martes, 13 de octubre de 2015

Recuerdo de la Guerra de Cuba


                      

                              Del diario onubense "la Provincia" del día 26 de Septiembre de 1898.

        El señor gobernador civil de esta provincia se ha dignado remitirnos, un telegrama que se ha cruzado entre la Capitanía General de Sevilla y este gobierno civil, con motivo de la repatriación de soldados enfermos procedente de Ultramar.

      Pidiendo colaboración con todos los organismos oficiales como la Diputación provincial, ayuntamientos y demás corporaciones, que faciliten la acción humanitaria del gobierno, contestando lo antes posibles.

      Agradeciendo la ayuda voluntaria, de muchos propietarios que ofrecen locales que carecen de condiciones higiénicas necesarias.

        Se ha tomado como medio más eficaz al fin que se persigue que el Monasterio de la Rábida propiedad del Estado, a cargo del Ministerio de Fomento en donde podrán instalarse cómodamente 150 camas constituyendo el edificio un verdadero Sanatorio, incluso para enfermedades epidémicas,  así como el Santuario de la Virgen de la Cinta del cual dispone Diputación, en cuyo local podrían ser colocadas bien unas 100 camas, pero hay que significar que a este local solo podría ser destinado los convalecientes o anémicos en atención a tener que recorrer a pie para llegar al Santuario desde la línea férrea, próximamente un kilómetro de distancia.

         Respecto al local de la Palma del Condado, ya conocemos el estado ruinoso en que se encuentran por desgracia.

     Para dar cumplimiento a una orden del Excmo. Sr. Capitán General de Sevilla, con fecha de día 6 del actual, relativo a los locales que en esta ciudad podrían ser destinados a hospitales y sanatorios para albergar en ellos a los soldados repatriados que lo necesiten, de acuerdo y con la asistencia del señor Gobernador Civil, don Rafael López Hernández, Presidente de la Diputación, don Manuel Garrido Pérez, Alcalde accidental, y los mayores propietarios de esta ciudad en unión del Presidente de la Cruz Roja don José García López.

          He dejado de telegrafiar estos dos días porque nos parecía inútil hacerlo, pues se sabía que con la fuerte tempestad de la tarde del día 12 había dejado mal parada las líneas, y algunas no funcionan y otras lo hacían con gran retraso, de maneras que las noticias telegráficas serían adelantados por el correo.

         Estamos viendo todas las noches el número de persona que acude a la estación de Zafra, a presenciar la llegada de los repatriados hijos de Huelva y provincia.

    Del diario “La Época” del Jueves día 8 de Septiembre.

      El navío llamado “Montevideo” llegó ayer a las 8 de la mañana de ayer fondeando en la Coruña, procedente de Santiago de Cuba.

     Ha hecho la travesía en doce días y ocho horas y trae patente limpia.

     A bordo ha traído 2.028 soldados, 80 sargentos y 142 oficiales, que hacen un total de 2.417 hombres. De los cuales 60 están enfermos, 21 de gravedad.

   El Montevideo pasó al lazareto de Oza, donde pasará cinco días de cuarentena.

  Durante la travesía han muerto, 22 soldados, entre ellos dos de la Provincia de Huelva, que mencionamos: López Aguilar Ibarra, de Higuera de la Sierra y Teodoro Romero Flores, de Moguer.

    El gobernador civil de la Coruña antes de lo que estaba sucediendo era alarmante. En el buque se halla amontonados 2.000 hombres en sollados de malísimas condiciones, sobre todo para enfermos disentéricos, en su mayoría en grave estado.

    Ya que todos los vapores que hacen la ruta de Ultramar, y sobre todo en el Montevideo, no reciben otro aire que el que se produce con la marcha, mientras  cuando se encuentra parado ha de producir una atmosfera emanada de los enfermos mismos que pudiera desarrollar una epidemia.

       No solo las autoridades, si no la población de la Coruña, reconocen este riesgo de contagio y se encuentran en estado de gran alarma, pidiendo con urgencia la solución de un conflicto que se ha de agravar de un momento a otro con el arribo de los demás buques.

    En el lazareto de San Simón, han fallecido los repatriados de Huelva  José Camacho del Regimiento de Isabel la Católica, y José Gil. Del batallón de Puerto Rico. Este era asistente del capellán, además el soldado Pedro Sáenz de Isla Cristina, que falleció en la travesía, le fueron encontradas 300 pesetas, que ingresaron como depósito en la caja del batallón de Puerto Rico.


        Leemos en “Liberal”

      Francisco Arnau Salgado, vecino de un pequeño pueblo de la Sierra de Huelva, soldado de batallón de Asia, que capituló en Santiago de Cuba, llego a Madrid con otros de sus compañeros, repatriados el día 8 de este mes.

        Venía, como casi todos los soldados, sin una peseta. Ingresó en el Hospital; pero como no tenía ninguna dolencia, si no una grande debilidad, producida por los muchos días pasando hambre y como además deseaba trasladarse a su pueblo, le dieron el alta.

       Y en la calle se encontró mendigando, como muchos compañeros, sin auxilio ninguno, sin un céntimo, sin poder tomar el tren para irse a Huelva.

       Un amigo nuestro estuvo anoche con el soldado Arnau en la redacción del “El Liberal”. Se lo había encontrado en la calle, apoyado a la pared de una esquina, sin poder a penas moverse, sin ánimos para dar un paso, la hambruna lo delataba, y la inanición.

        En su rostro anémico, sin vida, sin alma, se retrataba la resignada conformidad con su triste suerte. Y lentamente, pues le costaba gran trabajo articular palabras, conto Arnau sus desdichas. Le deben meses y meses de soldada. Ha perdido la cuenta. Y para colmo de males se le ha muerto su madre.

        Quería saber si el Gobierno le pagará algo de los atrasos, por lo menos con qué regresar a su pueblo, con que ir a llorar sobre la tumba de su madre, muerta sin el consuelo de abrazarle.

        Al ministro de la Guerra nos dirigimos, por si hay medio de que se socorra tanta desdicha. El caso de Arnau no es un caso, constituye ya legiones. Pero de momento les hemos ofrecido un bocadillo y vino.

       Del diario  La Provincia, de 14. El miércoles falleció en el Hospital Provincial un soldado perteneciente a la compañía de cazadores de Segorbe, que se hallan de guarnición en esta.

    Los mozos del corriente reemplazo a quienes haya correspondido prestar servicio en Ultramar, podrán redimirse a metálico por 1500 pesetas hasta el día 30 del corriente, y por 2.000 desde esta fecha hasta diez días antes de su embarque.

   Por el ministro de la Gobernación se ha dispuesto que los médicos titulares de los Ayuntamientos visiten diariamente a los soldados repatriados, dando a los alcaldes partes correspondiente.


        Entre los soldados enfermos repatriados que han desembarcado en Santander el día 14, procedente del navío “Colon”, se encuentra Juan Galindo Ponce, de Huelva. Otro compañero de viaje  el fallecido, don Francisco Herrera y González, médico militar, víctima de una cruel enfermedad, amigo y paisano nuestro.

        El señor Herrera, que marcho a principio de la campaña a Cuba, como voluntario. Otro repatriado que ya se encuentra entre nosotros es nuestro amigo, D. Antonio Ugena, primer teniente de infantería, que ha estado destacado en Santiago durante la campaña militar, es natural del pueblo de Bollullo.

        

   Se acaba de publicar cuanto ha supuesto los gastos de la funesta pasada guerra asciende a dos mil millones de pesetas.

  Del diario de la “Crónica del Santander” del día 24, que para Huelva ha salido el tren nº 43. Estos fueron despedidos en el andén por las autoridades de Marina.

   Anoche llegó a Huelva, por el tren de Sevilla, el soldado de infantería de marina, hijo de esta capital, José Garrido Álvarez, que figuraba en la dotación del “Cristóbal Colón” cuando ocurrió el desastre de la escuadra de Cervera, en el fue hecho prisionero por los yanquis.

José García Díaz.

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