enemigo mismo.
Ello es, que por consideración estacional,
que se pidió a éste pueblo de su vecindario se dio de un mal, muchos de sus
numerosos. Justo calculándose libre unos 500 vecinos civiles, cuando
apenas trabajaron 400, con pobres y
demás, en cuya imposición por el gobierno francés, tales recargos la cuota
mensual de 12.700 reales de vellón, sin otra por una vez de 50. No perdonando
por eso el suministro de la columna volante, por el mayor tiempo palabreado en
este pueblo de vecindario.
Y sobre todo, el cupo que a la plaza de
Niebla, que más ocasiones se le abonaba también en metálico, con grano y
hombres para su trabajo.
Las
justicias con el mayor criterio, hizo con el reparto tanto en metálico, como en
grano se hizo la mejor distribución en
forma según las poblaciones de los habitantes y haciendo daño en este
territorio. Pero he de aquí de lo más doloroso cuando estos franceses empezaron
a sus cobros mensuales y suministro, los pobres no podían concurrir, porque
como suele decirse, al que no tiene para él, cómo vas a tener para otro, de eso
pude compararse la tercera parte del pueblo, y solo ascendían con sus
penalidades al trabajo y embargos que les ocasionaban. Estando por la clase
superior de los más pudientes; he aquí todo se volvía representaciones,
versiones y bromas, entorpeciéndose por ese camino, a otra justicia al cobro de
lo que las fuerzas le obligaban, haciendo tal indecencia que no de los
arrendados de este otro pueblo y residente en la ciudad de Sevilla, llamado
Vicente Sáiz como despecho a su solicitud; conocimiento perfecto para que se
deba tocarse a sus posiciones, ni se le entregasen ningún pago.
Otro Presbítero vecino y residente en otro
pueblo de Lucena, uno de los más pudiente de él, llamado don Bartolomé de
Cabrera, obtuvo derechos hereditario del Conde de Montales alusivos a los
mismos.
Alegoría, por parte de Napoleón, sobre el hambre que pasa los españoles.
En cuya virtud, otros muchos entorpecieron
con representaciones la concurrencia a otros paguen entre todos, por lo que a
más no poder los infelices, pues viéndose abrumados con una vida insoportable
obligados, y a quien Juan Labrados de media espera a estos. Si había que pagar
cuanto les embargaban más, por no dejar en descubierto el pago del cupo de una
y otra parte. En cuantos éstos mismos medios estuviesen al frente para
suministrar todo género de carnes que le recargaban en este pueblo, pues con
todo este dolor de mi corazón, lo expone entre todos los convecinos que a
proporción de tenerse más ganado y luego a saber claramente quedarse con 24 o
25 reses de toda labor, siendo su número más.
En cuanto a sus sementeras después de la
miseria con que el soberbio ocasionaba,
con toda la escasés tomó las tropas imperiales embazas cuando las nuestras al
mando del General Blake consejo en el año pasado de mil ochocientos once
quedaron con casi del todo desolados, viniendo por ese orden a concluir, que
los trabajadores medios tuvieron que sufrir todo este desastre; poner los
poderosos por evadirse de estas concurrencias
los tenían amenazados y sólo el infeliz medio labrador fue el perdido en todo
evento.
Pero señor la voz de la
humanidad suprimir el yugo insoportable de esos zánganos de la nación, pasando
con que esos mismos que por convencimiento o intriga particular con los Perfectos del mismo gobierno, conocieron no
se les tocase en lo suyo. en el día que han obtenido el propio mandato del
Gobernador político de la ciudad de Sevilla, para que se les reintegres de las
posiciones que tienen arrendadas las 3ª y 4º partes, que con debida proporción
estaba mandándole sufrimientos atendiendo a la escases tan sumamente dolorosa
contribuciones a los habitantes y suministros continuados de que estaban ajenos
sus propietarios.
Por esto me dirijo, al Supremo Consejo de
Castilla, que con menos motivo de escases, tuvo a bien en el año de 1804 expedí
la misma orden de que perdonaran las 3ª parte de las rentas que habían de
percibir sus propietarios.
Estamos con un Gobierno tirano como es el
Intruso, que solo aspira a la dirección de la Península y de sus moradores,
hubo a bien manera de usar 3ª y 4ª partes por no acabar con la agricultura que
es el modo de vida de estos vecinos de Bonares."
Esta carta, como
tantas otras, dirigida al Señor don Martín de Garay como Secretario General de
la Junta Suprema, pidiendo clemencia por la situación de hambruna y penalidades
en que se encontraba ese año este pueblo, motivado por los siniestros invasores
franceses, junto con los pudientes locales, que les reían las gracias de ellos
en su propios beneficio, mientras esclavizaban a los más pobres en la más
grande penurias.
El cura Diego
Paredes denunció esta conducta en numerosas ocasiones, incluso en sermones en
el púlpito, cuando el cura Carrasco titular se lo permitió, para nunca más
poder subir para dirigirse a los feligreses debido a la actitud de los ricos
locales, y más aun cuando el cura Diego hace crítica del servicio de sus hijas
como doncellas del Duque Aremberg, Remond y otros, mientras las hijas de los
pobres, eran castigadas prestando asistencia laboral al enemigo, terminando en
ocasiones con malos tratos y violaciones.
Motivo por donde
apuñalaron hasta la muerte un soldado francés, en la esquina se encuentra enfrente del Ayuntamiento, con
la casa de Agustín Velo. Donde se supone que el cadáver lo escondieron, en
hueco empotrado de la Iglesia parroquial.
José García
Díaz.
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