lunes, 24 de febrero de 2020

La nao la Bretendona.


                                                     


   De casi los tres siglos que perduró la Carrera de las Indias, las costas de Huelva, desde Mazagón hasta la Punta de Malandar, fue fiel testigos de más de 23 naufragios en donde las mayorías de las incidencias de ellos fueron provocados por huracanes junto con los malos vientos y tormentas.
   Dentro de los que sufrieron estos daños se dio uno  ejerciendo contrabando, además acompañados de fraudes documentado y curioso por su gravedad en vida humanas con más de 200 muertos, y donde las picaresca muy española  cómo era la de engañar económicamente a la Corona.
   Esto ocurrió al general Cosme Rodríguez Farfán, cuando venían de vuelta de las Indias el 27 de Enero de 1554 en que salió con su flota compuesta de unos 13 navíos artillados con forme a las ordenanzas mandabas en aquellos años. Pero tubo las desgracias cuando se encontraban atravesando el Atlántico fueron azotados por varios huracanes.
    Dando lugar estos hechos a  que la nao capitana "San Andrés" naufragó junto con algunas más, mientras que su tripulación pudo ponerse a salvo una parte con el general y 42 marinero, pareciendo ahogado más de veinte, por donde aparece como un milagro para el rescate la "Bretandona" al mando del Maestre Juan García que tomó el mando de capitana, pero de nuevo esta nao le toca padecer las inclemencias del tiempo junto con obligarle a conseguir abreviar tiempo de vuelta cuando se hallaba cerca de las costas de Mazagón es separada de las demás a toda prisa para refugiarse en el puerto de Santa María de la Rábida  mientras el general Farfán se pasa al navío "Santa Cruz" cuyo Maestre era Cosme Buitrón. Pero con tan mala suerte que ya metido en las costas de Cádiz, sufren de nuevo otro temporal que les hacen naufragar junto al restos de la embarcaciones que les acompañaban, pudiéndose salvar su vida el general, pero no las cercas de las más de 60 personas que se ahogaron.
   La nao Bretendona, juntos con otros consortes era de propiedad de Gaspar Jorge Francisco de Escobar, vecino de la ciudad de Sevilla. Se hacía constar, que solo transportaban entre 4.000 pesos a 5.500 pesos de particulares. Puesto de los 150.000 pesos que se habían registrado legalmente en la flota y donde la mar ya se había cobrado su parte; cuando se termina las investigaciones del sumario, da por resultados que eran más del doble entre el oro y la plata que traían transportado de las Américas, mientras la nao Bretandona fue la excusa para intentar camuflar una parte de ello, pero sin resultado.
                                                       


   Dando comienzo el curioso proceso judicial:
        "En la ciudad del nombre de Dios, de este reino de tierra firme en donde tiene Consejo de las Indias del mar océano, en donde el quince del mes de junio de mil quinientos cincuenta y cinco Formado por varios Jueces de Residencia por orden Real  y por el Oidor Juan de Maldonado. Sobre el capitán Cosme Rodríguez Farfán, vecino de la ciudad de Sevilla, apela al Consejo citado por la sentencia dictada por los jueces de la Casa de la Contratación en el pleito que le puso el fiscal de la Audiencia de la Contratación don Francisco Mexiá, sobre la pérdida de la nao capitana en la que venía y la pérdida posterior de la de Cosme Buitrón".
     Para terminar con todo lo ocurrido, para ser sentenciado por lo siguiente:
"Fallamo, que en cuanto a la culpa, de este dicho pleito, resulta contra el dicho Cosme Farfán, cerca de haber ido y venido a las dichas Indias amancebado en la Armada..de la que fue por Capitán General, con la sudicha Francisca de la Cruz".
 Con todo los desgraciado hechos ocurridos, además de escuchar las declaraciones por parte de un testigo Diego de Lepe  Maestre de la nao "Santa María" quien llegó afirmar "que el General Farfán abusando de autoridad, hizo quemar a un hombre porque este le dijo en la cara que era puto".
   Pues este personaje, que ejercía de General de la Armada, solo fue condenado por estar "amancebado" y no poder culparlo los Jueces de la Casa por carecer de pruebas de los hechos transportado por la nao "Bretandona"  y no ser responsable de los hundimientos de las naves y las pérdidas de vidas humanas por el Juez de la Comisión de su Majestad.
 Archivo General de Indias: Patronatos,258,N5 GIR4.
  José García Díaz.


viernes, 14 de febrero de 2020

El navío de la cera.

                                                               

     Que naufragó en las costas de Castilla, arrojando a sus orillas grandes cantidades de las apreciadas cera blanca, vino a servir de provecho económico para  que algunos vecinos de la villa de Almonte, los conocidos como "gente de la mar"  afincado en el paraje de asentamiento y apostadero, que lleva el nombre "Valdevacas" con una población superior al doble de los habitante, que mantenía Bonares. "Donde nombra ahora la Higuera se hace tres leguas adelante en la misma costa demos con este poblado, e donde estos espacios se les llama los mareantes las Arenas Gordas, desde Valdevacas a la villa de Palos tasan cuatro leguas, el cual es un pueblo mucho bueno sobre la ribera del río Tinto, que viene por Moguer y Niebla", en aquellos años contando además este poblado formado por casas de madera, con salas comunes, bodegas, almacenes y huertos que generaban alcabala, por el grano y otras vituallas consumidas, así cumpliendo el impuesto sobre jábega, contando además con una pequeña ermita de junco y madera dedicada al fervor de "San Leandro". Teniendo cerca algunas chozas de carboneros y colmeneros, junto a los pescadores de la costa, que además  que se dedicaban a salarlos para su venta. Donde daba cabida a toda clases de pintorescos personajes con sus respectivas vidas. (ADMS. 2343).
       Pero en donde los oficiales de la mar del Duque, pusieron en conocimiento a las autoridades del Consejo del Reino, que los vecinos del poblado se habían encontrado los restos del naufragio citado en beneficio de su ventas.
   Pero este navío se encontraba haciendo contrabando, ya que no disponía de los permisos necesarios:

    "En el año del Señor Jesucristo de mil quinientos setenta y tres, en Madrid   siendo jueves del día 2 de Junio."

                                           El Rey.

 " Francisco de  Yzicax Alguacil Mayor de Casa y Corte de la ciudad de Sevilla. Por cuanto vaya hacer por la villa de Almonte, que el Cabo Álvaro de Salinas  junto  con uno de los escribanos de la Casa de la Contratación de la ciudad junto con la comisión de los mozos oficiales de la marina, para hacer cierta formación y diligencia sobre la playa de esta villa donde dice de la Higuera hasta el Río del Oro, de donde ha echado la mar muchas cantidades de barricas llenas ceras en panes y labrada en una nave que se había despachado sin registro, ni licencia por parte de los oficiales del puerto como suele aplicarse las ordenanzas de la Casa de Contratación y las siguientes actuales, cuando iba camino de las Indias"
.  "Yo mando que de camino se vaya voz junto al dicho señor Álvaro de Salina que dos oficiales embarquen hacia Berbería",(Rabat), también llamada "las partes de África" donde se mantenían el comercio del, oro, la cera, el añil, el cuero, etc. atravéz de la Carta Segura, ofrecidas por el Monarca a los comerciantes, con tal de que no pasaran el Estrecho de Gibraltar. (Morales Padrón).
   "Para pedir información y haciendo los primeros hechos ya cumplidos lo que por la de hacer duda que llenase se  os mande averiguar por si algunas personas de cualquier calidad, o condición sea en ellos".
  Sucesos de contrabando cómo este junto con el que venía de las Indias, sirvió para que el Rey Felipe II, proclamara una nueva orden, obligando a los barcos pasar por el registro de la Casa de Contratación en Sevilla, evitando lo que pasaba antes,  lo que era descargar en puertos portugueses o en otros parecidos.( Morales Padrón).
                                                      
En esta curiosa lámina del erudito holandéz de Pieter Van Den Keere, es de las pocas referencias que existe sobre el poblado de Valdevacas. y donde existe documentos que este poblado en el año 1503, se encontraba bajo la potestad del industrial genovéz y patrón de armadores Micer Melín de Negor, que disponía Previlegio Real otorgado por los Reyes Católicos.

      Dentro de las exportaciones de los puertos andaluces a las Indias, tanto como viajeros como mercancías variadas e importantes hay que destacar la cera blanca de abeja, así como gran cantidad de "bulas papales" ya que en aquella época, España era inmensa católica, y el negocio de la Iglesia era muy rentable, sobre todas aquellas bulas, que mediante pago económico podrían comer carne en cuaresma entre otras cosas.
    Sobre el precio de la cera blanca en panes labrado en aquellos año estaba a 11.397 mars./ el quintal todo un capital de la época. Y que Cádiz y su puerto es el centro de este lucrativo negocio, traído principalmente de Berbería, cuyo empresario principal era un tal Jerónimo Rodríguez Torquemada (emparentado con el singular  don Tomás Inquisidor, era sobrino nieto) y teniendo en cuenta cómo siempre, que a Sevilla le tocará de alojar la Casa de Contratación, con más de dos siglos, en perjuicio del puerto de Huelva, se decía por aquellos años que cómo siempre esta provincia tenía muy malas comunicación por tierra con el resto de España y encimas era una ciudad pertenecientes a varios señoríos y la Corona no se consideraba con ningún derecho a compartir sus beneficios con nadie.
  Por tanto antiguamente cómo ahora, todo sigue igual, puesto que había que remontar el río Guadalquivir, unos cien kilómetros hasta el puerto fluvial de Sevilla, creando más de una ocasión serios problemas de navegación a los navíos de gran tonelaje.
  Tanto del responsable del contrabando, cómo del propietario del navío sin nombre poco aparase en la documentación, el Rey Felipe II, no pudo encontrar ninguna sospecha, cómo suele pasar casi la mayorías de las veces en  este país.

  Sig. Indiferente 1,F.32R-32V Archivo General de Indias.
 José García Díaz.