jueves, 7 de abril de 2016

Un homenaje al amigo el bacalao.

                                                        


       La junta de reforma de los Aranceles con fecha del 15 de Enero de 1911, ha tenido el acierto de tener un buen acuerdo de proponer a la baja de los derechos a el señor bacalao.
         ! Dios Todopoderoso se lo page en nombres de las numerosas familias que pudiendo se súbdito de su majestad el jamón serrano, no tiene más remedio que rendir vasallaje a su alteza el señor bacalao!
      Y es que no es para menos, es el egoísmo de nuestros gobernantes que habían elevado por las nubes el precio del llamado jamón del pobre, que ya casi tenía el valor económico de un plato de lujo.
       Y, no es porque el bacalao desmerezca de lo demás, pues por eso de venir seco y prensado, sino porque su abundancia lo hace popular y al alcance de todo el mundo, así es que encarecerlo, es privar al humilde pueblo del plato más sencillo y económico, si su precio se sostiene en un estado prudente.
         Cuando los años que el pobre bacalao estaba barato. llegó a mirarse con mucho cuidado con cierta indiferencia por los buenos cocineros. En cambio la clase proletaria lo acogía con  alegría y le daba mil forma diversas para que resultase un plato fuerte, dentro de la modesta comida del pobre.
        Elevados los derechos de aduana,  el bacalao tomó tanta importancia, que casi se compara con los mejores platos de la gastronomía española.
         El bacalao a la "maitre d´hotel" era un plato de regalo, a la vizcaína un guiso de los grandes acontecimientos, a la milanesa,  a la camagüeyana y a la catalana, platos de banquete y en otra mil formas, una verdadera rareza en el más curioso menú.
          El infeliz labriego, que después de algunas horas de penoso trabajo asaba sus sabrosas tiras de pellejo y engañaba con ella la cotidiana hogaza, rociándolas con sendos tragos de vino de la tierra, había tenido que desistir de él, porque era un lujo imposible de costear.
            En la clase media, el bacalao solo formaba parte de la comida, cuando el pescado fresco subía de precio o estaba tan  escasos que era difícil poder comprarlo.
        la baja del precio de los derechos de arancel coloca al bacalao en su nivel. y nada perderá con la reforma, porque aumentará el consumo y neutralizará los efectos de la baja.
       Su alteza el señor bacalao, debe seguir siendo el jamón serrano del pueblo llano, que es el más sufrido. Ya que ha resuelto muchas veces el problema económico de los que carecen de recursos, de justicia es que el democrático señor Canalejas, se lo restituya al pueblo, y sea de nuevo su plato preferido.
           Ya que la carne no está al alcance de los desgraciados que no la conocen más que de nombre, bueno será que el bacalao la sustituya y haga la misión de olvidar.
     El bacalao es muy nutritivo y aunque no haga a la raza más vigorosa, por lo menos contribuirá a que no se propague la anemia.

           Bendigamos, pues, la reforma y aplaudamos a los que se han interesado por el alimento del pobre y sufrido pueblo

      Z.U.   José García Díaz.

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