jueves, 30 de octubre de 2025

La invasión de langostas en Bonares en 1878.

 

    



   En primero de mayo en este año de 1878, es por donde este Ayuntamiento se ocupó de los arbitrios establecido por la venta pública en el Matadero local, visto el expediente de subasta del año actual, es por donde esta Corporación acuerda el cobro para el año próximo de 1879, del ramo del Consumo, al mismo tiempo se ha efectuado el cobro por morosidad a los siguientes vecinos:

 José Arroyo Yanes, herrero que ha abonado 14 pesetas.

 Francisco Conejo Vega, de su fábrica de vino con 25 “

 Antonio Guerrero Delgado ““    “”       “”                  24 “

 Manuel Carrasco Bautista “                                  92 “

 Dionisio Carrasco Bautista, zapatero…………………… 26 “

   Al mismo tiempo, se aprueba que, en todos los pinares de propios del municipio, queden destinado para el descanso y abrigo del ganado en los días de nieve y agua, mientras que en tiempo de calor puedan tomar sombra, igualmente se destina un fondo común para enfrentarse a cualquier calamidad.

   En primero de agosto el señor Presidente pone de manifiesto que se encuentra vacante la plaza de sereno, y de portero segundo de este Ayuntamiento, por haber presentado su baja el actual José Coronel Barriga.

   Mientras a petición del Regidor don Juan Antonio de Soto, propone para el servicio de la Secretaría, no quede desatendido el municipio se propone a don Diego Camurati Moro, para el desempeño de esta labor, con el sueldo aprobado en el presupuesto vigente para dicha plaza.

     También se acuerda, que no siendo lícito entrar en este término los ganados extraños, que se prohíba la entrada de las piaras de don Servando Jiménez vecino de Moguer, y de don Juan María Bolaño, que al parecer entran a nombre de don Jerónimo Márquez, bajo su responsabilidad, queda sancionados con arreglo al Código Penal.

    Visto el estado que se encuentra el Cementerio, se acordó que, se reponga el umbral de la puerta que es de piedra a uno de mármol, que impida la entrada de animales, junto el arreglo de uno de sus ángulos que da para el arroyo, junto abrir una fosa común para depósito de los huesos que salgan de las sepulturas que, nuevamente se abran, quedando el gasto que ocasionen para el capítulo de imprevistos.

      En la tarde del 15 de agosto, sobre la 5 de la tarde más o menos, metidos en calor veraniego con el cielo claro y hermoso, es cuando de pronto se oscurece todo el pueblo con una nube frondosa de cientos de miles de langostas, proveniente del vecino pueblo de Rociana.

   Por lo que se convoca urgentemente en Sesión Extraordinaria, para formar en este Ayuntamiento, una Junta destinada a exterminar las citadas langostas, compuesta por el señor Alcalde Presidente don Rafael Prieto Carrasco, junto con los vocales don Ildefonso Feria Vega, el Regidor Síndico y como propietario don José María Carrasco Vega, don Ildefonso Prieto Carrasco, y don Diego Guzmán Pabón, como labradores don Julián Guzmán Coronel y don Francisco Márquez Carrasco. Y yo como primer Secretario titular Certifico: Fermín Carrasco.

     Todo esta, se debió al telegrama Oficial de parte del Gobierno Civil mandado por don Miguel Bethencourt, y bajo las recomendaciones del Ingeniero Secretario, Luis A. Martínez para que se aplique el mismo protocolo, que hace dos años atrás, se tuvo otra invasión de langostas, en el mes de octubre y noviembre que contando con las inclemencias del tiempo, pues el frío y las lluvias ayudaron a combatirlas.

                                                   


                      

      En esta ocasión la irrupción, de las langosta o llamada también por los locales como los “cañafotes” y “saltamontes” fue en agosto, cuando los campos  se encontraban llenos de mieses, las viñas preparadas para su campaña, los huertos por igual.

   (Según la `prensa en aquellos días, del 25 de agosto de 1878, cuando en toda la provincia de Huelva se halla infestada por el canutillo de la langosta, había dañada más de 3.000 hectáreas, donde el pueblo de Bonares fue bastante perjudicado toda su agricultura).

     De nada sirvió las súplicas y rogativas por parte del Cura Párroco, don Domingo Pulido, dedicada a Nuestra Sagrada Patrona, según costumbre muy antigua en los tiempos, y en donde algunas ocasiones dieron resultados pidiendo lluvia contra la sequía, o eso hacían creer a los ignorantes creyente locales.

      El citado Ingeniero solicita que le remitan en el plazo más breve, cuantas juntas de bueyes hay en este pueblo, con arados con rejas grande, caballos y mulos llevando cuchillas de hierro curvada, que puedan surcar superficie de terreno, a una profundidad de 6 a 8 centímetros, es el suficiente para destruir el canuto. Así como relación de las piaras de cerda locales, que tan gran labor prestan, por el gusto que tienen por devorar estos insectos. Para hacer público la entrada del referido ganado, en los terrenos de propios y del Estado que, contengan canutos de langostas, para que los destrocen y lo entierren en los surcos labrados.

        La Alcaldía contratarán con doble y medios salarios estimados por la Comisión citada, de los que se acostumbran a pagar en las demás faenas agrícolas; aquellos jornaleros por cuenta ajena, como aquellos otros voluntarios, saldrán en varias partidas, formando juntos unos treinta, cuarenta o cincuenta hombres; portando ramas de pinos o retamas en las manos, entre todos pisando los canutos y matando las langostas, para coger los azadones haciendo zanjas y poder enterrar las dañinas invasoras.

  Esta variedad de langostas africanas, identificadas por sus alas de color rojo, procedían del Senegal, según examen de los técnicos de Montes en la Gaceta Agrícola, traídas por los fuertes vientos ocasionados.

   Los propietarios particulares, utilizarán sus medios disponibles en sus manos, para combatir los citados terrenos infectados con los canutos, dentro de sus posibilidades. Dado que están obligados a participar todos los varones de cada familia,dentro de la edad comprendida entre los 16 a 60 años, con relación a los medios disponible de cada vecino.

     Semanas después, en la Casa del Ayuntamiento quedó publicado un edicto, con aquellos terrenos que fueron invadidos, expresando sus linderos, por si es propiedad particular, o municipal, según el criterio de los miembros de esta Comisión, formada entre los mayores seis contribuyentes.

    Antes el Juez Municipal, y el Regidor Síndico, el Depositario municipal  abonará la cuantía apreciada por los daños sufridos los vecinos locales valorada en 3,467 pesetas, por donde el Secretario presentará el acta de la sesión, y firmada por todos los miembros de esta Comisión, elevando la copia de todo al Gobernador de esta Provincia, por correo inmediato, para que este la presente a la aprobación de la Junta Provincial, para ponerlo en conocimiento al Gobierno, a quien, finalmente, se elevará siempre cuenta justificada de todos los gastos ocasionados.

 No se especifica, si la Diputación Provincial, u otro Organismo Oficial colaboró en las ayudas a los vecinos más necesitados económicamente.

   José García Díaz.

 

 

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