martes, 1 de marzo de 2016

En la villa de Niebla, suma y sigue.

         

                   En el Juzgado de Instrucción de Moguer.




         Antes la sección nº 2. y el Tribunal de Derecho constituido por los señores magistrado Don Antonio de la Vega como presidente, Don Juan Quintanilla y Don Luís Afán de Ribera, se celebró hoy, en el día 29 de julio de 1910, a las 9´30 de la mañana comenzó la Audiencia pública Vista de la causa número 24 de este Juzgado, por lesiones causadas a María Josefa Lagares Coronel el día 13 de Febrero último, que fué Domingo de Piñata, en la villa de Niebla, cometida por su  concuñada la procesada María de la Bella Riera Rodríguez, en una calurosa reyerta comenzada por ambas partes.
   Las lesiones sufridas por la María Josefa Lagares Coronel fueron causada por un mordisco que le dió la Bella en el ala izquierda de la nariz, habiendo tardado en  su curación unos 25 días, los mismos que necesitó de la asistencia médica y estuvo impedida  por ese tiempo para el trabajo.
   El representante de la ley, después de las pruebas practicadas, elevó a definitivas sus conclusiones provisionales, y en breve informe pidió para la procesada la pena de dos meses y un día de arresto mayor, el pago de las accesoría y couta más 48 pesetas por las indemnización a las lesiones.
   La defensa por su parte, encomendaban, al letrado Don Emilio Cano Rincón, pidió la absolución de su defendida con todo los pronunciamientos favorables, por entender que al ejecutar el hecho obró en ligítima defensa.

(A. H. P.H.)

Resultado de imagen de el pastor con sus ovejas
                                                               

    Poco días después, resaltamo otro curioso suceso pero menos cruel, que terminó como un buen negocio.
      El pastor de Villarrasa llamado José Ramos García (alias) el Juanelo, había comprado en Valverde 130 cabezas de ganado lanar.
    El buen hombre había escogido para pastorear un lugar próximo a Niebla, y como en estos siempre suelen aparecer el milagro de la madre de Dios a todos los pastores, a este afortunado villarrasero se la aparecían diariamente entre 50 o 60 ovejitas que venían a engrosar su numeroso rebaño.
    Cuando las ovejas descarriadas ya asendía a 216, se presentó un ganadero de Bonares llamado José Martínez, entrando en el trato con el pastor.
       Entre tanto varios pastores de Niebla, que observaban que día en día desaparecía algún miembro de su rebaño como por arte de magia, dieron cuenta del caso a la guardia civil, la cual empezó a practicar gestiones en busca de las corderas perdidas.
       Mientras el pastor de villarrasa se había puesto de acuerdo,con el ganadero bonariego, entregando a éste 2.126 pesetas por el pago de las ovejas.
      Dueño ya de la piara se marchó José Martínez con el rebaño al sitio conocido por la aldea "La Peñuela" donde acertó a encontrarle una pareja de la guardia civil que iba acompañada de los pastores de Niebla, los cuales reconocieron su ganado. Estaban mezclada con las otras, había 20 ovejas de don Gregorio Rite,32 de Consuelo Cruz, 13 de Juan Rite y 27 de don Rodrigo Pacheco.
   Comprador y vendedor fueron conducido a la cárcel, interveniendole al primero las 2.126 pesetas, y al segundo una burra, formandole el atestado y puesto en  manos del Jusgado.


 José García Díaz.

       

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