Un cura que era una eminencia.
Por
lo menos, eso era lo que pensaba algunas gentes de carácter conservador--eclesiástico,
un cura muy adelantado para su época, con un nivel cultural bastante alto para aquellos
años cuando se imponía el alfabetismo, escritor ilustrado, investigador teólogo,
historiador, corresponsal de varios periódicos de las sociedades eclesiásticas,
muy reclamado por el Cardenal Spínola en el Palacio Arzobispal de Sevilla etc. etc.
Entre sus muchos
premios reconocidos por sus éxitos, los primeros que se le concede en el Certamen
Literario Bibliográfico Nacional Mariano de Lérida, el día 26 de Diciembre de
1910.
El trabajo
presentado fue calificado de notable, por el distinguido Jurado, recibiendo las
felicitaciones del señor Obispo, don Raimundo Martorel.
Destacamos en resumen parte de su obra:
Origenes históricos de
la letanía laurelana: memoria laureada.
Lérida : (s. n.), 1912 (Impr. Mariana)
Derechos de Nuestra Santa María, Virgen de la Candela a su solemne y
canónicamente Reina de los Valenses.
Memoria histórica--canónica sobre el origen
de la coronación de las imágenes de María, condiciones y procedimientos para
lograrla, y ceremonias que deben preceder, acompañar y seguir a dicha
coronación.
Lérida : (s.n.),
1912 ( Impr. Mariana)
Origen y propagación de las Coronas de María,
Nuestra Señora.
Pero si retrocedemos
unos años antes y ojeamos un semanario republicano llamado "La Idea"
del día 16 de Septiembre de 1905, extraemos los siguiente artículos con el
nombre de :
Botones Eclesiásticos.
El vecindario de
un pueblecito como es Niebla de la Provincia de Huelva, dirige una exposición a
su amantísimo prelado el arzobispo Cardenal Spínola, en súplica rogativa de que
le libren de una terrible plaga en forma de párroco; el cual, como nuestros
lectores van a ver, es un dechado de perfección.
Dice, entre otras
cosas, la instancia:
"Dios no debe,
no puede, a pesar de ser el Todopoderoso; Dios no quiere y no debe estar de
representado en la tierra por un cura como es don Cristóbal Jurado Carrillo;
Dios por no tolerar el concúbito entre personas del mismo sexo o contra el
orden natural destruyó ciudades en Palestina, y don Cristóbal Jurado Carrillo,
cura propio de Niebla, es.... según puede justificarse con documentación
oficiales auténticas, por confección propia y por el testimonio de todo un
pueblo, y ya que el azufre y el betún no puede destruir a semejante personaje,
aunque según los principios bíblicos lo merezca, debe de ser expulsado del
pueblo donde tanto horror han causado sus vicios contra Naturaleza"
Más adelante le
acusan de haber enajenado: Una corona de plata de la Virgen del Pino; un mantón
de terciopelo de la del Rosario; los zapatos de plata del niño anterior; dos
rosarios de oro; las lágrimas de diamantes de otra Virgen, de un valor
incalculable que las ha sustituido por otra de cera; una palma de plata del
santo patrón del pueblo la quimera de
plata del bautismo; dos cálices de plata, et
sic do ateris.
No dudamos en
ningún momento que el tal párroco debe de ser de lo más aprovechado que se
conoce.
!Cuidado de dejar al
pobre chiquillo sin su zapatos de plata!. Es el colmo. ! Y hacer llorar a la
Virgen cera derretida!
Y sobre todo lo otro de...
Por detrás, por detrás
entran las palomas
en el
palomar.
que es la letrilla favorita del cura.
!Le digo a usted!
que hay cada una con manteo!
Firmado por el corresponsal palmerino con el sobrenombre de:
Urania.
José García
Díaz.
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