Del diario: Eco del Comercio del día martes 30 de Julio de 1839.
Conciudadanos;
llegó la época de las elecciones generales y con ellas las intrigas y amaños a
que apela unas pandilla justamente desacreditada y antinacional, para conservar
un poder adquirido en fuerzas de arbitrariedades y mentiras promesas y de donde
le rechaza con indignación la opinión pública altamente pronunciada. Escandalosos
son en demasía los manejos rateros que se ponen en juego, y las generales, que
no era posible se libertara de ellos esta liberal provincia, cuya diputación
también preconizara desde su instalación, paz, orden y justicia; tan patentes
han sido sus simpatía y marcha política, cuanto infortunado el país entregado a
su reaccionario frenesí, conducta no extraña atendida las personas que componen
aquel cuerpo provincial en no poca parte. Y ahora que ¿habían de respetar las
leyes y guardar algún decoro? Sus disposiciones que ya no sorprenden a los
pueblos responderán.
No contento con el nuevo refuerzo del
flamante Ceruti, nombrado (ad hoc) jefe político, elevando en sus funciones por
la económica medida al intendente de la provincia que recelosos son de la
energía de los pueblos, se propusieron burlarlos cruelmente intentando reducir
a los electores en su mayor y más sana parte a la nulidad, al organizarlo en
los distritos. Este refugio miserable, compatriotas demuestra su rabia e
impotencia. Para eso cambiaron sus esfuerzos el jefe político, el comisionado
principal de amortización y los diputados provinciales Calonge y Campanon, que
todos viven y se hospedan juntos como en un club, en la casa que paga el Estado
para oficinas de la gobernación.
--De allí partió el tiro nombramiento de la
comisión de distritos que recayera en el liberal Calonge y noble ex guardia de
corps. ¿Qué bueno podría esperarse de este paso? El trastorno más espantoso y
la dislocación más atroz: los hechos, los terribles hechos lo probaran. Vemos a
los pueblos del partido de Ayamonte desde seis y siete leguas destinando a su
distrito como el Granado y otros al paso que Villanueva de los Castillejos, que
tiene cerca de doscientos electores, y que siempre por su número y situación
central fuera de distrito, se le arranca a la Puebla de Guzmán; vemos a
Galaroza separada poco más de legua de Cortegana, que se le lleva a Aracena de
donde dista tres; vemos a Niebla del Partido de Moguer que se le conduce a la
Palma, estando más próximos sus distritos naturales; vemos a San Juan del
Puerto, a una legua de Trigueros ser traído a Huelva que dista el doble. Por
otra parte se constituirán distritos separados La Palma y Villalba distante
solo una legua. ¿Tales son las deformidades más culminantes de la formación de
distrito decretada?
¿Donde está la observancia del artículo 19
de la ley electoral?
Arrancada la
máscara y corrido el velo, conoceréis el fin a que se aspira, tanto en llevar
poblaciones más céntricas y de numerosos electores a otra de menos importancia
y situación desventajosa, en cuanto en hacer circulo electorales a las que caen
bajo la inmediata férula de los corifeos, y que son marcadas por su tendencia
al absolutismo y mala opinión como en Aracena. Este el liberalismo y respeto a
la ley que muestran a los hombres que hipócritamente se llama al orden y de la
legalidad. Vedlo y juzgar…..
Compañeros; tales son las artes que dan
principio a una elección para que irónicamente se invocan la protección, la
libertad e independencia; ¿serán las últimas….? Más ¿que valen los medios empleados para
liberales tan firmes como independientes? Evidencian que se obtiene, que
procura alejaros y retraeros de las urnas, y acaso provocar una irritación que…
Pero no, seremos tan constantes como sensato, nos esforzamos más y más sacrificándolo
todo en las entrañas de esta patria desgraciada, a cuyo nombre, a cuyo peligro
debemos acudir a fuerza de leales españoles; corramos a emitir todos nuestros
votos confundiendo a nuestro adversarios, y habremos llenado nuestro deber más
sagrado, ¿Ay del cobarde e indiferente? Será responsable antes Dios y los
hombres de la común ruina.
José García Díaz.
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