sábado, 4 de julio de 2015

El submarino UB--18 a 45.


      Fue don Manuel Azaña el que dijo en el Ateneo de Madrid en 1917, aquello sobre la Primera Guerra Mundial:

   La neutralidad española no ha sido ni es neutralidad libre, declarada por el Gobierno y aceptada, por la opinión de un duro examen   (…..), si no una neutralidad forzada, impuesta por nuestra propia indefensión.

    Lo que es lo mismo, no teníamos capacidad política de hacerla efectiva, y mucho menos poderla defender militarmente.

    El puerto de Huelva, como el de toda España en los años del conflicto bélico, permaneció como neutral, donde los buques de guerra de los comprometidos con  esta, solo podía permanecer el tiempo de arreglar la avería y una vez arreglado debían de abandonarlo antes de las 24 horas.

  Sin embargo, en el nuestro al dar los primeros signos de que empezaba la guerra europea, dos barcos alemanes y otro dos austriaco permanecieron amarrados en el puerto, encontrándose minado antes el temor de que el gobierno pudiesen requisarlo. A sabiendas  los alemanes que los españoles no teníamos capacidad de realizar represalias contra ellos.

   Además todas las autoridades de Huelva, sabían perfectamente que estos navíos cumplían con una valiosa misión de centro de información de las nacionalidades todos los navíos que entraban y salían del puerto.

 Puesto que desde que empezó la guerra en 1914, los alemanes ya tenían en Huelva formada una red de informadores, escuchándose incluso decir que tenían pagados a determinados anarquistas para provocar incidentes en la sufrida cuenca minera.
      
Según el diario” La Provincia” (periódico fiel vasallo de la colonia inglesa huelvana y sobretodo de la compañía minera de Rio Tinto) del día 13 de Junio, el vapor noruego de nombre “Symra”, que procedía de Liverpool con destino Huelva a Gibraltar, fue hundido por un submarino de nacionalidad alemana. Antes de torpedearlo dieron tiempo a la tripulación para que abandonara el barco en dos botes. Los marineros fueron  auxiliados en alta mar por el vaporcito de  Huelva “Cinta”.

El vigía de la barra contaba así lo sucedido: “A las tres de la tarde  advertí que entraba el vaporcito cinta remolcando dos botes salvavidas que llevaban izada la bandera noruega. Uno de ellos aparecía volcado y el otro ocupado totalmente por muchos marineros. Tanbien  vi a un submarino que marchaba a toda velocidad con dirección a poniente. A las tres y quince minuto escuche el estampido de un cañonazo hacia el Sudeste advirtiendo que el vapor español “Itálica” que navegaba con rumbo poniente, se detuvo quedando parado por espacio de un cuarto de hora, siguiendo después su marcha”

  A la llegada a puerto del vaporcito “Cinta” desembarcaron los náufragos; “todos son jóvenes y vigorosos, aparecieron muy impresionados por lo que acababa de ocurrirle, hablando en su idioma a gritos y dando muestra de gran excitación”. Posteriormente, prestaron declaración ante el juzgado de instrucción el capitán, oficiales y marineros del “Symra” que coincidieron al decir que fueron abordados por el submarino sobre las once y cuarenta  y cinco minutos de la mañana y que el hundimiento se produjo frente a la barra del puerto. El buque era moderna construcción y estaba dotado de la telegrafía sin hilo. El cónsul de Noruega en Huelva estuvo en la Comandancia de Marina conservando con los náufragos.

   Del mismo día hay otra opinión del peridiodico catalán” La Vanguardia”, bajo el titulo, hay un rumor por Huelva de haber ocurrido un accidente marítimo a una milla de Huelva.

     Se dice que un submarino alemán disparo un torpedo contra un vapor noruego, que traía carbón para España, a cambio de mineral que tenía que cargar, para su viaje de regreso a Inglaterra.

  Se dice que la tripulación desembarcó al medio día en Huelva, presentándose enseguida a las autoridades de la marina.

     El rumor hasta ahora no ha tenido confirmación oficial.

     El mismo día pero en la versión contada por el A.B.C. este periódico conservador era el mejor amigo que tenía los alemanes  en España. Lo resumía de esta manera;  14 de junio de1917 a las cuatro y doce minuto. A unas 8 millas de la costa de Huelva, ha sido torpedeado el vapor noruego…….

   Estos son los resúmenes, con sus diferentes criticas personales de cada periódico sobre el hundimiento del vapor noruego.

  Pero ese mismo día, a las pocas horas el submarino alemán, vuelve otra vez a la carga, según el diario La Provincia, en esta ocasión con un carguero italiano preparado a escondidas con artillería de fuego que consteto a la agresión lanzándole varios cañonazos. El capitán del navío Deipara, Fortunato Marini, que se dirigía a Gibraltar con un cargamento de carbón, comento a la prensa de Huelva que el encuentro tuvo lugar frente la almadraba de Nuestra señora de la Cinta donde el submarino aguardaba escondido en espera de que algún barco de nacionalidad beligerantes.

  Los hechos comienzas cuando el submarino alemán disparo un cañonazo, sin duda con el objeto de que el mercante se detuviera. El proyectil quedo corto, al sumergirse, levantó una enorme columna de agua y espuma. El submarino giró poniéndose frente a la almadraba, efectuando otros tres disparos contra el buque. Sin duda tenía previsto que le Deipara se detendría, porque los proyectiles esta  vez quedaron largo, pasando por encimas del vapor. Dice el capitán que al pasar por encima del buque los proyectiles percibió idéntico ruido que hace un aeroplano cuando vuela a regular altura. El Deipera continuó evolucionando hacia la costa y cuando ya estaba a poca distancia de la tierra, volvió de nuevo a parecer el submarino ante la almadraba de la Cinta. La posición era pues la siguiente, según refiere el capitán Marini: ante la almadraba el sumergible, y entre ésta y la costa el buque mercante. Comprendiendo el capitán que no podía perder tiempo disparo el cañón de su barco, cayendo los proyectiles muy cerca del submarino, que se sumergió en el agua desapareciendo sin contestar a los cañonazos.

  La misma crónica del  día pero contada por el A.B.C. en la que su corresponsal en Huelva, participo en la rueda de prensa dada por el capitán italiano. Pero aportando; que el buque cuando intercambia los disparos se marcha a toda máquina para las aguas juricionales y embarranco frente a Punta Umbría, desapareciendo el submarino por completo.

  El vapor italiano pertenece a la matricula de Génova, siendo sus armadores los señores Bozza, traía 3.500 toneladas de material para un puerto italiano.

 La marea de la madrugada lo puso a flote, para poder entrar en el puerto.

  El diario del mismo día A.B.C. Redacta la misma noticia que el diario “La Provincia” y aporta nueva información.

      Mayor suerte tuvo el vapor ingles llamado Ladkisk., que mientras el submarino alemán se encontraba combatiendo con el navío italiano, aprovecho la confusión para poder entrar en el puerto con un cargamento de carbón para las minas de Rio Tinto.

 Hay varios autores de libros hablando del papel que tuvieron los submarinos alemanes en la Primera Guerra Mundial entre ellos Herber  Wemer cuyo título es “Ataúdes de Acero” donde pone que en el teatro de operaciones del mes de junio de 1917, había operando cinco submarinos en el Golfo de Cádiz.

 El que participo en esta operación fue el submarino costero UB-18 a 47 que entro en servicio 1916, tenía dos motores de 550 CV. Con dos tubos para cuatro torpedos, a demás de un cañón de 88. Mm. Y disponía una tripulación de 23 hombres. Era unos de los pequeños que tenía la flota alemana.


José García Díaz.

Pepe el Carnicero.    

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