miércoles, 9 de septiembre de 2015

La costa de Doñana en 1845.

                                                                           
                                                                          


     Del día 7 de Diciembrre de 1845 del periódico madrileño  “El Heraldo”

      Existe en Andalucia, conocida bajo el nombre de Coto de Doña Ana, una magnifica posesión de veinte y cinco leguas cuadradas de circunferencia, bañada por un extención de ocho leguas de costa, perteneciente un tiempo a los bienes del marqéz de Villafranca, y secuestrada hoy a favor del Estado, desde el día en que aquel celebre personaje se declaro cual uno de los más  acerrimos defensores de la causa carlista. Ya de antiguo esta finca, que por sus grandes bosques, su terreno montañoso, y a su aproximación al mar ofrecía tanta ventajas al contrabando, era la playa preferida por los contrabandista andaluces, su guarida contra la persecución, y teatro más de una vez de atrevidas luchas con la fuerza púbica, provocando desafortunadas muertes por ambas partes. El escandolo había llegado ya a tan alto punto, y héchose el mal crónico, que para estirparlo de raiz no halló mejor medio el intendente de la provicia de Huelva, que  econmendar la persecueción del fraude al arredantario y administrador un tiempo de los bienes del marquéz de Villafranca, sujeto celoso y entendido, y que tenía un conocimiento práctico del terreno que servía de campo a las proezas de los contrabandistas.
       Se consiguio así en efecto, y los resultados vinieron pronto a demostrar la escelencia del pensamiento. El Sr. Castellano supo dar caza a los  defraudores de las rentas públicas, que el contrabando estaba proximo a desaparecer de aquel suelo, cuando la mala envidia voluntad de ciertos funcionarios y las ojerizas de que hicieron blanco a este celoso ciudadano luchador, le han obligado a desistir de su loable empresa, con profundo sentimiento de la autoridad que le encomendara a su cuidado y graves perjuicio de los intereses del Erario. El Sr. Castellano a dado a luz con este motivo un folleto en estreno curioso, relatandos los hechos que en compedio dejamos narrados, y de los cuales se hace ayer cargo unos de los diarios de Madrid.
   Nada vamos hoy a decir de un sistema que hace necesario recurrir para sostenerlo a medios como el empleado por el intendente de Huelva; convencidos como estamos de que el gobierno piensa seriamente en su reforma, y que la cuestión de aranceles, unas de la más importantes para España, sera sin duda de las primeras que ocuparan a las Cortes en las prócimas lejilatura, dejando para entonces la esplanación de nuestros principios ecónomicos, tan opuestos a un estado de cosas como el actual, que tanto favorece el contrabando, como a una libertad ilimitada que destruyese nuestra naciente industria. Tampoco vamos hablar de la conducta de los funcionarios corruptos de Hacienda de la provincia de Huelva; los severos cargos que contra ellos se dirigen no nos constan, y apenas podemos creer su certeza. Espero  que si las cosas hubieran pasado como se cuentan, seguros estamos de que el gobierno sabria que castigar semejante olvido de todos los deberes policiales.
  Sería inconcebible en efecto que funcionarios públicos, representantes del gobierno, que por dinero, favorescan el contrabando, cuando este lo persigue con gran celo, y que semejante falta quedase sin castigo, cuando aun tenemos noticias últimas que hechos como estos, se estan llevandose ahora en el paraje los Asperillos.
   Otra cuestión más alta, dado se roza con los principios de la más elevada política, han puesto la pluma en nuestras manos. El periódico que se hace cargo del folleto del señor Castellano, aprovecha la ocasión para indicar ligeramente y como de pasada, la alta convenencia de alzar los secuestros impuestos contra los que defendía y hoy no ha desamparado del todo aun la causa de D. Carlos. Ignoramos absolutamente cual puede ser el pensamiento del gobierno en este punto.
    El estado del pais, no resuelta aun la cuestión del enlace de nuestra Reina, y cuando una parte del bando carlista combate por todos los medios la situación presente, son sin duda considraciones políticas de gran importancia. Por otro lado vemos el fondo de injusticia que en si envuelve la medida de los secuestros por causas políticas, desterrada de las naciones más civilizadas de Europa, la alta muestra de magnanimidad y fuerza que con adoptarla daria el gobierno de S.M. y la probalidad grande de que esto paso apresurarse el día de la reconcilación de la gran familia española en derredor del Trono costitucional de Isabel II.

  José García Díaz.

 

 

 

 

 

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