“Una gran obra
andaluza, el río Tinto limpio”, es como el ingeniero de minas don Isidro
Pinedo está resaltando estos artículos periodísticos desglosados en varias
notas de páginas.
Añadamos, también,
que la masa lago, en cuya cueva nacía el río Tinto, al preparar los ingleses su
extracción a base de pozo y de galería inferior de arrastre, se secó, yendo las
aguas “pozo abajo”. ¡Adiós nacimiento
del río Tinto! Las aguas van a los
canaleos a precipitar su cobre. Esas y
algunas otras aguas van o vuelven al río Tinto, pero ya no son aquellas aguas
del manantial contaminado, si no que se trata de un “indiscutible vertido”.
Los ingleses
compraron la mina y el término municipal de Ríotinto en Febrero de 1873,
creando una enorme explotación típicamente colonial, hasta que en 1956, se hizo
cargo la empresa española que amplió las labores de los cobrizos y metales
preciosos, creando en Huelva la mejor industria química de Andalucía, y quizás de toda España. Fue lástima que se cargara el
proyecto del INI, bastante estudiado, en el que la pirita era y sería la
protagonista, y que su ministro de Industria les concediera, de hecho, el
monopolio.
El fuerte
endeudamiento en dólares y las subidas de los cambios, creemos que la
arruinaron, Aunque fuimos rivales, estimamos que su balance, en conjunto, es
muy positivo.
Con actividad minera
o sin ella, las aguas contaminadas de río Tinto, corrieron durante milenios por
casi toda la provincia de Huelva. Ahora, al abogar por la conversión de un río
Tinto, por otro “limpio y aprovechado”, hay que
enfrentarse a un conformismo y una inercia que tiene que tienen fuerte
raíces en el pueblo, en la sociedad onubense, en la empresa minera y en las autoridades
de todos los tiempos.
Por eso insistimos
que es precioso dar un fuerte golpe a la historia, de modo que la sociedad
andaluza gane y la empresa no pierda. Esta última, como es natural, tiene sus
planes y precisa concesiones de aguas limpias… que a nuestro juicio deben
atenderse, pero no se pueden coger aguas
limpias por encimas del río Tinto y seguir contaminando la provincia de
Ríotinto para abajo. ¡El río Tinto no entró en la venta a los ingleses! Es un río
nuestro que estuvo condicionado por un ferrocarril, que la empresa abandonó
para servirse de las carreteras del Estado.
La obra de
trasvase del Tinto, o de la transformación del Tinto, o de cómo quiera
llamársele, tiene realmente ejecutados, con permiso de las autoridades
pluviales o sin él, al menos dos túneles de la cuenca del Tinto al del Odiel,
según se ven en el mencionado libro “Pirita en Huelva”. Creemos que con fines
mineros se han realizado en estos últimos 30 años, obras costosísimas que se
pueden adaptar a los fines que defendemos. Sea como fuere; el paso del río
Tinto, al río limpio se encuentra en su momento oportuno, por el abandono del
ferrocarril y por encontrarnos ya de cara al 92.
Al político que
pueda y quiera decidir su ejecución, corresponderá la gloria de la obra magna
de Andalucía, tan sencilla y económica como productiva e insoñada.
Es casi seguro que
sobre el río Tinto se ha escrito más que sobre cualquier otro río de España,
debido a:
A)
Su
indudable relación con la civilización tartésica, considerada como la más
antigua de Occidente.
B)
Porque
hace más de veinte siglo los fenicios
partían de esta ría hasta Galicia y Asturias, donde compraban también oro y
hasta la antigua Britania para adquirir estaño, regresando a la desembocadura
del Tinto-Odiel. Reunida aquí la flota fenicia, reponía despensa y esperaba a
que saltara viento favorable para cruzar el Estrecho y navegar por el
Mediterráneo.
C)
Porque
el río Tinto era el camino de salida de las minas más importantes del Imperio
Romano.
D)
Porque
igual que se reunían aquí la flotas fenicias, se reunió la flota de las tres
carabelas, frente a Palos, con destino hacia lo desconocido, partiendo el 2 ó 3
de Agosto de 1492 para descubrir lo que después se llamó América.
¡Cuánta historia en un reducido espacio
de metros cuadrados!
Pero no son vientos de historia lo que ahora inspiran o hinchan las
velas de mi pluma. Lo que ahora nos obsesiona es el trasvase de las aguas del
río Tinto, de modo que las de este río
quede tan potables como la de la Fontanilla, de Palos, donde se llenaron
los pellejos para dicha tres carabelas.
Pero para mejor explicar el fin práctico del trasvase, intentaremos
bajar el tono del escrito, diciendo llanamente que los ríos Tinto y Odiel son
los dos ríos más largos y caudaloso de Huelva. Los dos nacen y van engordando
su caudal dentro de esta provincia, desembocando al unirse cerca del mar.
Frente a la Rábida. El río Odiel nace más al norte que el río Tinto, en la
Sierra de Huelva, pasando en su descenso hacia el Sur muy cerca de las minas de
Ríotinto. El río Tinto nace, precisamente en las minas de Ríotinto, y es en
este punto donde se desea que las aguas contaminadas y contaminantes del Tinto
pasen al Odiel.
Por el tipo de sus aguas, el Odiel tiene tres tramos bien diferenciados;
el más al norte es de agua puras y cristalinas hasta que llega a la franja pirita. Al travesar
esta última, recoge las aguas fuertemente contaminadas de casi todas las minas
de pirita de la provincia. Varios Kilómetros antes de su llegada al mar, forma
una ría, en la que mezcla con el agua de mar, ascendiendo y descendiendo el
conjunto, según las mareas. El río Tinto no tiene tramo superior de agua dulce
y pura, pues nace o nacía en las minas, con aguas ya contaminadas. Todo su
curso hasta mezclarse con el agua del mar y formar la ría del Tinto, lleva
aguas contaminadas, pero atención a un
detalle: El río Tinto que repetimos nace contaminado, no recibe después agua
malas de ninguna otra mina, durante su largo curso hacia el sur, mientras que
el Odiel recibe las aguas contaminadas de casi todas las otras grandes minas
contaminadoras, como antes se dijo. Si las aguas malas que recibe el río Tinto
al nacer, separan al Odiel, quedará limpio Todo el río Tinto y el Odiel seguirá
con las aguas contaminadas. Ahora tenemos los dos ríos contaminados y espera
tener uno limpio y el otro contaminado.
El trasvase de las aguas ácidas del río Tinto al Odiel es fácil, porque
el río Tintillo, es afluente del Odiel y sube hasta la Corta Atalaya, de
Ríotinto. Es más, al ensanchar y profundizar dicha corta en los últimos años,
gran parte de las aguas del Ríotinto ya van al Odiel a través de dos túneles
que la empresa hizo en las tres últimas
décadas para desagüe y, sobre todo, para evacuar estériles de dicha Corta, como
puede apreciarse en la figura V-2, página 118 (túneles 2y 5), del libro Piritas
de Huelva. El trasvase de las aguas del río Tinto se ha simplificado y casi
eliminado.
Resta, eso sí, un problema importante de vertidos de aguas o lejías
residuales que en gran parte van al río Tinto, así como las pluviales después
de acidificarse con resto pirítico. Las
recogidas de estas aguas fuertemente contaminadas pueden hacerse
llevándolas a balsas de estériles o al
río Odiel, No es problema difícil ni de envergadura. No se hace así por dejadez
y abandono de la empresa y de los poderes públicos, desde hace muchos años.
Entendemos que los costos de esta obra, magna por los bienes materiales que
puede reportar y por la gloria que representa, corresponde a la Junta de Andalucía. Es un alto honor que no
debe consentir que se lo arrebate.
Y se nos puede preguntar. ¡Si es obra productiva, magna y
honorífica!..¿Por qué no se ha hecho antes? Y la repuesta es sencilla.
Suponemos que otras personas, al igual que quien escribe, tendrían la misma
idea y tropezarían con el mismo obstáculo; El ferrocarril minero de Ríotinto.
Este ferrocarril discurre desde Ríotinto pegado al cauce del río del mismo
nombre, por una u otra margen del mismo. El sentido común, quizá más
desarrollado en los ingleses que en otros pueblos, les hizo pensar que los
trenes “cargados” irían así mejor y más económicamente, bajando según el curso del río, hacia su embarcadero en
Huelva, dejando la cuesta arriba para los trenes vacios. El aprovechamiento del
cauce del río Tinto era incompatible con esta vía; interrumpirla equivalía a
cortar el cordón umbilical a un ser non nato. Equivalía a parar la mina. Pero
representaba mucho para el país el valor de la producción diaria de Ríotinto y
muchos eran también sus obreros y empleados. Sobre dicha vía férrea, ha
existido una divisoria clara en el tiempo: Antes y después del ferrocarril. Con
la reciente parada de esa vía, todo ha cambiado. Las ideas y conceptos del trasvases
desde hace meses o años no son válidos y viceversa. Fue la propia empresa
Explosivos Ríotinto quien decidió libremente parar su ferrocarril minero y
hacer el transporte de minerales en camión por las carreteras del Estado.
Hace relativamente poco tiempo que se ha levantado los carriles de la
vía, al menos en los tramos, pues, en los tramos que hemos visto. Estamos, pues,
en la fase “después del ferrocarril”, es decir, ya se puede rescatar no sólo un
río, si no la cuenca de un río que ha estado contaminado al máximo, ya se puede
y debe pasar de un río que mataba cualquier indicio de vida a otro que dará la
vida vegetal, vida animal, Kilowatios, regadíos y que calmará la red física de
los pueblos ribereños, algunos de los cuales vienen padeciendo severas
restricciones veraniegas de agua potable.
Tiene fundamento que el trasvase
despierte recelos en los pueblos por donde pasa el Odiel. Dichos recelos
proceden, al menos en parte, de los abusos que antes han cometido algunas minas
que desaguaban en dicho río, ya que aprovechando las fechas de las grandes
lluvias, que aumentan mucho el caudal y la turbiedad de las aguas, limpiaban el
fango de los diques de aguas dulces, o las balsas de lodos…aumento de caudal y
de fango que al unirse a los de la lluvia y erosión general de suelos, causaban
perjuicios en las fincas y cultivos de “agua abajo”. Hoy esto ha cambiado mucho
gracia a la nueva legislación sobre vertidos, a las severas sanciones y al mayor
civismo en técnico y directivos mineros.
José García Díaz.
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