La junta de
reforma de los Aranceles con fecha del 15 de Enero de 1911, ha tenido el
acierto de tener un buen acuerdo de proponer a la baja de los derechos a el
señor bacalao.
! Dios
Todopoderoso se lo page en nombres de las numerosas familias que pudiendo se súbdito
de su majestad el jamón serrano, no tiene más remedio que rendir vasallaje a su
alteza el señor bacalao!
Y es que no es
para menos, es el egoísmo de nuestros gobernantes que habían elevado por las
nubes el precio del llamado jamón del pobre, que ya casi tenía el valor
económico de un plato de lujo.
Y, no es porque
el bacalao desmerezca de lo demás, pues por eso de venir seco y prensado, sino
porque su abundancia lo hace popular y al alcance de todo el mundo, así es que
encarecerlo, es privar al humilde pueblo del plato más sencillo y económico, si
su precio se sostiene en un estado prudente.
Cuando los años
que el pobre bacalao estaba barato. llegó a mirarse con mucho cuidado con cierta
indiferencia por los buenos cocineros. En cambio la clase proletaria lo acogía
con alegría y le daba mil forma diversas
para que resultase un plato fuerte, dentro de la modesta comida del pobre.
Elevados los
derechos de aduana, el bacalao tomó tanta
importancia, que casi se compara con los mejores platos de la gastronomía
española.
El bacalao a
la "maitre d´hotel" era un plato de regalo, a la vizcaína un guiso de
los grandes acontecimientos, a la milanesa, a la camagüeyana y a la catalana, platos de
banquete y en otra mil formas, una verdadera rareza en el más curioso menú.
El infeliz labriego, que después de algunas
horas de penoso trabajo asaba sus sabrosas tiras de pellejo y engañaba con ella
la cotidiana hogaza, rociándolas con sendos tragos de vino de la tierra, había
tenido que desistir de él, porque era un lujo imposible de costear.
En la clase media, el bacalao solo formaba
parte de la comida, cuando el pescado fresco subía de precio o estaba tan escasos que era difícil poder comprarlo.
la baja del
precio de los derechos de arancel coloca al bacalao en su nivel. y nada perderá
con la reforma, porque aumentará el consumo y neutralizará los efectos de la
baja.
Su alteza el
señor bacalao, debe seguir siendo el jamón serrano del pueblo llano, que es el
más sufrido. Ya que ha resuelto muchas veces el problema económico de los que
carecen de recursos, de justicia es que el democrático señor Canalejas, se lo
restituya al pueblo, y sea de nuevo su plato preferido.
Ya que la
carne no está al alcance de los desgraciados que no la conocen más que de
nombre, bueno será que el bacalao la sustituya y haga la misión de olvidar.
El bacalao es muy
nutritivo y aunque no haga a la raza más vigorosa, por lo menos contribuirá a
que no se propague la anemia.
Bendigamos,
pues, la reforma y aplaudamos a los que se han interesado por el alimento del
pobre y sufrido pueblo
Z.U. José García Díaz.
Z.U. José García Díaz.
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