Alarma en Huelva
El día 7 de
Mayo de 1898 en el diario de Huelva “La Provincia” y en pleno conflicto en la
Guerra De Cuba con los norteamericanos,
sale un bando por el cual se proclama el estado de sitio en Huelva y toda la
provincia. Firmado por el Gobernador civil don Jerónimo Montilla y Adán.
El mismo día y por
la tarde se declara el estado de guerra en la capital y provincia, tomando el
mando de la misma el Gobernador Militar don Eduardo Teijeiro.
Mientras en Bonares
el Ayuntamiento el primer problema que tenían, eran como acabar con la plaga de
langosta que nos estaba invadiendo y del problema de los viñedos; en la Rioja
la oruga que están cargándose parte de la cosecha y en San Lucas de Barrameda
la filoxera.
Como en nuestro
pueblo el poderoso señor de Bonares, José María Carrasco Vega “El Patuo”.
Suegro del señor alcalde don Ildefonso Prieto Carrasco, padre del abogado y
teniente alcalde Don Pascual Carrasco, concejal un sobrino y en la Diputación otro yerno diputado por el distrito de
Valverde, don Antonio Vizcaíno de Mora y compadre del mismísimo Almirante
Cervera, el mismo, que cuando un recluta de este pueblo, destacado en Cádiz
encontrándose a punto de embarcar para la Guerra de Cuba, lo absuelve con la
licencia y lo manda para su casa por un mero capricho de justificar su poder.
En Julio quedan
suspendidas todas las garantías que daba la constitución, lo que lleva anular
las libertades de expresión y reunión. Los periódicos callan y salen encima censurados por motivos de los comentarios y de las murmuraciones antes de la
amenazas de nuestro país, por parte de los Yanquis.
Se activa la
defensa de los puertos peninsulares, antes la sospecha que pueda venir pronto
las escuadra del Comodoro Watson antes de tiempo. Así como lleva recaudado en
las Islas Canarias en concepto de subscrición nacional 57 mil pesetas. A demás
la Diputación ha entregado 75 mil para la defensa de la Isla. Esta solaridad
económica involucró a casi toda España.
La situación es tan
agobiante por el motivo del miedo, que siguen llegando a Sevilla muchas
familias de Huelva, Cádiz y de otros puertos que están emigrando antes del
temor de la visita de la escuadra Yanqui.
Toda esta
situación de angustia y de mal ambiente lo creo el famoso Teddy
Roosevelt director del Departamento de la Armada Norteamericana cuatro
meses antes. Por la publicación que la extraemos del periódico “ El Progreso”¿ Para
liquidar en un rato la guerra de Cuba, propongo que una escuadra norteamericana
arrase Cádiz y Barcelona a cañonazo y en poco tiempo el problema corregido?
Diario “La
Provincia” del domingo 10 de julio de 1898.
Llegada a Huelva del
general Ochando: A las 9 de la mañana desembarco en el muelle de madera de este puerto el Capitán General de Andalucía,
Señor Ochando, que viene con el objeto de inspeccionar las costas y la entrada
del puerto para defenderla, antes las amenazas de la escuadra norteamericana.
Como la llegada
estaba anunciada para las cuatro de la mañana, desde esa hora estaba en el
muelle esperando al capitán general, toda la
oficialidad de esta plaza y bastante
publico
Al día siguiente
el General Ochando formula la ampliación de 2 baterías de costa, una en la
Rábida y otra en Punta Umbría.
“La Provincia” del jueves
14 de julio, llamada de atención en letras grandes destacada: ¿Ultima Hora? Se
confirma que la escuadra del comodoro Watson navega rumbo a la Península.
Al mismo tiempo
se espera para hoy la llegada de dos compañías de infantería para hoy o mañana
formada por 250 hombres, ya que se está preparando alojamiento en el cuartel de
la plaza de San Francisco.
También nos confirma hoy que los torpederos
españoles “Orión”, “Habana” y “Halcón”,
saldrá enseguida de la bahía de Faro con dirección a Ayamonte. Donde mantendrá
la vigilancia en la costa, hasta la Torre del Oro.
Otra noticia
importante ocurrida por estos días tuvo que ver, con el vecino pueblo de
Almonte, donde se amotinaron las mujeres
con algunos hombres, destruyendo las casetas de consumo y haciendo
temblar a las autoridades. Lo que provoco que el Gobernador Militar, mandara un
destacamento de 50 guardias civiles, donde reina ahora la máxima tranquilidad.
Hoy han llegado
por la mañana, las baterías para la defensa de nuestro puerto son cañones de 9 centímetros y se han colocado torpedos en la entrada de la Barra.
Se prepara cerca
de Niebla junto a la estación un almacén de complemento para uso exclusivo
militar.
Se trajeron 16 piezas del parque de Artillería
de Sevilla, se montaron cuatro en Punta Umbría con su equipo de carruaje otras
cuatros cerca de la Rábida, la demás repartida por la playa de Castilla.
Estas baterías
simples de tiro rápido, tenían la misión de impedir los desembarcos. Mientras
los morteros y los obuses de gran calibre destinados en el Picacho, utilizaban
el fuego curvo para batir las cubiertas
de los buques enemigos.
Los torpedos se
montaron en la batería flotante Nervión, que tenían como complemento las minas
submarinas, colocado en la entrada del canal Padre Santo.
“La Provincia”
Jueves 18 de Agosto. Esta noche llegaran procedentes de Jerez de la Frontera,
dos nuevas compañías de Infantería nº 10 perteneciente al regimiento de
Córdova, que viene de guarnición a nuestra capital.
“La Provincia”
26 de de 1898. ¡!!!
Alarma!!!
En la madrugada del sábado al Domingo últimos,
hubo un poco de alarma, motivada por la absurda idea que 14 buques yanquis
estaban extendido en línea de combate desde la barra de esta ría hasta la de
Ayamonte.
El hecho que motivo la alarma fue el
siguiente:
A las dos de la madrugada, el señor comandante
de Marina de este puerto recibió la noticia de que la barra, por medio del
teléfono, transmitía que catorce buques de guerra, algunos al parecer de gran
porte y de aspecto sospechoso, estaban anclado frente la barra.
Esta noticia no la transmitía el vigía de la
barra, hombre, según nos han asegurado, serio en sus funciones, si no uno de
los carabineros que prestan servicio en aquellas costas.
La
noticia se puso también en conocimiento de los gobernadores militar y civil,
del alcalde y de los oficiales del ejército, los cuales se fueron al muelle, a
ver si se confirmaba o se rectificaba.
Allí
permanecieron algún tiempo hasta que a eso de las cuatro de la mañana
transmitieron desde la barra que los misteriosos buques habían desaparecido.
Poco después
llegaba de aquel puerto un práctico, que explicaba el hecho de la siguiente
manera:
Como ahora está
prohibido que entren de noche buques en la ría, el vapor “Lafitte” que llegó a
la entrada de la barra a eso de las diez de la noche, se vio obligado a anclar
un poco más allá de ella las luces de dicho buque, en unión de las de otros
vapores de pesca que salen de Sanlúcar y se extiende por nuestras costas, dio
origen a que el carabinero, bajo su responsabilidad dio la noticia o imaginase
todo lo que quiera. Otros creían que los buques pertenecían a una escuadra
inglesa o francesa.
Inútil nos parece
decir que esto termino en un gran cachondeo, especialmente en los barrios de la
Merced y de S. Pedro, donde, como sabemos, llegó la noticia con gran rapidez,
ocurrieron escenas de chiste y chascarrillos.
En el mismo día
en el periódico sevillano “El Porvenir”
como el “Progreso” del día 26 de Julio de 1898, la misma noticia pero con
diferente orden de censura. :
Alarma en Huelva,
antes la amenaza de los norteamericanos.
“A noche circulo en
la ciudad un rumor alarmante, se decía que la escuadra yanqui se encontraba a
la vista en el puerto”. La ciudad onubense temblaba ante la posibilidad de que
aquello fuera cierto. Todo casi perfecto mientras los españoles se ocupaban en
esperar en las cercanías de Gibraltar, el desembarco definitivo sería por
Huelva. Tomada la ciudad las tropas se adelantarían hacia Sevilla. Un plan perfecto para coger fuera de sitio a las
fuerzas españolas.
La noticia había
corrido por las calles de la capital y luego se había expandido por los lugares
colombinos: Moguer, San Juan del Puerto, Palos de la Frontera,….Entre las nueve y la diez de la noche se telegrafió del
cuartel de carabineros de Mazagon a las autoridades de la comandancia de marina
que delante de ellos había anclado catorce buques de guerra de nacionalidad
desconocida. “El Gobernador militar, de acuerdo con el comandante de marina
dispuso que todas las fuerzas, tanto de mar como de tierra se pusieran sobre
armas (……) a la vez se ordenaba a todo lo buques surto en el puerto que se
obtuvieran de salir (…….). A la seis de
la madrugada se recibió un telefonema de Mazagon, diciendo que los barcos
habían salido con rumbo desconocido”. Solo bastante después se supo de lo
irracional del miedo que se había embargado, desde los mandos a los civiles.
Los referidos buques nada tenían que ver con la esperada escuadra
norteamericana. Pertenecían a la marina francesa que se dirigía de maniobra a
África. Noticia confirmada a los reporteros de estos dos periódicos por el
cónsul francés en Huelva, antes la grave situación que había tomado esta
noticia y el revuelo que había formado en toda la provincia.
(Buques de guerra de la
escuadra francesa
(El cónsul francés de Huelva)
La noticia llego
descompleta a Bonares a través del tren correo de Huelva a Sevilla, que tenía
la hora de llegada a la estación de Niebla a las 6` 15 de la mañana, y de la
mano de Angelillo “El Cojoverea”, el que todos los días marchando con su mulo
portando su angarilla a recoger el servicio postal y algunos encargos más que
otros, ya que ejercía como funcionario adoptivo y cosario a la vez, contando
con la bendición del “Patuo”.
De vuelta para
el pueblo “El Cojoverea”, hacia la primera parada en la cuesta de la venta, es
decir la venta de Isidro Romero “El Manco” donde se supone, que se estrenó el
comentario belicoso, que provocó tanto revuelo local.
Días
después el periódico liberal “El Porvenir” del 28 de Julio decía lo siguientes.
De cómo Berlín, Francia, Italia, Austria, Rusia y Alemania estaban dispuesto a
protestar frente a los Estados Unidos del propósito de su comodoro Watson de
bombardear las plazas españolas.
El recuerdo de la
guerra de Cuba solo perdura en lo mayores, que vieron como sus abuelos
participaron en ellas.
Pero si que tenemos
por escrito unas poesías, de aquella época, de cómo nuestra Patrona Santa María
Salome, protegió a nuestros soldados en los duros combates allá por las
Antillas y veces más que otras, es recitadas por alguna devota.
Mientras el cancionero
popular tan ricos de aquellos años, se olvidaron; esta coplilla se cantaba
mucho en las bodegas locales:
Le
devolvieron al hijo
Cojo,
manco, sordo y tuerto
Y lo
auxiliaron con unas
Cuantas
docenas de pesos:
Vamos,
la mitad de carne
Y la
mitad de dinero.
¡Ni una
cruz hay en sus pechos,
Ni un
galón en sus brazos!
Vienen
pálido, desechos
Y
rotos a machetazos.
José García Díaz.
Pepe el Carnicero.
Bonares 2 de Junio del 2015.