miércoles, 18 de mayo de 2016

No hay nada nuevo bajo el sol.

                                                                               

      Según un comunicado del puesto de carabinero de la playa llamada "Mazagón" de término de Moguer, que un grupo de trabajadores dedicado a la pesca de coquinas y de otros moluscos.
     Disponían para guarecerse de la intemperie, cerca de un barranco, junto el arroyo "Julianejo" de una chocilla.
    Desde hacía varios días que dicha playa fue sacudidas por fuertes tormentas con abundante lluvias y fuertes vientos que produjo, que el barranco viniera  abajo, con tan mala suerte, que los tres individuos que dormían sin temores ni sobresalto.
     Cuando al día siguiente, el cabo de carabinero Fernando López y su compañero, haciendo ronda de vigilancia se percataron del derrumbe, dieron parte a la autoridades.
       Al llegar el Juzgado y numeroso público a dicha playa, vieron los cadáveres, que identificados resultaron ser los vecinos de Almonte Francisco Martín apodado El Currito el Abuelo, Daniel Díaz el "Lería" y Manuel Franco  El Sanchunga". Los cadáveres estaban horriblemente mutilados.
         Según los testigos presentes que fueron reclamados por los carabineros para colaborar en el rescate, oyeron grandes y profundos lamentos de una triste agonía, observando que la tierra en una gran cantidad había sepultado el pequeño cobijo.
       A pesar de los rápidos auxilios, que se prestaron a los pobres infelices sepultados cuando fueron extraídos, eran ya cadáveres.
   Al entierro de las víctimas en la villa de Palos de la Frontera el 27 de Octubre de 1913 por el corresponsal de "La Provincia" en esta. Al fúnebre acto puede decirse que asistió todo el pueblo en general, acompañado por las autoridades.
      Las familias de las víctimas que llegaron de Almonte fueron atendida cariñosamente por el señor Alcalde, que le prodigó halagadoras frases de consuelo, adoptando ayudas en todo lo que le fuesen necesario, tanto para la conducción de los cadáveres desde el lugar de la catástrofe al pueblo, como para el enterramiento cuyo acto presidió.
   Cuando los familiares se disponían a regresar de nuevo para Almonte, todos tuvieron en sus labios palabras de gratitud y reconocimiento para el Alcalde y vecindario en general por el cariño demostrado en el amor al prójimo cuando este más lo necesita.
             Pero como las desgracia nunca vienen sola, días después apareció un cadáver en la misma costas alejado casi unos 15 kilómetros, en un paraje llamado las "Atarazanas" cerca de la conocida Matalascaña.
           Avisado el Juzgado Municipal de la villa de Almonte, se personó en aquel lugar, el juez, don Diego Torres Endrina, el secretario, don Julio Kao y Gómez de la Miel y los médicos señores Triana González y Acevedo Endrina.
        Llegado el juzgado al referido sitio e identificado el cadáver, resultó ser el del marinero Domingo García Vega, apodado el "Flamea", natural y vecino de Sanlúcar de Barrameda, de 28 años de edad, el cual deja viuda y dos hijos. Era el patrón del barco "Juan Sevilla" naufragado en la barra de Sanlúcar hace más de un mes.
          El cadáver se hallaba en estado avanzado de gran putrefacción, y fue enterrado a unos 150 metros de la costa.
     Con el tiempo, ya a través de los carabineros se conocería este lugar como la "Mata del Difunto" teniendo cerca una caseta de vigilancia.

    José García Díaz.


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