El día 30 de Octubre de 1912; en la finca La
Ruisa, propiedad del hacendado sevillano don Carlos O´Donel y Vargas.
Ha
desaparecido como por arte magia un hermoso cerdo, de unas nueves arrobas más o
menos; tras avisar a la guardia civil del curioso hecho, se abren diligencia,
determinando que la noche de la desaparición, pernoctó en las inmediaciones de
dicha finca una cuadrilla de gitanos y en el lugar donde pusieron su
campamento, se ha encontrado varios despojos del pobre animalito.
Pero ahora viene
lo bueno. El desgraciado cerdo padecía una enfermedad contagiosa y se
encontraba separado de la piara en observación por parte del Inspector de Higiene Pecuaria de la
Provincia.
Pendiente de su
sacrificio, y de analizar parte de su carne en el vecino pueblo de Niebla
mediante el microscopio, si se encontraba como portador de la triquinosis.
Puestos que las autoridades sanitarias de Huelva, habían recibido información
días antes de un grave suceso ocurrido en Galicia.
( Los hechos fueron
ocurrido en la aldea de Becerrea provincia de Lugo, donde los vecinos temiendo
a las manadas de lobos, que por el motivos de las nevadas últimas, bajan a la
dicha aldea, se le ocurrieron la idea, de matar a una vaca herida por los
mencionados carnívoros, con un fuerte veneno.
Lo que no se
percataron de que pasaron cerca de la dicha vaca, un grupo de gitanos que sin
sospechar de la situación, empezaron a comer de dicho animal infectado, lo que
produjo la muerte de cinco miembro de la familia y tres más ingresado en estado
grave.)
Tras realizar la
averiguaciones oportunas dieron con los citado gitanos, que fueron sancionados
tiempo antes en la finca vecina conocida como La Dehesa del Puerto, propiedad
del acomodado don Antonio Sánchez Bedoya y situada a siete kilómetro de Niebla,
teniendo en la punta la finca el apeadero del ferrocarril conocido como La
Gravera.
Ocurrió el
siguiente hecho, un grupo compuesto por tres sujetas conocidas bastante bien
por estos lugares, hallándose acompañada de una burra, que fue sustraída del
vecino pueblo de Bonares, siendo su propietario el bonariego Hermenegildo de los Santos.
Las tres gitanas
pertenecía a la citada familia, llamada Antonia la Republicana, Dolores la Loca
y la hija del Mono Azusa, dedicándose a robar bellotas.
Cuando tenía bien
lleno el serón, se presentó sin previo aviso, dos números de la guardia civil
que detuvo a las tres individuas, ocupando el fruto robado y poniendo el hecho
en conocimiento del Juzgado.
Toda la familia
se encuentra reunida en la prevención provincial, en espera para la revisión
médica por parte de los sanitarios, así como las responsabilidades penales que
requiera el citado caso.
Mientras los
gitanos, proclaman que a ellos no les pasaran nada, demostrando que todas su
familia se encuentra inmunizadas de la triquinosis.
!Mejor, que sea así!
José García Díaz.
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