jueves, 10 de junio de 2021

Campaña contra el analfabetismo.


                                                                                       

  Siguiendo las directrices marcadas por el consejo provincial de Enseñanza Primaria en el que toman parte activa el señor Gobernador Civil don Francisco Summers y el inspector jefe de primera enseñanza, este Ayuntamiento bajo su Alcaldía del señor don Julián José Guzmán Prieto, ha tomado el acuerdo en Pleno del 1 de noviembre de 1955, de dotar y costear tantas clases para analfabetos sean precisas a fin de dar la batalla decisiva a este, poderoso enemigo de la sociedad: el analfabetismo. Con este acuerdo se pone de manifiesto el interés que toma la alcaldía en cuanto atañe a la enseñanza afán secundado por los señores maestros nacionales.

   Para reforzar este cometido por parte del Magisterio, han entrado para reforzar la plantilla actual el maestro don Emilio Romero Llorente y la maestra doña Elisa Navarro Barrera.

  De aquellos días, Bonares con una población de 5.000 habitantes hasta los años 70 del siglo pasado fuera unos de los pueblos con más universitarios por vecinos en toda la provincia, de hecho, se mantiene actualmente, así cómo disponer de una de las colecciones privadas más importante del mundo de la enseñanza.

  Esta circular contra el analfabetismo, forma parte de una legislación completa, la que de una manera clara y terminante quedemos por enterados, dado que nació en Julio de 1945 (Ley de Enseñanza Primaria), hasta igual mes de 1954 (orden de Educación Nacional), sobre la enseñanza primaria.

   Con su única misión, es que no quede ni un solo niño o niña en nuestra España, de edad escolar obligatoria –6 a 12 años—sin que aparezca matriculado en una escuela con constancia de asistencia habitual a la misma; y segundo, que se proceda a exterminar por completo el analfabetismo que en esta provincia de Huelva alcanza todavía u promedio del trece y medio por ciento por lo que se refiere a los mayores de 12 años y el tres y medio por lo que respecta a los comprendidos entre los 12 y 21 años.

  Se reafirma que la legislación sobre la enseñanza primaria, fue realizada para todos por interesar a todos: a las autoridades locales, porque el analfabetismo es una lacra que más desprestigia al pueblo que lo tolera y sostiene con su imparcialidad, que al individuo que, por este motivo, permanece sumido en las tinieblas de la incultura. Abarca, asimismo, a los padres de familia que elaboran un mal vitalicio para sus hijos, que ha de perjudicarles en su vida social y laboral a lo largo de los años; y a los patronos y empresas de trabajo que, asistidos de aquellos ignorantes, no podrán desarrollar en muchos casos la productividad que se precisa para el normal funcionamiento del negocio.

                                                                       


 Por este motivo, la Delegación provincial del Trabajo y las Inspecciones provinciales de Enseñanza Primaria de Huelva han dirigido esta circular a las entidades y personas afectadas, requiriéndoles para el cumplimiento de las disposiciones legales, ya dictadas sobre el particular asunto.

   En relación especial con la lucha contra el analfabetismo se hace constar la repetida obligación de matrículas, y asistencias de los analfabetos entre los 12 y 21 años, así como el plazo de dos años que se concede a los trabajadores analfabetos para dejar de hacerlo y obtener el certificado de Estudios Primarios; si no se verán implicado a la sanción económica correspondiente.

     Hay un apartado en dicha circular que publicamos por su gran interés y para su mayor difusión en aquellos días. “Para mejor cumplimiento de las disposiciones oficiales se requieren la colaboración de todos los empresarios y patronos, para acabar con el analfabetismo a los adultos y menores establecidos bajo su dependencia, con la obligación de organizar clases especiales nocturnas para ellos, los señores alcaldes reunirán con toda urgencia a los empresarios y patronos de término respectivo, cada uno de los cuales patrones o empresario no reúna por si solo unos treintas analfabetos de su dependencia laboral y los agrupara del modo más conveniente y a gusto de todos, de modo que cada grupo sostenga una clase de treinta alumnos, por lo menos dos horas mensuales en los mese de noviembre a marzo inclusive. Los patronos o empresarios que tengan los citados treinta o más trabajadores analfabetos cada uno, serán requerido para que, por su cuenta, atiendan la campaña citada”.

                                                                      


  Cuanto más pronto se haga, el problema del analfabetismo tendrá una pronta solución con resultado en este pueblo, incluso, como se ha dicho aumentará la calidad como persona elevando su nivel cultural. Aunque si fuese preciso los gastos e intereses personales tenga algo que sacrificarse.

 No fue hasta los años de 1970, cuando la UNESCO, clasificó que una persona era “analfabeta” cuando no sabía, lo que significaba para que servía la Constitución en su país, y “esclavo” la persona que no sabía escribir el recibo del cobro de su nómina laboral.

   José García Díaz.

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