miércoles, 28 de octubre de 2020

Un asesinato que terminó en leyenda.

 

  

 

                                                                 


 

  Nota de prensa del día 1 de marzo de 1894, en el diario La Provincia:

  Ayer, ante la sección segunda y ante jurado, vióse la causa incoada en el Juzgado de Moguer contra Vicente Garrido Molín, por el delito de homicidio en la persona de José Pérez Coronel, perpetrado en el pueblo de Bonares el pasado mes de abril.

   Por el veredicto del jurado le fueron apreciadas las circunstancias atenuantes de embriagues no habitual y las de arrebato por obrar bajo el impulso de una agresión, y en su consecuencia el tribunal de derecho impuso al procesado la pena de ocho años y un día.

    El defensor, señor Sánchez Mora, estuvo siempre elocuente en su discurso, principalmente en la parte en que trató de probar que el hecho no fue ejecutado con abuso de fuerza, agravante solicitada por el Ministerio Fiscal.

    Expediente nº 7.569 del A.H.P.H. Sobre las Sentencias de la Audiencia Provincial de Huelva, desglosado: Tribunales.

                                                               


  Los señores que han compuesto el citado Tribunal de Juzgado este cuatrimestre, correspondiente al distrito de Moguer y residente de la villa de Bonares que han participado en este sumario, presidida por el Juez señor don Felipe Carrasco.

  Don Alejo Diego Quintana; don Laureano Moreno Ponce; don Francisco Becerra Barrios; don Rodrigo Feria Vázquez; don Pedro González Rodríguez; don Lázaro Soto Bautista; y de suplente Ignacio Vega Moreno.

   Que los hechos ocurrieron el 12 de abril. Sobre las 11 de la noche en la posada de Alejo Diego Quintana. (Esta pensión regentada por el citado Alejo en contrato de alquiler, era de propiedad de don José María “el Patuo” y se encontraba situada en las Cuatro Esquinas, para pasar a ser tiempo después la taberna de José María “El Chirro”. Luego este salón pasó a ser escuela particular de la mano del maestro y alcalde local don Guillermo López Ugena y don Juan Avilés; para terminar de almacén de frutas, dirigido por el industrial Manuel Pínguele para terminar como la ermita de la Cruz de la Cuatro Esquina).

   Que los hechos resaltan, que la situación se alteró entre los dos individuos además del vino había por medio, una apuesta indecente comprometiendo aun familiar determinado y de ahí se llegó a la navaja certera. Lo demás lo aportó el ilustre abogado el señor Sánchez Mora, reconocido en toda provincia por su buena minuta y su buen saber de la abogacía.

  Se resalta también, que es uno de los primeros atestados que lo tuvo que desarrollar la Guardia Civil en este pueblo.


                                                                 


   Ya que 7 años antes, el jueves día 23 de agosto de 1887 el Ayuntamiento de esta villa, recibió la siguiente circular gubernativa: “Se aprueba el establecimiento de la Guardia Civil con un número de cinco individuos. En donde este municipio aportará todos los recursos necesarios que dicta la ley”.

  Destinaron para este fin la casa- cuartel de la familia Carrasco, que durante tantos años pernoctaron estas unidades, hasta los años 90 del siglo pasado.

 

     José García Díaz.

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