En el día de ayer 26 de mayo de 1914.
Se ha cometido un crimen en la villa de
Rociana del Condado, que ha causado mucha impresión y objeto de grandes
comentarios de todas las clases.
La forma en que se cometió, así como los
móviles que impulsaron al criminal a cometer el delito, se ignoran de momento
porque está cargado de cierto misterio personales.
A las 2 horas
próximamente de la tarde del lunes , los vecinos de la calle Cabrera, se vieron
sorprendidos por una fuerte detonación que partía de una calleja inmediata y
dirigiéndose a ella, vieron que una mujer se hallaba tendida en el suelo, sin
dar señales de vida y que un individuo, al que reconocieron, se daba a la fuga,
lanzándose a través del campo.
Inmediatamente, mientras unos se disponía de a
prestar auxilio a la victima por si aún vivía, otros marcharon a dar aviso a
las autoridades.
A poco rato se
personaron en el lugar del crimen, el Juzgado municipal y una pareja de la guardia civil.
En vista de que
la víctima era ya cadáver, el Juzgado ordenó su levantamiento y la benemérita
salió en persecución del criminal, que como se ha dicho anteriormente, se había
marchado al campo.
La benemérita,
siguiendo los pasos del criminal, llegó hasta Bollullos del Condado, donde
manifestaron personas que lo vieron, que en el coche correo, había marchado a
La Palma.
Con objeto de que
el criminal no pudiese tomar el tren y evadirse, los guardias apresuraron la
marcha, llegando a La Palma y poniendo en conocimiento de las autoridades de
ésta lo ocurrido.
Pero el
criminal, se había presentado ya al señor Juez de Instrucción del partido, a
quien confesó su delito y se encontraba en la cárcel.
Llamase el autor
del asesinato, Antonio Muñoz Medina apodado el Cojo Chaleco, de 35 años, y era
compadre de la víctima. Para cometer
este grave delito, hizo uso de una pistola, la cual se encuentra en poder del
Juzgado.
La víctima se llamaba
Andrea Díaz Martínez, se encontraba casada con hijos y contaba con 38 años de
edad. El crimen ha causado mucha impresión en todo Rociana, por ignorarse del
todo las causas y por las circunstancia de ser el agresor amigo de la víctima y
de existir entre ellos cierta intimidad.
Pero es que en el
pueblo de Rociana, el diablo a tocado a las mujeres rocianeras de muy malas
ganas.
Ya que tres días
antes se desarrolló otro grave sangriento suceso, comentado bastante por
aquellos vecinos que no ganan para disgustos.
Por cosa que de
momento se ignoran, surgió una disputa entre los esposos José Valladolid
Almansa y Antonia Rojas Orihuela, en la que también participó, una hermana de
esta llamada Manuela.
El marido,
para poner término el problema lo más pronto posible, cogió una hacha y la
emprendió a golpes con su esposa y con su cuñada, dándose a la fuga al notar
que estaba heridas y antes el temor de que a las voces que daban las mujeres
demandando socorro, acudieran los vecinos.
Cuando estos llegaron salieron en busca de
un médico y de las autoridades, personándose a poco el titular don Claudio
Acosta, quien le prestó toda asistencia.
Antonia Rojas
tenía roto el brazo izquierdo y Manuela presentaba una herida cortante en la
mano derecha.
El estado de
ambas fue calificado de menos graves.
La guardia
civil salió en persecución del agresor, capturándole y conduciéndole a la
cárcel, donde quedó a disposición del Juzgado de instrucción a quien se hizo
también la entrega del citado hacha.
José García
Díaz.
La fuente del diario La
Provincia y del Liberal de Sevilla.
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