En primero de mayo
en este año de 1878, es por donde este Ayuntamiento se ocupó de los arbitrios
establecido por la venta pública en el Matadero local, visto el expediente de
subasta del año actual, es por donde esta Corporación acuerda el cobro para el
año próximo de 1879, del ramo del Consumo, al mismo tiempo se ha efectuado el
cobro por morosidad a los siguientes vecinos:
José Arroyo Yanes,
herrero que ha abonado 14 pesetas.
Francisco Conejo Vega,
de su fábrica de vino con 25 “
Antonio Guerrero Delgado
““ “” “” 24 “
Manuel Carrasco Bautista “ “
“ “ 92 “
Dionisio Carrasco Bautista, zapatero……………………
26 “
Al mismo tiempo, se aprueba que, en todos los pinares de propios del
municipio, queden destinado para el descanso y abrigo del ganado en los días de
nieve y agua, mientras que en tiempo de calor puedan tomar sombra, igualmente
se destina un fondo común para enfrentarse a cualquier calamidad.
En primero de agosto el señor Presidente pone de manifiesto que se
encuentra vacante la plaza de sereno, y de portero segundo de este
Ayuntamiento, por haber presentado su baja el actual José Coronel Barriga.
Mientras a petición del Regidor don Juan Antonio de Soto, propone para
el servicio de la Secretaría, no quede desatendido el municipio se propone a
don Diego Camurati Moro, para el desempeño de esta labor, con el sueldo aprobado
en el presupuesto vigente para dicha plaza.
También se acuerda, que no siendo lícito entrar en este término los ganados
extraños, que se prohíba la entrada de las piaras de don Servando Jiménez
vecino de Moguer, y de don Juan María Bolaño, que al parecer entran a nombre de
don Jerónimo Márquez, bajo su responsabilidad, queda sancionados con arreglo al
Código Penal.
Visto el estado que se encuentra
el Cementerio, se acordó que, se reponga el umbral de la puerta que es de
piedra a uno de mármol, que impida la entrada de animales, junto el arreglo de
uno de sus ángulos que da para el arroyo, junto abrir una fosa común para
depósito de los huesos que salgan de las sepulturas que, nuevamente se abran,
quedando el gasto que ocasionen para el capítulo de imprevistos.
En la tarde del 15 de agosto, sobre la 5 de la tarde más o menos,
metidos en calor veraniego con el cielo claro y hermoso, es cuando de pronto se oscurece
todo el pueblo con una nube frondosa de cientos de miles de langostas,
proveniente del vecino pueblo de Rociana.
Por lo que se convoca urgentemente en Sesión Extraordinaria, para formar
en este Ayuntamiento, una Junta destinada a exterminar las citadas langostas,
compuesta por el señor Alcalde Presidente don Rafael Prieto Carrasco, junto con
los vocales don Ildefonso Feria Vega, el Regidor Síndico y como propietario don
José María Carrasco Vega, don Ildefonso Prieto Carrasco, y don Diego Guzmán
Pabón, como labradores don Julián Guzmán Coronel y don Francisco Márquez
Carrasco. Y yo como primer Secretario titular Certifico: Fermín Carrasco.
Todo esta, se debió al telegrama Oficial de parte del Gobierno Civil mandado
por don Miguel Bethencourt, y bajo las recomendaciones del Ingeniero
Secretario, Luis A. Martínez para que se aplique el mismo protocolo, que hace
dos años atrás, se tuvo otra invasión de langostas, en el mes de octubre y
noviembre que contando con las inclemencias del tiempo, pues el frío y
las lluvias ayudaron a combatirlas.
En esta ocasión la irrupción, de las langosta o llamada también por los
locales como los “cañafotes” y “saltamontes” fue en agosto, cuando los campos se encontraban llenos de mieses, las viñas
preparadas para su campaña, los huertos por igual.
(Según la `prensa en
aquellos días, del 25 de agosto de 1878, cuando en toda la provincia de Huelva
se halla infestada por el canutillo de la langosta, había dañada más de 3.000
hectáreas, donde el pueblo de Bonares fue bastante perjudicado toda su
agricultura).
De
nada sirvió las súplicas y rogativas por parte del Cura Párroco, don Domingo
Pulido, dedicada a Nuestra Sagrada Patrona, según costumbre muy antigua en los
tiempos, y en donde algunas ocasiones dieron resultados pidiendo lluvia contra
la sequía, o eso hacían creer a los ignorantes creyente locales.
El
citado Ingeniero solicita que le remitan en el plazo más breve, cuantas juntas
de bueyes hay en este pueblo, con arados con rejas grande, caballos y mulos
llevando cuchillas de hierro curvada, que puedan surcar superficie de terreno,
a una profundidad de 6 a 8 centímetros, es el suficiente para destruir el
canuto. Así como relación de las piaras de cerda locales, que tan gran labor
prestan, por el gusto que tienen por devorar estos insectos. Para hacer público
la entrada del referido ganado, en los terrenos de propios y del Estado que,
contengan canutos de langostas, para que los destrocen y lo entierren en los surcos
labrados.
La
Alcaldía contratarán con doble y medios salarios estimados por la Comisión
citada, de los que se acostumbran a pagar en las demás faenas agrícolas;
aquellos jornaleros por cuenta ajena, como aquellos otros voluntarios, saldrán en
varias partidas, formando juntos unos treinta, cuarenta o cincuenta hombres;
portando ramas de pinos o retamas en las manos, entre todos pisando los canutos
y matando las langostas, para coger los azadones haciendo zanjas y poder
enterrar las dañinas invasoras.
Esta variedad de langostas africanas, identificadas
por sus alas de color rojo, procedían del Senegal, según examen de los técnicos
de Montes en la Gaceta Agrícola, traídas por los fuertes vientos ocasionados.
Los propietarios
particulares, utilizarán sus medios disponibles en sus manos, para combatir los
citados terrenos infectados con los canutos, dentro de sus posibilidades. Dado
que están obligados a participar todos los varones de cada familia,dentro de la
edad comprendida entre los 16 a 60 años, con relación a los medios disponible de
cada vecino.
Semanas después,
en la Casa del Ayuntamiento quedó publicado un edicto, con aquellos terrenos
que fueron invadidos, expresando sus linderos, por si es propiedad particular,
o municipal, según el criterio de los miembros de esta Comisión, formada entre
los mayores seis contribuyentes.
Antes el Juez Municipal, y el Regidor Síndico,
el Depositario municipal abonará la
cuantía apreciada por los daños sufridos los vecinos locales valorada en 3,467 pesetas,
por donde el Secretario presentará el acta de la sesión, y firmada por todos
los miembros de esta Comisión, elevando la copia de todo al Gobernador de esta Provincia,
por correo inmediato, para que este la presente a la aprobación de la Junta
Provincial, para ponerlo en conocimiento al Gobierno, a quien, finalmente, se elevará
siempre cuenta justificada de todos los gastos ocasionados.
No se especifica, si
la Diputación Provincial, u otro Organismo Oficial colaboró en las ayudas a los
vecinos más necesitados económicamente.
José García Díaz.
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