miércoles, 10 de febrero de 2021

El dolmen del Palmerón.

 

                                                               


   El jueves 23 de enero de 1933 en la prensa de Huelva, nos comenta de un descubrimiento Arqueológico Protohistórico.

   A unos tres kilómetros de la ciudad de Niebla, en el sitio conocido como el Palmaron, un labrador ha descubierto un pequeño dolmen, orientado hacia la salida del Sol, cuyo plano pequeño es parecido a uno existente en Cangas de Onís en Oviedo, en forma de una pequeña sartén.

    Su corredor mide unos seis metros de largo por dos de ancho y metro y medio de altura, siendo en forma de herradura la cámara o dómech propiamente dicho. Las piedras o pilares del corredor son informes y de tosca labor, alternándose los pizarrones con las de caliza. La gran piedra cabecera de la cámara sepultar es de dura caliza en forma de mesa redonda. Los grandes cantos de la cubierta han desaparecido.

      En su interior no se han encontrado más restos de un solo cadáver, con señales de tostadura, rodeados de numerosos guijarros blancos, como tributo de veneración y piedad hacia el difunto. También se han hallado como ajuar del muerto y ofrenda de los parientes o individuos de la tribu, una artística ánfora de bronce, de cuelo y boca estrechos, con panza ovalada y su única asa formada por acanalados de bronce, terminando en la parte inferior en forma de cola o abanico y por la parte superior con tres cabezas de serpientes (sierpes).

    Dicha ánfora, es muy semejantes a las cerámicas del arte púnico encontrada en Formentera, conservando la tradición greco--fenicia en las asas, con el remate en forma de abanico redondeada, semejantes a las que tiene una patera pequeña de plata hallada en Amato, de la Isla de Chipre, actualmente en el Museo de Louvre de París.

     También se ha extraído del interior del dolmen una fuente de plata redonda y ovalada, requemada y hechos pedazos, exceptuando los bordes, con parecidos en su forma a la encontrada con dibujos en un sepulcro de Melusín, en la isla de Chipre, de origen fenicio, actualmente en el Museo de Berlín.

     Asimismo, se ha descubierto una curiosa patera, en forma de brasero, para funciones crematorias, todo de bronce con curiosas asas terminadas por largas y estrechas manos de bronce en forma de estrellas dobles con remates en forma de hojas de rosas.

                                                    

                              

           (De estas dos postales de Iglesia de la Santa Cruz, con el dolmen en su sótano en Cangas de Onís en Asturia, que según el cura don Cristóbal Jurado, era el más parecido al encontrado en el  dolmén del Palmarón)

    Además, se han encontrado como ajuar del difunto, una espada en forma céltica, de bronce, con ligera cruz inicial con empuñadura para su mejor manejo y no cortarse los dobles con los filos.

     También han sido hallada varias lanzas de hierro de metro tres cuartas de largas, para los usos de la guerra con orqueste para poderla fijar en un palo de madera, como los cazos actuales, semejantes, una lanza igual como a la encontrada en un pueblo Córdova. También se habló de un clavo de hierro con una gruesa cabeza.

       De todo lo expuesto se sugiere que el Monumento o Dolmen descubierto puede catalogarse en la edad de los Metales, cerca de dos mil año antes de Jesucristo, como lo demuestra el haberse encontrado unidos objetos de bronce y de hierro, conservada en forma de viejas tradiciones señales encontradas en la postura del cadáver, cuya tumba fueron frecuentes en la Edad de los Metales, pues los huesos humanos como todos los objetos encontrados presentan la influencia de la acción del tiempo, incluso el ánfora, la fuente, y la patern...??? que junto con el brasero sirvió, tal vez, para la cremación, después del banquete fúnebre con el que se le honraba la memoria de sus muertos.

    Los huesos humanos serían descarnados primeramente y después tostados al fuego o ambas cosas. Además, con la tierra del dolmen aparece mezclada con las cenizas de la hoguera. No se vieron al principio restos de cerámicas rojas poco después aparecieron alrededor del cráneo del cadáver algunas hachas de piedra y trocitos como doradas y de colores como de collares, y algunos pedazos de bronce.

 Solamente en una piedra de la galería aparecen signo esquematizados, de una figura humana parecidas en otras ocasiones como si fuese un jeroglífico, a los que eran muy aficionados los hombres primitivos, o de una imperfecta figura, de ídolo dolménico.

       De todo lo cual se requiere importancia del Monumento hallado en término de Niebla, no solo para su historia, si no para la provincia, por lo cual lo recomendamos a la Comisión de Monumentos.

    Por don Cristóbal Jurado en Niebla 1933.

   Pero el que mejor supo desglosar y clasificar las piezas encontradas fue el señor don Antonio García y Bellido, dentro del inventario sobre los jarros púnicos tartésicos casi 20 años después.

  Don Antonio, aclaró una misteriosa desaparición sobre lo que sería la pieza más noble e importante encontrada en este ajuar que se descubrió en el citado dolmen el “Jarro del Palmaron”.

                                                                 


  “Este monumental jarro, lo he publicado varias veces, recogiendo la noticia, imprecisas y errónea, de su aparición en la Ría de Huelva, cuando se hacía un dragado. Luego que apareció en Río Tinto, hasta que pude precisar recientemente en agosto de 1964, pude encontrar el lugar exacto de su procedencia, sin duda era el Cabezo del Palmaron. Contando con la ayuda del ingeniero don Carlos Cerdán Márquez, que pudo ponerme con el testigo presencial del hallazgo, al que mostré las fotografías de algunos jarros de bronce similares junto con la interesada que importaba saber su procedencia. El interrogado supo distinguir enseguida que era el jarro del Palmaron. De este testigo y del archivo del profesor, Cerdán, pude conseguir los siguientes datos: Al parecer era una sepultura para que fue reutilizada un pequeño dolmen (donde abunda gran cantidad de dólmenes neolíticos en esta zona). Además del citado jarro de bronce y de las piezas sueltas que publiqué en 1960, como perteneciente al ajuar funerario en mi trabajo sobre los jarros de bronce púnicos ya citado, consistentes en una hebilla de cinto y trozos ornamentales de un “bracero”, esta vez de plata, medio calcinado, de unos 45 cm. De diámetro; una especie de diadema de unos 25 cm. de diámetro, también de plata, con perlas ya calcinadas; varias cuentas de oro y unos puñales y espada de hierro. Las piezas más finas de este rico ajuar pasaron por varias manos de varios coleccionistas y anticuarios, sin que hoy se sepa dónde han ido a parar. Las armas de hierro se hallan actualmente en poder de don Jesús García del Soto, en Sevilla. Gracias a su buena voluntad de este señor junto con la mediación del señor Cerdán, que tanta ayuda me ha prestado, me pudo ofrecer ahora una fotografía de las armas, es insuficiente pero provisionalmente puede valer. La falta de autopsia no me permite intentar siquiera una descripción de ellas y, mucho menos, una interpretación. Quede para cuando se pueda.

                                                            


   Añado la imagen de una piedra labrada que es de la misma colección sevillana se tiene como oriunda del lugar de hallazgo del jarro del Palmaron. Y como arqueólogo me reservo mi opinión sobre los hechos acontecidos. 

José García Díaz.    

 

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