Era
miércoles el día 11 de Agosto de 1943. Bonares se levantó ese día acordándose
de el día de ayer donde el termómetro llegó cerca de los 47 grados por ser el
día de San Lorenzo, en Sevilla capital se llegó a los 50 grados y 40 en la
sombra. Pero esto no debía de tener nada que ver, para que las tiendas del
pueblo pregonaran a voces que con las cartillas de racionamiento, se podía
comprar el bacalao a 9 pesetas el kilo.
Los
comentarios de ámbito local eran los que estaban relacionado con los dos de los
9 combatientes locales que habían participado en el enganche de la División
Azul, venían de vuelta de la campaña de Rusia y de que uno de ellos llamado
José Moro Martín conocido como el "Pepeuva" hijo de la apodada la "Niña
de los Peines", había fallecido cuando venía de regreso. El tren que los
conducía para España fue atacado cuando estaba atravesando Francia por los
partisanos, lo que provocó la muerte de varios expedicionarios.
En
Cantarrana y en la estación de Sevilla en Niebla, todo seguía normal en la
taberna de Matías Padilla, que era centro concurrido por los trabajadores de la
madera, los soldados del vecino polvorín y parada obligatoria de los viajeros
de Rociana, Bonares y de la misma Niebla para coger el tren para Sevilla o
viceversa para Huelva era junto con las primeras calores de la mañana lo único
novedoso de este día. Hasta que llegó las 12 hora y 10 minuto, cuando una
fuerte explosión, seguidas de repetidas durante varias horas el techo del
polvorín voló por los aires.
El estruendo de la explosión fue tan fuerte,
que el pueblo de Bonares se quedó consternado, asustando a toda la población
local, que en ese momento no sabían que es lo que estaba ocurriendo.
Cuando se
tranquilizó un poco la situación, empezaron los comentarios de lo ocurrido; la
Guardia Civil reciben un comunicado de ayuda, por lo que requisan el camión del
vecino el industrial bodeguero José María el "Churruso" que se encontraba
cargado de bocoy de vino que tuvieron que bajarlo, utilizándolo para que un
grupo de jóvenes y otros voluntarios fueran trasladado con dirección a la
estación de Niebla, aportando ayuda contra el incendio, pero todo fue inútil ya
que a menos de una distancia de un kilómetro tuvieron que estacionarse por la
gravedad que iba tomando el incendio que estaba provocando aun las explociónes,
junto a la cantidad de madera que se encontraba allí depositada.
La misma
suerte tuvo el tren que venía de Huelva con dirección a Sevilla, se percató de
las señales de los vecinos de Niebla parando en lo que es el puente de hierro,
hasta que realizó la marcha de nuevo devuelta para Huelva.
Una curiosa fotografía de la Historia de Huelva, de propiedad de J. Carlos López Varela que exponemos abajo es el cuartel de los bomberos en aquellos años, situado en la entrada del Paseo del Chocolate.
Hasta la una
del medio día no hicieron presencia los bomberos del parque de Huelva contando
con los escasos medios que disponían antes el descomunal incendio y las
dificultades que se les venían encimas.
Encontramos
información escrita del suceso en el diario Odiel del Jueves día 12. En la
primera página en portada la esquela mortuoria del desgraciado accidente, y en
la segunda p hay resaltado un pequeño cuadro informativo.
"Arde
un polvorín" en las proximidades de Niebla. Ayer, pocos minutos después de
las doce del medio día, explotó el polvorín instalado en las proximidades de
este pueblo. Teniendo que lamentar víctimas entre el personal civil y militar.
Los heridos fueron ingresado en el hospital provincial.
El 13 de
Agosto, de nuevo del diario Odiel, en la página nº 2.
Funerales por las víctimas del accidente ocurrido en Niebla.
Asistieron los Excmo. Sres. Gobernadores civil y militar, autoridades,
jerarquías y numeroso público. El comercio cerró sus puertas, las oficinas
públicas y muchos particulares en señal de luto.
A las once de
la mañana, tuvo lugar, en la parroquia de la Purísima Concepción, solemnes funeral.
por el eterno descanso de las almas de las víctimas del accidente ocurrido el
día anterior en Niebla.
El Santo
Sacrificio se celebró en el altar mayor, profundamente iluminado, frente al
cual se había levantado un severo túmulo, con doce huchones encendidos a los
lados y diez hermosas coronas naturales a su alrededor.
Las coronas
llevaban las inscripciones siguientes.
"Excmo. Sr. Gobernador Civil",
"El Jefe Provincial del Movimiento", "La Falange de Huelva a sus
camaradas del Ejército caídos en actos de servicio", "El Excmo.
Ayuntamiento", "La Excma. Diputación", "S. E. El Capitán
General de la II de la Región Militar", "El Excmo. Sr. Gobernador
Militar. Jefes, y Oficiales de la Guarnición de Huelva", " El
Coronel, Jefes y Oficiales del Regimiento de Infantería nº 72", "Jefe
y Oficiales de la Maestranza de Sevilla", "Jefe y Oficiales de la
Jefatura de Artillería de Sevilla". "Jefe y Oficiales de la Jefatura
de Artillería del sector de Huelva",
Ofició la Santa Misa, don Antonio Pérez Reina, ministrado por don José
Andivia y don Dionisio Pérez Cruz.
Igualmente se hallaban asociaciones de
Infantería, Artillería, Flechas Navales y Guardias Municipal, así como
tres Centurias de la Falanges Juveniles de Franco.
Terminada la ceremonia religiosa, y presidiendo el clero con Cruz
alzada, todos los asistente se trasladaron al cementerio de la Soledad, se
procedió al enterramiento de las víctimas, transportando los féretros,
autoridades, Viejas Guardias y soldados de las secciones que les rindieron
honores, rezándose por el Capellán del Camposanto, padre Andivia, un responso.
La Banda Municipal suspendió anoche,
por estos motivos su concierto en la Plaza de la Merced.
Entre los cincos ingresado en el
Hospital Provincial se encontraba nuestra paisana Dolores Galán Carrasco la
"Tanita" que llevaba más de diez años trabajando en la taberna del
"Matías Padilla", limpiadora, camarera y todo lo que podía hacer
falta.
La pobre mujer permaneció cerca de
un mes ingresada por las quemaduras (según la única familia que le quedaba su
sobrina) con quemadura de 1º grado en las dos piernas, que le marcaron por
vida.
La peor
parte por desgracia se la llevó los soldados de reemplazo y vecinos de algunos
pueblos cerca, como los de Rociana del Condado que tuvo que lamentar la muerte
de tres de sus hijos con su uniforme militar.
Otra
desgraciada situación que se comentaba, produciendo inquietud entre los
bonariegos, era el de un soldado de Trigueros que se encontraba en situación de
permiso hasta el día siguiente Jueves día 12, pero se tuvo que incorpora antes
de tiempo por recomendación de su madre.
Relación de los nombres de los fallecidos en la tumba colectiva que se encuentra en el Cementerio de La Soledad de Huelva.
El cumplimiento del deber es un servicio a
la Patria.
Maestro
Artificiero : D. Antonio Pilor Marchena.
Cabos 1º
Manuel Noguera Castillo
2º Nicolás
Rúa Barba.
Los artilleros de 2º
Andrés Adalvez Armada.
Antonio Bravo Caballero.
Inocencio Salado Benítez.
Jacinto Medina López.
José
Cejudo Sánches.
José Hormigo Padilla.
José Torres Gómez.
Lorenzo Romero Franco.
Manuel Brenes Bohórquez.
Manuel Cidres Martín.
Manuel Cruz Martín.
Manuel García Muñoz.
Pancracio Cabrera Caballero.
Todos
pertenecientes a la Compañía de la Maestranza y Parque de Artillería de
Sevilla.
En la puerta de la taberna de Matías Padilla en la estación de Niebla en 1941
Colindante al
citado polvorín se encuentra unas de las parcelas de terreno llamada "El
Neto", que disponiendo de unos pozos de regadíos por medio de cigüeñales
árabes, sirvieron para apaciguar el sufrimiento de algunos de los quemados que
se tiraron de bruces buscando la frescura del agua.
Se dio una
fuerte causalidad que el oficial que estaba al mando, un teniente y un soldado
a acompañado de un carro se encontraba en Bonares recopilando alimentos y
provisiones para la cocina que se hallaba en una esquina del polvorín.
Era muy
común una famosa coplilla de aquella época cantada por los soldados, era una
adaptación de una canción del bando republicano que decía lo siguientes:
!Niña" Si me quieres escribir
ya sabe mi paradero
estoy en estación de Niebla
sin tabaco y sin dinero.
La mayor parte de las pilas de maderas
quemadas pertenecía al industrial de Bonares don Adonis de la Rivas,
propietario del ferrocarril forestal que iba del coto Mingallete a la estación de Niebla.
Otra
curiosa tragedia fue que se le quemó el coche a Francisco Rodríguez Thizandierr
apodado "El Bolilla". A este hombre el Ejército Nacional se lo
embargó durante cuatro años por motivo de la Guerra Civil y al final estuvo más
de diez años de chatarra aparcado cerca de la estación, pendiente de poder
cobrar alguna compensación económica, que no apareció por ninguna parte
oficial.
Días
después algunos periódicos republicanos como Nuestra Bandera del partido
comunista de España, estos clandestino y completamente prohibido su lectura
bajo pena de multa y cárcel y otra cosa por medio, ( Ya que algunas gentes
orinaban sangre durante un tiempo, hasta muy cerca de la Transición ) pues uno
se editaba en Francia y el otro en Méjico no resalta la tragedia de la
explosión del polvorín como un sabotaje cometido por los guerrilleros de
Huelva. Aunque esta historia fue aun más exagerada motivada por la emisora
clandestina "Radio Pirenaica" de la mano de la improvisada locutora
"Dolores Ibárruri" La Pasionaria.
Con los
años siguiente se comentaba informaciones sobre las responsabilidades del
motivo que provocó la explosión del polvorín, fue sin duda la excesiva calor de
esos días y la mala refrigeración que disponía el local, ya que el suelo tenía
que eta enfangado y humedecido con bastante agua, pero estando el pozo y el
aljibe seca, los soldados se encontraban sacando aguas de los diferentes pozos
que por allí cerca se encontraba.
Según el
diario oficial de la Falange el conocido
Odiel del 15 de Noviembre de 1939, se levanta el estado de guerra en
Huelva y provincia. No quedando en el año de 1941 guerrilleros con capacidad de
maniobra para elaborar y preparar un sabotaje de esta envergadura en toda la
provincia, si no los restos de personas que por sus antecedentes políticos
intentaban sobrevivir a duras penas aunque las autoridades los calificaban de
simples bandoleros.
Vemos lo
que era la puerta del polvorín de hierro forjado que de un peso de 180 Kg. fue
despedida por la explosión que llego hasta la mitad de la vía del ferrocarril,
cerca de 40 metros de distancia, fue recogida por don Cristóbal Prieto para
colocarla en su bodega, actualmente la bodega de Gonzalo Pérez Expósito frente
al bar El Polvero.
José García Díaz.
José García Díaz.
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