viernes, 18 de junio de 2021

En recuerdo de los combatientes.

   

                                                                  


  Cerca del año del fallecimiento de los dos veteranos combatientes de la campaña cubana, salta una noticia a nivel local, que como suelen pasar cuando se escucha campana y nadie sabe a dónde, y es que motivado por la prensa huelvana que habían recogido varios casos sobre los antiguos veteranos de la guerra de Cuba de diferentes pueblos de la provincia, habían recibido recompensa económica por la participación de la defensa del fuerte del Caney, antes la fuerza superior Yanqui, haciendo esto hace más de cincuenta años atrás y que habían sido eclipsada por el olvido por otra guerra como fue la “africana” que de nuevo trajo luto y tristeza al pueblo de Bonares, para terminar con la desgraciada desoladora  “incivil” de hermanos contra hermano como  del año de 1936.

  Unos de lo sobreviviente de las Antillas que, en aquellos días, aún quedaba entre nosotros, como era el abuelo de Jeromo Barriga Padilla el “Palomo ahogado”, dijo por decir que uno de los dos fallecidos, habían estado de guarnición en el Caney, pero no se atrevía afirmar quien era de los dos.

  Y todo por varias noticias publicada el 25 de enero de 1956 en el diario “Odiel”:

    Va para cerca de un año que tropezamos en la villa de Lepe con un héroe de la guerra de Cuba. Dejando ver en su pecho colgada dos medallas formada por dos cruces en un fondo rojo, pedía limosna todas las noches en la puerta de un cine. El hecho resultaba insólito tenerlo como acompañante, el más simpático lobo de mar, nos referimos cómo no al célebre. “Manoliyo Violín”, nos habló aquel buen hombre del calvario que estaba pasando por las necesidades, motivando un reportaje, y su solución también. Porque al cabo de poco tiempo, recibía una pensión cuyos atrasos importaron una 65.000 peseta, toda una fortuna en aquellos años. Y ahora de nuevo, nos hallamos antes un nuevo caso, es el veterano excombatiente de Cuba, José Ezpeleta Carrasco, para cuya isla embarcó en 1895; un caso triste y doloroso porque con sus 84 años ha de acogerse a la caridad generosa, de quienes lo tratan en Calaña, su actual residencia. Allí vive con una hija de 50 años, soltera, imposibilitada para trabajar, Juana Ezpeleta Manovel y, ambos, en su infortunio calvario, quedan esperanzado, que la tramitación final de sus papeles, le devuelvan la alegría, nos mostró su hija los documentos que tenemos en vista, papales que comprendía una densa hoja de servicios que fuera alistado en 1891 hasta en 1903 recibiera la licencia absoluta, se queda con fe y confianza puesta en Dios y en lo hombres que dirigen la Nación, para que consideren resolver esta situación que poco tiempo fueron agraciado.

   En Bonares, la familia de los difuntos meses después, quisieron saber si quedaba algo de beneficio económico para ello, pero sin ningún resultado satisfactorios, de hecho, tiraron todos los papeles uno, y otro lo vendió a un bodeguero local para ajuste del tapón de corcho en los bocoyes.

   Sin embargo, un primo hermano del citado anteriormente muerto en combate en la guerra de Cuba, el soldado Cristóbal Barriga, tuvieron que esperar sus padres hasta el 28 de Julio de 1900 que a través de La Gaceta Militar donde le cita que se ha concedido la pensión de guerra al padre del mencionado soldado de este pueblo con una cantidad anual de 182 pesetas y 50 céntimos.

  Los demás combatientes, juntos con lo de las guerras africanas, nunca fueron olvidados por la caridad de su familia y de las autoridades, con regalos de mantas y abrigos en noviembre, y en días de Reyes, y durante hasta los años de 1968, se les repartían semanalmente a los más desfavorecidos través de la Sección Femenina, leche de cabra, carne en vales etc.

                                                           


  Pero la mejor noticia venía del pueblo vecino de Niebla, recogida en el diario ABC de Sevilla en septiembre de 1956, para verla hecha realidad ocho después.

  Donde se comentaban de la instalación de una fábrica de cemento Portland en nuestra ciudad. Quedando la duda si sería en Algeciras, Jerez o Niebla.

  Pero aquí donde se resalta la gran labor desarrollada por el Director Jefe del Distrito Minero de Sevilla, el ilustre Ingeniero bonariego el señor don Ildefonso Prieto Carrasco, reclamado por don Francisco Franco para esta misión en el Palacio del Pardo y aprobado en Consejo de Ministro su construcción.

  En las pruebas realizadas con las piedras a utilizar, han dado el mejor resultado las de Niebla y la petición del sitio elegir ha sido hecha a favor del vecino pueblo citado, cuya noticia ha causado una alegría extraordinaria, tanto por la importancia que se supone para la ciudad una industria de esta naturaleza, como sería la de combatir en parte el paro obrero, que, aunque sea pequeño, dado que la Compañía de Río Tinto, lo tiene casi absorbido podrían quedar extinguido.

   La fábrica será instalada en principio frente a la estación de las Mallas, cuya ubicación en tal sitio, necesariamente tendrá que obligar a la RENFE, a tirar un ramal de la línea férrea para el servicio de esta importante industria. La producción diaria de la fábrica será de ciento cincuenta mil kilos de cemento Porlán y su superficie es la de seis mil metros cuadrados.

  El procesamiento de fabricación es el de la vía seca y horno vertical, siendo la maquinaria en su mayor parte de fabricación nacional, excepto las partes vitales, como son lo relativo a la trituración del cemento, que se estima, aproximadamente, en un tercio del total de los elementos necesarios a emplear.

   Se invertirá en su construcción cuarenta y nueve millones de pesetas y con participación en esta nueva industria, don Ramón Pont Cos y don Casto Serino González como accionista.

  Los vecinos de Niebla deben de encontrarse jubiloso, antes una nueva industria como la proyectada, antes el nuevo rumbo que está tomando la economía española.

   José García Díaz.

 

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