En el periódico republicano, el día 20 de Julio de 1885 "La Razón de Sevilla" defensor de
los intereses materiales, ciencia, artes y Universidades andaluzas dirigido
por el inteligente periodista sevillano
don Miguel Clemente. Se publica los martes, jueves y sábados. ( Pero tuvo la
desgracia de durar sólo varios meses). Se atrevió a denunciar en aquellos días
varios casos de contrabando, y publicar y denunciar de como uno de los jefe de la policía
de Huelva fue detenido y procesado por participar en el negocio de los billetes
falsos, y de investigar el contrabando en las abandonadas playas de Castilla.
" Los contrabandista de esta
provincia han determinado que ello obran en el teatro de sus "ilícitas" operaciones, sea esta vez en la
playa de Castilla, jurisdicción del vecino pueblo de Moguer. Se dice y
con insistencia, que hace unos días y por el punto denominado
"Masagón", de dicho término citado, se ha verificado un alijo de
bastante importancia, y que las cargas
han sido conducidas, una a la Sierra y otra a Moguer. Señalándose además una
particularidad, y es que el año pasado por igual época, se hizo otra cosa
parecida de igual manera. A nosotros la gente de la prensa, nos no importa para
nada lo del alijo, como apuntar los hechos para darle veracidad, sin que
respondamos de ellos, porque no estamos en el "intringulis" (intención de ocultar a un personaje conocido de
gran influencia del contrabando en estos parajes), solo nos queda el deber de
informar y a las autoridades corregir estos abusos escandalosos, pero si nos
importa, y mucho, mirar por la salud del prójimo y la nuestra, y no podemos ver
con calma, que nos metan de rositas el cólera que tanto daño está haciendo en
éstos días nos entren por las puertas, y por
el negocio de esos..... señores, se nos traigan días de luto. Ignoramos
los efectos alijados; dícese que tabacos ¿ pero, no pudieran ser también
mercancías de otras clases, y cuya circulación por venir de puntos infestado
estuvieran prohibida? hechos de esta naturaleza, se prestan a todo género de
sospechas, y lo mismo que se meten carga
de tabaco, pueden meterse de otros géneros. Se cometan también--y va de
dichos,-- que se entablen averiguaciones sobre el alijito.
¿Qué apostamos, a que resulta cierto
el hecho, no se encuentran las cargas? ! Buenos fumadores hay en esta
provincia, y buenos estómagos agradecidos. Son capaces de consumir en un dos
por tres, el tabaco que encierra el Peñon de Gilbraltar.
Nosotros los periodistas a pesar de todo, no queremos creer la cosa !!
es mucha nuestra fe, en la fiscalización
y vigilancia del Estado, en estos casos!
NOTA.-- Eso de que haya metida en el
ajo gente conservadora de viso o no viso no lo apuntamos siquiera porque es
mentira; la gente de la moralidad y del orden etc.etc. vamos a creer que puedan
estar metida en tales chanchullos!.
En la publicación siguiente, sigue
comentando el citado diario:
Cómo hemos comentado anteriormente, sobre el último contrabando en la
playa de Moguer, lo que más podemos temer es que en unos de ellos pasasen
algunos fardos contagiado con el cólera.
Porque es posible que nuestro temores
hayan hecho reír algunos lectores de este periódico, sobre todo los
contrabandistas; ¿ Que le importa a estos personajes infestar aun pueblo, si
consigo lleva ganancias?; pero que nuestros temores no son infundados, lo dicen
muy alto muchos hechos, y entre otros uno que no necesitamos ir a lejanas
tierra a buscarlo, porque es de casa nuestra.
¿Ya nadie se acuerda cómo se
introdujo la pandemia de cólera en Huelva en el año de 1854 produciendo cientos
de muertos?; pues bien, por un alijo de contrabando verificado por el sitio que
se conoce cómo las marismas del "Barrido de los Bueyes". En las misma
puertas de nuestra ciudad, cuyos hechos ha sido perfectamente comprobado. Los
primeros casos de cólera que hubo en aquella época en Huelva, fueron el barco
lanchero que transportó el contrabando, el carabinero situado de servicio de
vigilancia en aquel punto y dos individuos-- por cierto los dos eran
sordo--mudos, quizás elegidos con preferencia para que no pudieran cantar--que
fueron los que hicieron la descarga.
Se puede ver, pues, como con un
contrabando puede traer consigo el cólera; que se vean la autoridades como,
ellos siempre tienen la obligación de vigilar, para evitar los fraudes a la
Hacienda, hoy tiene la obligación de redoblar su vigilancia y vean como pesan
sobre ellas por este concepto, tremendas
responsabilidades.
Es verdaderamente escandaloso lo que
aquí pasa en materia de contrabando donde periódicamente se llevan a cabo en
estas playas y siempre con las mismas circunstancias.
Corre de boca en boca la noticia de
los alijos, se cuentan en todas las partes el cómo, cuanto y por donde; se dan
toda clase de pormenores, se citan como siempre nombre de ciertos señor, se dan
señas y detalles; la polvareda es algunas veces tan escandalosa que se forma
expediente y se toman declaraciones, pero las cargas del contrabando no
aparecen; se producen dos o tres cambios de personal de carabineros; a los
quince días no se habla ya del asunto y .... hasta otra."
No se comprende del todo bien la
vigilancia que se desarrolla en esta playa, cuando donde empieza el paraje
conocido como el "Picacho" dos años antes el 20 de Mayo de 1883, el
Delegado de Hacienda de esta Provincia don Francisco Pérez Echevarría,
participó con su visita a la nueva caseta de Carabineros, en el citado lugar,
para un número de servicio de cinco hombres.
Y en el otro extremo de la citada playa, tenemos la
casa- cuartel de carabineros de la "Torre del Oro", que se arregló en
Junio de 1881, con una cuadra con pajar a la espalda de cuartel, al mando de un
sargento, cabo, un auxiliar de telegrafía y nueve número de carabineros.
Está documentado, que uno de los proveedores
de mantenimiento de carbón y otras vituallas de este cuartel, era un tal Bartolomé
Beas , arriero y guarda jurado de la finca del " Avispero" al
servicio del Señor de Bonares, don José María Carrasco Vega "El
Patuo", quien contaba con más de veinte carretas dedicadas al transporte cualquier material a la Sierra y sobre todo a
las minas de Río Tinto.
En el A. H.P.H. encontramos que el
cuñado del "Patuo" don Mariano Suarez Martín, que en aquellos días
fue procesado cómo Alcalde sin resaltar el sumario, donde se podía sacar muchas
conclusiones.
José García Díaz.