jueves, 7 de julio de 2016

Crónica negra en este pueblo.

                                  
Llanos del Pilar donde pelearon los hermanos Díaz Pancho.

                  Día 23 de Febrero del año de 1916.
                          En el Diario de Huelva.
          Ayer por la mañana se desarrolló  en la estación de Sevilla de Niebla un sangriento suceso, en la que un hombre resultó herido de un tiro.
    En el citado lugar se encontraban dos individuos de oficio carreros, discutiendo por asuntos del trabajo. Cuando uno de ellos empuñando un revólver disparó contra su adversario, haciendo blanco el proyectil.
    El herido se trasladó en un tren a Huelva, ingresando en la Casa de Socorro, donde le asistió el médico señor Gil, de una herida producida por arma de fuego. con orificio de entrada en la región lateral derecha del cuello, hallándose el proyectil alojado en la región posterior del mismo; cuya lesión fue calificada de pronóstico menos graves.
      El herido que se llama Manuel Lozano Toscano, de 39 años después de asistido se trasladó a su domicilio en la carretera de Gibraleón.
   Mientras el responsable de los disparos es el vecino de Bonares, llamado José Fernández Limón, apodado "Joselito El Tuerto", que tiene la citada estación como su centro de trabajo.
    Del suceso se ofició al señor Juez de Instrucción que pasó a su detención y ingreso a la cárcel.
     El día 6 de Junio de 1916, según el parte de ayer del servicio de prensa del Gobierno civil, donde nos cuenta que en la madrugada del  Jueves día 5, siendo las 6 treinta de la mañana dos jóvenes de este pueblo llamado Alfonzo Velo García y José Molín Carrasco, de 21 y 20 años respectivamente.
     Los hechos tuvieron el resultado motivado por la discusión de  asuntos de un amorío con una moza de este pueblo, que no faltaron ataque de celos por partes de los dos chavales, que motivaron el resultado que el Molín Carrasco cayó al suelo con dos heridas de balas de revólver y una de las cuales en el brazo y la otra en el estómago cuyo pronóstico es grave.
      Se da el caso de que el joven Alfonzo Velo García, había participado de testigo días atrás en el Juzgado de Instrucción de Moguer. Por los hechos ocurrido el año anterior el Lunes día 11 de Enero, donde citamos lo siguiente:
           Cuando el sábado pasado sobre las cinco de la tarde, ocurrió en la estación de la línea de M. Z. A., en Niebla, un desgraciado accidente.
         Al ponerse en marcha el tren, quiso subir a uno de los coches el vecino de Bonares, Francisco Domínguez Martín, que había ido, con otras personas a despedir a los mozos que venía a incorporarse a la Caja de Reclutamiento.
   Para participar en el sorteo de los 17 quintos bonariegos que iban como destino el África, celebrándose en la plaza de toro ese mismo día.
       El citado Francisco Domínguez  tuvo la desgracia de caer a tierra, pasándole por encima varios vagones y sufriendo una grave herida en la pierna derecha.
      Hasta ayer no fue trasladado a Huelva ingresando en el Hospital en un estado decaimiento bastante grande.
   Del Gobierno civil de esta provincia, citando el parte de servicio para la prensa del día 8 se Septiembre de este año  de 1916.
    Sobre un suceso sangriento que en la villa de Bonares se ha desarrollado, por ser los protagonistas vecinos muy conocidos, ha causado mucha impresión y disgusto en aquel vecindario.
   Según la referencia oficial redactada, por la guardia civil del citado pueblo, se desarrolló de la siguiente manera.
    Entre los hermanos Antonio y Vicente Díaz Pancho, existían hondas diferencia motivadas por asuntos de familia de cara como se repartió una herencia.
   A tanto llegó el malestar entre ambos hermano que, en una discusión que sostuvieron hace dos días, como no se pusieron de acuerdo, se agredieron con las manos.
      Para evitar que la cuestión no tuviera un trágico desenlace, intervino un cuñado de los hermanos Díaz Pancho, un joven de 23 años llamado Juan Beltrán Márquez, con tan mala fortuna que el Antonio, ciego de un ataque de locura, cogiendo un cuchillo, le asestó dos terribles puñaladas en el pecho, haciéndole caer a tierra entre  un charco de sangre.
       El criminal, una vez cometido su delito, se presentó en la casa del Juez municipal, don Agustín Acevedo, haciéndole entrega del arma para ser ingresado enseguida en la cárcel.
      El herido fue curado por el médico titular de esta villa, calificando el estado del herido de extrema gravedad.

   José García Díaz.
      




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