El molino
de la famosa “Puerta del Buey”.
Siendo su propietario heredero, don Pascual
María Carrasco y Guzmán, apodado por los vecinos de mi pueblo, (que siempre han
sido muy dado a reconocer a los vecinos lugareños, con ilustres motes, a pesar
de los grandes enfados de algunos), con
“El Pascualo”; hijo del señor de Bonares, José María Carrasco Vega, “El Patuo”.
Este señor don
Pascual María, ex diputado provincial, abogado y alcalde de mi pueblo, en el
año de 1899, pero desde día 1 de Junio al 23 de Agosto, para cedérselo a su primo hermano Pablo Guzmán Pérez el
puesto, yendo del día 23 de Agosto, al 13 de Enero. (Toda una ventura, de régimen local).
Mediante
escritura de venta, se lo pasa, a su conocido vecino bonariego Rafael Barba
Coronel, abuelo del actual y celebre Claudio de la calle del Higueral y su
familia “Los Molineros”. En Mayo de 1899, acompañado en la escritura, más dos
fanegas de tierra, que linda con el susodicho molino. Pero para esto tenemos
que remontarnos más de 50 años atrás cuando…
El
día 8 de Febrero de 1845.
Don
Jesús de la Maza, notario y vecino de la villa de Niebla; que teniendo delante
mío a don Antonio Montañés, y en la otra parte a doña María Montañés González
vecinos de la ciudad de Sevilla, propietaria, y del dominio de la Capellanía
fundada por el clérico José de los Olivos. Hemos tazado la venta y enajenación
de cuatro fanegas de tierra del término de la villa de Niebla. Sitio la Vega del
Tinto. Empezando dese los bajos del puente, que linda por poniente con el
vecino Diego Camacho; por el Norte con Antonio Almansa, y por el Levante, con
las tierras del Hospital de esta villa.
Tras ejecutar el
correspondiente pago por parte del vecino de Bonares Mariano Suarez, pasa la
propiedad a su nombre. Este señor que fue suegro de José María Carrasco Vega y
este además su heredero.
Rafael Barba Coronel “El Molinero” terminó, por
vender el molino de la Puerta del Buey, a primeros de los años cincuenta a su
amigo, el vecino de Niebla llamado Manuel “EL Goro”. Siendo este su último
propietario.
Lo que
se nota extraño, en la documentaciones anteriores que no haya referencia sobre
la propiedad del “Charquito Dulce”. Ya que las primeras leyes nacionales, sobre
los ríos, arroyos y pozos partieron del año de 1909, para terminar con la
creación de la Confederación Sindical Hidrográfica del Guadiana, el 25 de
Septiembre de 1927, que tomaron la responsabilidad, de sus arroyos, pozos y ríos
así como los metros alrededores, que servían de servidumbre.
Pero resaltamos,
la importancia de este charco de agua dulce, pegando sus aguas con las del río
Tinto, sin tener problema de contaminación,
puesto que era un gran abrevadero de toda clase de ganado, así como de su
capacidad cúbica.
Diario la Gazeta
del 22 de Agosto de 1914. Fomento.-
Dirección General de
Obras Públicas: Queda autorizada a la compañía de los ferrocarriles de Madrid a
Zaragoza y Alicante a utilizar el
abastecimiento de locomotora, las aguas que brotan en los manantiales que
forman la llamada Charquita Dulce, hallándose en el río Tinto, término
municipal de Niebla (Huelva).
No si terminar teniendo problemas .con los
pastores y ganaderos, terminando con denuncias a la compañía ferroviaria.
Puesto que el agua
destinadas a las locomotoras, eran llevadas a un depósito de hierro, llamado la
cubeta, de unos 10.000 litros de agua, situado en la estación de Sevilla, sujeta en un
soporte que la mantenía en alto, eran conducidas por medio de un compresor, que
era tal el ruido que producía, que los animales, por miedo no se acercaban a beber.
José García Díaz.
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