jueves, 4 de febrero de 2016

El bandido generoso.

                              
                                                         
                                    

       Desde primero de año de 1908. La prensa nacional y provincial resaltaba las hazañas del famoso bandido “El Pernales” que se transformó en toda una leyenda a la altura de Diego Corriente y del conocido Antonio Vargas Heredia, resaltado tantas veces en el cancionero popular.
      Pero mira por donde le salió un mal imitador por el condado huelvano que tiene cierta notoriedad, por las condiciones especiales que concurren en el procesado en el juicio del Juzgado Provincial con fecha del 10 de Marzo del año actual.
       Como se trata de un caso curioso, creemos de oportunidad referir algunos detalles del juicio.
       Que el día 17 de Mayo del año pasado, se presentó en la Venta del Cano, término de la población de Gibraleón, Clemente Garrido Terán reconocido como “El Mejicano” de profesión conocida como delineante, que haciéndose pasar por el bandolero tristemente famoso, intimidó a varios jornaleros que en la venta se hallaban, a los cuales les fue pidiendo el dinero que llevaran en los bolsillos. Uno le dio dos duros, de lo que el Clemente devolvió uno al despojado. El otro soltó cuatros peseta y el delincuente se contentó con una y le devolvió tres; y a la ventera le sacó otro duro, que recuperó días después.
       Estos hechos los calificaba el Fiscal señor don Cos-Gayón, de robo, puesto que hubo intimidación en las personas y apreció en sus conclusiones definitivas, atenuante de embriaguez, demostrada en la prueba testifical, como el tiempo que ha estado trabajando en varios pueblos cercanos, mientras estuvo un tiempo de ayudante hasta que se creaba una auxiliaría en la escuela de niño del primer distrito en Bonares.
     Todo esto hizo una interesante declaración, favorable al reo, por parte de Juez municipal de Gibraleón, don Clemente María Zambrano.
       El abogado defensor, D. Francisco Gómez, dijo en su informe, que su defendido al realizar los hechos que se le acusaba, no tuvo la menor intención de lucro, pues de otro modo, no hubiera devuelto la mayor parte del dinero que le entregaron. Sostuvo que lo sucedido era producto de una gran borrachera, en cuyo estado de inconsciencia, al Clemente Garrido le dio por decir que era el “Pernales” y por pedir dinero, como a cada borracho le da por otra extravagancia cualquiera. Advirtió a los señores jurados, que el reo llevaba ya diez meses de cárcel, castigo que se estimaba suficiente fuerte por la falta cometida, y esperaba, por tanto, de los jueces populares, que su veredicto sería de inculpabilidad.
       Así fue en efecto, poniéndose inmediatamente en libertad al procesado.
        Es éste un joven de como de treinta a treinta y dos años, natural de Mayagüez (Puerto Rico) de ahí su curioso acento latino-americano, perteneciente a una distinguida familia. Tiene su hermano mayor que es comandante de Estado Mayor y su tío es un Cardenal que ocupa una alta jerarquía en la Iglesia.
       El falso “Pernales”, tiene el grado de bachiller; estuvo algún tiempo en el Seminario de Salamanca y ha cursado cuatro años de medicina. Como delineante dicen que tiene un grado dominio de la profesión. Es además un gran aficionado a hacer versos. Y el mismo fiscal declaró en su informe que había leído unas quintillas del procesado, que no estaban desprovistas de ingenio.
     Tal fue, en síntesis, lo ocurrido en la vista de la causa y la condición del protagonista de ella.

                                                                        José García Díaz. 

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