sábado, 9 de julio de 2016

Científicos franceses en Niebla.

                                                         
De la revista La Esfera de noviembre de 1916.
                          
          Una misión científica en Niebla, el sábado día 2 de Diciembre de 1916.
       Enterada la opinión pública por la prensa de la llegada de los ilustres viajeros de la vecina república francesa en el tren correo de Río Tinto de hoy, se organizó a toda prisa un modesto homenaje por los alumnos de la Escuela de Arqueología Anglo-Española de esta. Los jóvenes de las clases de inglés y francés acudieron con sus profesores, Mis Curby, secretaria de la escuela y varios alumnos de la sesión obrera, a la estación de las Mallas.
      Al entrar el tren de Río Tinto, los alumnos de ambos sexos se agruparon al rededor de su directora, la señora de Whishaw, para recibir a los señores de la misión, a quienes les acompañaban don Carlos Balmón de la compañía minera de Río Tinto.
      En la sala de descanso de la estación, se le obsequió con café y dulce típico de la tierra.
     Durante la merienda, la guapa niña Manolita Barrera, hija del digno secretario de este Ayuntamiento don Pedro, ofreció a la Misión un tarrito de la famosa miel de Niebla, entregándole a la vez el mensaje siguiente, correctamente redactado en francés:
    "Señores: En los tiempos más remotos de la historia de nuestra bella provincia, los autores clásicos hablaban de la rica miel producida por los métodos clásicos de los agricultores de Tartesos. Nosotros, los jóvenes de Niebla, nos atrevemos a ofreceros una pequeña muestra de la miel de Niebla hoy, deseando demostrar que ni las abejas, ni los agricultores de la provincia de Huelva, han olvidado la tradición de esta antiquísima industria, parienta muy cerca de nosotros.
       Y con nuestra miel, reciban, señores, la expresión de nuestra profunda simpatía por nuestras sufridas hermanas de Francia, la mártir y heroica y de nuestra plegarias por la paz próxima y la nueva era de felicidad y prosperidad".
     Mr. Lallemand, muy complacido, aceptó la ofrenda en nombre de sus compañeros, acariciando con cariño a la pequeñita.
    El maestro panadero don Desiderio de la Fuente, brindó a los comisionados un pan grande de los conocidos por "francés", envuelto en un papel de los de colores nacionales de la bandera francesa, para comerlo--según dijo- a la par de la miel.
      La señora Elena de Whisaw presentó a los miembros de la Misión, la labor desarrollada en la restauración de dicha villa de Niebla. Así como el albañil Luís Estaban García, hizo votos por la victoria de Francia, en  la lucha heroica por el derecho y la libertad de la vieja Europa.
    Los distinguidos viajeros agradecieron profundamente las palabras del honrado obrero, estrechándole todos la mano.
       A la llegada del expreso de Sevilla, los señores invitados, firmaron en el álbum de la Escuela Arqueológica, despidiéndose de todos y manifestando que nunca olvidarían su breve estancia en Niebla, de su importante murallas y torreones, ni de la curiosa recepción tan simpática como original que habían hallado allí.
    Al arrancar el tren, los asistentes empezaron a dar vivas a Francia que fueron contestados por los señores de la Misión con otro a España.

     El corresponsal de Niebla.

  José García Díaz.

    

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