martes, 29 de junio de 2021

! La vecina y vieja Niebla!

 

Notas de Niebla, por los años cincuenta.

                                               


     

     Dentro del verano de 1956, esta ciudad recibe la visita del Ministro de Educación Nacional el señor don Jesús Rubio y García Mina, en la reunión celebrada en La Rábida con las alcaldes que han sido beneficiados por la ayudas del Estado, que han servido para el arreglo y mejora  de la calle de esta localidad, como ha sido la pavimentación de plaza principal llamada de Santa María, así como las vecinas, la conservación y restauración de sus murallas, declaradas monumento nacional, y de gran gasto económico que van a suponer las citadas obras por encontrarse su mayor parte en estado de ruina.

 El ilustre personaje estuvo acompañado por el director general de Enseñanza Primaria, el señor Tena y Artigas; el Gobernador Civil, señor Valencia Remón, Obispo de la Diócesis, doctor Cantero Cuadrado; el alcalde de Huelva, señor Segovia; presidente de la Diputación señor López Márquez, inspector provincial de Primera Enseñanza don Juvenal de Vega y otras personalidades.

  El ministro estuvo todo momento acompañado por el señor alcalde de la ciudad el señor Molina García y el cura párroco señor Cumbreras, junto visitaron la iglesia parroquial y la capilla del Señor de la Columna, en donde el cura explicó su antigüedad al mismo tiempo la necesidad de mantenerlo cuidado.

  Se visitó el grupo escolar que se está construyendo y por falta de medios económico, no se han podido terminar. Siguieron con la visita hasta la Puerta del Agua, en la que hicieron algunas observaciones sobre la conservación de las murallas que forman la ciudad, el ministro se interesó vivamente por todo lo que se refiere a los monumentos históricos de Niebla. Haciendo el compromiso de hacer lo posible las obras de conservación de las murallas.

   Dado que es bueno recordarle al ministro, que hace ya bastante tiempo que se aprobaron para la conservación de los monumentos nacionales de Niebla, doce millones de pesetas, sin que hasta la fecha se haya ofertado obra alguna, sería conveniente retomar este asunto y pedir a las autoridades competente la obligación de conservar estos monumentos.

 Es doloroso y de gran pena ver como se está destruyendo las murallas por las incidencias del tiempo y la falta de conservación; porque si gente ilustrada dicen que la historia de Niebla es muy bonita por no ser del todo cierta, cuando buscando en ella se encuentran pasaje que hacen de esta historia no algo bonito, sino trágico, duro y glorioso y heroico, que es y debe ser la belleza de todos los pueblos españoles.

  Si no es bonito haberse empleado la pólvora por primera vez en su asedio; si no es bello mantener un asedio constante y morir durante el mismo mil de defensores; si no es heroico triunfar en este asedio cuantos los escasos habitantes estaban famélico y ya vencidos, ¿Qué es bonito, bello y heroico en la historia de los pueblos del mundo?

                                                            



   Pero meses después, se realizará una de las deseadas obras para el municipio, en donde la “Ollita” se incorpora al suministro de agua al pueblo.

   Porque no se sabe a ciencia cierta cuando fue construida la fuente llamada la “Ollita”, donde podemos creer que debió entre los años de 1890 al 1900, según las diferentes opiniones recogidas a los vecinos más viejo del pueblo. Ante de construirse había una piedra grande, debajo de la cual salía el agua en gran cantidad. Cuando se levantó esta quedó un hueco, reducido, de donde salía en borbotones varios manantiales de fresca y riquísima. De Ahí proviene su nombre de “Ollita” pues al contemplarse, daba la impresión de ser una enorme olla de agua hirviendo.

  En aquellos tiempos, era el alcalde de la villa, don Ramón Ortega Ramos, que fue el que ordenó la construcción de los dos depósitos de ladrillos que durante más de medio siglo recogieron el preciado y abundante líquido.

   La “Ollita” está enclavada en la margen izquierda del río Tinto, donde abundan manantiales y están cerca del manantial llamado el “Charquito”, que se encontraba bajo el Puente Romano y que parte de sus aguas servía a los depósitos de la RENFE. La primitiva “Ollita” tenía tres tubos de dos pulgadas de grueso, por donde constantemente afluía el agua en profusión, surtiéndose de la misma la casi totalidad de la población.

   En el año de 1926, por el entonces alcalde don Diego Ramírez Cruzado, se intentó llevar el agua al pueblo, a cuyo efecto, se comenzó a construir un depósito en la otra margen del río Tinto. Ante la general sorpresa, se descubrió un manantial de agua potable, desistiendo del abastecimiento de aguas desde la “Ollita”, ya que con ese descubierto había cantidad suficiente para surtir al pueblo, como así ha venido sucediendo hasta hace poco tiempo.

  Al concederse por la Diputación provincial la cantidad de noventa y siete mil quinientas pesetas para el abastecimiento de aguas a la población, se ha recurrido a la “Ollita”, llevándose por medio de tuberías debajo el río el agua del depósito de la otra margen, desde donde hoy la surte la población con abundancia.

  Se han realizado, además obras de reconstrucción de la red de tuberías desde la Murallas hasta el depósito central en el pueblo, se han emprendido las acometidas de la red por las calles de Millán Astra y, Virgen del Pino, Hernando Monsalve y General Primo de Rivera, para que de la misma pueda surtirse todos los vecinos de las vecinas calles.

                                                                

   Otra nueva obra de esta naturaleza está en proyecto de realizarse, confiando que el señor Molina, que tanto interés se esta tomando por cuanto se mejora en la urbanización de Niebla.

 Días después ha quedado inaugurada la fuente pública que se estaba construyendo, al final de la calle del General Primo de Rivera, ha sido terminada, y contando con todas las autoridades locales, numerosos vecinos, siendo bendecida por el cura párroco don Manuel Cumbreras.

  José García Díaz.

   

 

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