sábado, 19 de septiembre de 2015

Notas Nº 3. sobre el río Tinto.

                                                                                  
                                                               

     

      Estamos siguiendo del artículo anterior, que con el título del “El trasvase del río Tinto al río Odiel”. Por parte del ingeniero Isidro Pinedo Vara.

     En todo caso, trasvasar el río Tinto al río Odiel en cabecera, al nacer, no es igual que si trasvasara al final, o sea echando al Odiel el caudal y los aterramientos de toda la cuenca del río Tinto, pues insistimos que el trasvase se hace en la parte más alta del río Tinto, al nacer éste, y sabido es que los nacimientos de todos los ríos en general, suelen ser un pequeño arroyo, que incluso se seca en verano.

  En el trasvase del Tinto no será grande el caudal del río en sí, pero habrá que trasvasar a otra aguas superficiales y vertidos, Estamos convencidos que la empresa minera prestará su inestimable colaboración para resolver bien la recogida y trasvase de las aguas sucias, cual fuere su origen, al igual que estimamos que la Administración debe otorgarle, sin regateos, las concesiones de nuevos caudales de aguas limpias, para el mejor desempeño de los proyectos agrícolas y mineros que piensa llevar a cabo.

   Terminamos estas líneas, alertando a la Administración y al público en general, de un grave riesgo, cuyos efectos se atenuaron con las obras del trasvase y aprovechamiento de las aguas limpias de la cuenca del río Tinto. El riesgo que vamos a señalar, podría malograr o retrasar mucho el arrollador progreso de Huelva en las tres actividades básicas: Gran industria, turismo de playa, y modernas agricultura a base de riego localizado.      Dicha las tres actividades precisan de mucha agua y, sobre todo, la continuidad del suministro, sin fallos. Una gran avería en verano, que privara por unos días o semanas de aguas a las tres actividades citadas, podría significar una tremenda ruina. Y eso es muy posible porque vivimos en una región sísmica. Bien sabemos que esto traería risa o sonrisa a los jóvenes.

      Pero si Huelva no tiene  memoria, si tiene en estos momentos algunos viejos que con bolígrafo en mano podemos hacerle saber que los últimos veinte y cuarenta años hemos sufrido dos o tres fuertes sacudidas, que la  iglesia de la Milagrosa y la Catedral de la Merced hubo que cerrarlas por los daños sufridos y que cerradas siguen. También pueden preguntarse porque no hay en Huelva ni en Palos edificios, murallas o castillos, no reconstruidos, que tenga varios siglos.

   Además de recordar el peligro sísmico, que no es el único, esbozaremos, a grandes rasgos, nuestras conducciones hídricas, que hoy forman un conducto lineal con los embalses en un extremo. Es una red ingeniosa, que así por las circunstancias lo impusieron. Pero que nosotros la creemos frágil  con muchas zonas de peligro, provenga éste de una explosión de envenenamiento involuntario, por caída de alguna cisterna… y sobre todo por algún trastorno sísmico, de los que se producen varios cada siglo, cuando menos se esperan. Comienza esta red con qu8e toda o una gran parte del agua hay que elevarla unos metros por medios de bombas y tuberías. Luego atraviesa un largo túnel hasta entrar en la presa del El Piedra. Largo canal de hormigón y tuberías de gran sección por un puente de los más largos de España le permite llegar a Huelva, el mayor  centro urbano de la provincia, El puentes antes citado está sobre la ría del Odiel y para llevar el agua  a la zona industrial, que en su mayor parte se encuentra localizado en el término municipal de Palos, hay que cruzar las tuberías por otro gran puente.

   El sistema distributivo del agua en esta zona repetimos que lo encontramos frágil, y por lo tanto, con mucho riesgo de un colapso. La atenuación al mínimo de estos riesgos requiere una solución en triángulo o cuadrilátero, es decir, con los dos o tres embalses estratégicamente situados, teniendo en cuenta la situación de los centros de mayor consumo y que los cortes de suministro pueden  producirse por rajas en presas y canales, obstrucciones en los túneles y cortes en los puentes sobre las rías.

  Es indudable que el aprovechamiento de agua del río Tinto contribuiría a disminuir dicho riesgo.

  Del sábado 12 de Agosto de 1993. Bajo el artículo, firmado por M.J.G. (En el Huelva Información). Teniendo de cabecera el siguiente título: La Junta iniciará en otoño las obras de saneamiento de los ríos Tinto y Odiel.

    Anunciado por el consejero de Cultura y Medio Ambiente, Juan Manuel Suárez Japón, quien clausuró ayer las jornadas sobre humedades desarrolladas en la Rábida, y donde abogó por “políticas activas de intervención” para conservación de estas zonas.

  Las diversas actuaciones que incluye este proyecto de saneamiento de los ríos Tinto y Odiel se dirigirán, según el explicó el consejero, a la corrección de los vertidos “de ácido y de todos los elementos de las  explotaciones mineras de la zona. Las obras empezarían el próximo otoño, que tendrá un presupuesto de 1.200 millones de pesetas, que serán financiados conjuntamente con la CE. Quien aportará entre el 30 y el 70 por ciento del coste total.

  Según estimó el consejero, este proyecto de saneamiento junto con el de restauración de las balsas de yeso de la cuenca baja de ambos ríos, en el Polo Químico. “serán fundamentales para poder decir a la sociedad de Huelva que los ríos Tinto y el Odiel han dejado de estar contaminado”.

  En este mismo año, en el día 20 de Octubre, y en portada la siguiente noticia: El ministro de Obras Públicas, don José Borrel, dijo ayer que su departamento va invertir más de 13.000 millones de pesetas en el saneamiento de las cuencas de los ríos Tinto y Odiel.

   El ministro contestó a una pregunta del senador socialista Antonio García Correa sobre las actuaciones que se realizan en estas cuencas de Huelva para la descontaminación y posterior aprovechamiento de sus aguas. Previsto en la primera fase del proyecto de directrices del Plan Hidrológico II de la Cuenca del Guadiana, con un coste de 13.000 millones de pesetas. 

 

José García Díaz.

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