Expediente remitido
por el Ingeniero Jefe de la Junta Provincial de Minas de Huelva, al boletín del
Instituto Geológico y Minero de España.
Lo forman tres
folios mecanografiado con complemento de un plano topográfico minero de la
población de Niebla. (A.H.N. asigna. H.34. Bco.)
Huelva
a 15 de Febrero de 1932.
Asunto interesante.
A la salida del río
Tinto de la zona montuosa y agua abajo de la estación de Gadea, del ferrocarril
de Río Tinto, existen unos aluviones que merecen estudiarse, por ser los
primeros depósitos sedimentarios del
citado río, que es probable que haya arrastrado y arrastre en la actualidad,
partículas auríferas procedentes de los afloramientos de las masas de Río Tinto y de los innumerables
filoncillos de cuarzo existentes en gran parte de su cuenca, que aunque en
débiles proporciones, acusan el metal precioso.
Se observa un
aluvión bajo y otros en los flancos, en forma de terrazas a veces unidos y
todos de clase denominada “aluviones antiguos de los valles”, de la época
Diluvial y Post diluvial y se extienden con algunas soluciones de continuidad,
por todo el valle abajo, presentándose con mayor extensión, pasado la ciudad de
Niebla.
Proceden las
terrazas de un periodo posterior al aluvión primitivo, que arrastró gran parte
de este, fenómeno que se repite varias veces aguas abajo de Niebla y es posible
que coincidiera estos fenómenos, con la rotura del dique natural formado en lo que hoy es una gran
escotadura, formada por el río en el citado punto, probable cascada o brusco en
época prehistóricas.
Siguiendo este orden
de apreciaciones, y supuesto, que el valle del citado río estaba iniciado en
época anterior al Diluvial, como lo prueba el gran seno formado por estos
sedimentos, coincidente con el centro del mismo, puede asimilarse su parte
central, aun gran sílice natural, donde ha podido concentrarse
las partículas auríferas, en una doble
acción isodrómica, producido por los dos arrastres sufrido el aluvión, con más
razón, en el resto del aluvión primero, donde siguiendo la ley de las
equivalencias, debió concentrarse las partículas auríferas de las partes removidas.
Por estas razones
y muy especialmente por la existencia del oro en las grandes masas de Rio Tinto
y por consiguiente en los afloramientos de las mismas, originados por su
alteración, y sobre los cuales han
actuado los agentes de erosión, durante un gran periodo geológico, es muy
probable que el torrencial del cauce, cayeran y se depositaran en su mayor
parte, en la primera zona del aluvión, en el cual debió ocurrir la segunda
concentración citada, y por la cual, estimamos de gran interés, un estudio
detenido de esta parte, que corresponde a la zona comprometida con los términos
de Niebla y Villarrasa.
¿Tendrían ley suficiente en oro el fondo del aluvión, como
para permitir un aprovechamiento económico?
¿Podrían utilizarse, los cuarzos removidos, en la fundición
de Rio Tinto?
Son cuestiones a
resolver, la primera de ellas por ingenieros especializados en la citada clase
de yacimientos, que practiquen un detenido estudio del aluvión, seguido de las
investigaciones necesarias, previo la concesión del mismo.
El Ingeniero Jefe. Folio Nº 1.
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