martes, 8 de septiembre de 2015

¿La nueva quimera del oro de Niebla?

                                                                                     


   Expediente remitido por el Ingeniero Jefe de la Junta Provincial de Minas de Huelva, al boletín del Instituto Geológico y  Minero de España.

    Lo forman tres folios mecanografiado con complemento de un plano topográfico minero de la población de Niebla. (A.H.N. asigna. H.34. Bco.)

                 Huelva a 15 de Febrero de 1932.

                          Asunto interesante.
    A la salida del río Tinto de la zona montuosa y agua abajo de la estación de Gadea, del ferrocarril de Río Tinto, existen unos aluviones que merecen estudiarse, por ser los primeros depósitos  sedimentarios del citado río, que es probable que haya arrastrado y arrastre en la actualidad, partículas auríferas procedentes de los afloramientos de las masas  de Río Tinto y de los innumerables filoncillos de cuarzo existentes en gran parte de su cuenca, que aunque en débiles proporciones, acusan el metal precioso.
    Se observa un aluvión bajo y otros en los flancos, en forma de terrazas a veces unidos y todos de clase denominada “aluviones antiguos de los valles”, de la época Diluvial y Post diluvial y se extienden con algunas soluciones de continuidad, por todo el valle abajo, presentándose con mayor extensión, pasado la ciudad de Niebla.
   Proceden las terrazas de un periodo posterior al aluvión primitivo, que arrastró gran parte de este, fenómeno que se repite varias veces aguas abajo de Niebla y es posible que coincidiera estos fenómenos, con la rotura del dique  natural formado en lo que hoy es una gran escotadura, formada por el río en el citado punto, probable cascada o brusco en época prehistóricas.
  Siguiendo este orden de apreciaciones, y supuesto, que el valle del citado río estaba iniciado en época anterior al Diluvial, como lo prueba el gran seno formado por estos sedimentos, coincidente con el centro del mismo, puede asimilarse su parte central, aun  gran  sílice natural, donde ha podido concentrarse las partículas auríferas, en una  doble acción isodrómica, producido por los dos arrastres sufrido el aluvión, con más razón, en el resto del aluvión primero, donde siguiendo la ley de las equivalencias, debió concentrarse las partículas auríferas de las partes removidas.
                                                                         

     Por estas razones y muy especialmente por la existencia del oro en las grandes masas de Rio Tinto y por consiguiente en los afloramientos de las mismas, originados por su alteración, y sobre los cuales  han actuado los agentes de erosión, durante un gran periodo geológico, es muy probable que el torrencial del cauce, cayeran y se depositaran en su mayor parte, en la primera zona del aluvión, en el cual debió ocurrir la segunda concentración citada, y por la cual, estimamos de gran interés, un estudio detenido de esta parte, que corresponde a la zona comprometida con los términos de Niebla y Villarrasa.
¿Tendrían ley suficiente en oro el fondo del aluvión, como para permitir un aprovechamiento económico?
¿Podrían utilizarse, los cuarzos removidos, en la fundición de Rio Tinto?
  Son cuestiones a resolver, la primera de ellas por ingenieros especializados en la citada clase de yacimientos, que practiquen un detenido estudio del aluvión, seguido de las investigaciones necesarias, previo la concesión del mismo.

El Ingeniero Jefe.                           Folio Nº 1.

 José García Díaz.

 

 

 

                

 

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