sábado, 3 de febrero de 2018

La Junta Agrícola.

                       
                           

  El Jueves 20 de Noviembre de 1938.   Se constituye en este pueblo la Junta Agrícola Local.
    Para dar cumplimiento a lo ordenado por el Ministerio de Agricultura, se ha constituido en este pueblo la Junta citada anteriormente, bajo la presidencia de del alcalde, don Luís Benítez García.
    Quedando formada de la siguiente manera: en concepto de vicepresidente y como delegado local de Organización de Juveniles de Falange, don Guillermo López Ugena, y en concepto de vocales los agricultores, don Andrés Coronel Martín, don Fernando Carrasco Guzmán y don Cristóbal Avilés Vega.
    Actuando de secretario el de la Corporación municipal, don José María Camacho Carrasco.
     El acto de la constitución tuvo lugar en el salón de sesiones del Ayuntamiento, tomando posesión de sus respectivos cargos los citados señores.
     El señor Camacho, después de dar lectura al Decreto ordenando la Constitución del mencionado organismo, levantó acta confirmada por dichos componentes y el señor alcalde.
  De aquí vino lo que sería años después el germen de Junta Local Sindical de la Agropecuaria Hermandad de Labradores.
    La primera función de la citada Junta era la devolución de las tierras que fueron expropiadas por la Reforma Agraria a su antiguos propietario; en donde esta Reforma tuvo poca actividad en este pueblo. Pero debemos citar una incidencia ocurrida en los Montes Propio en el paraje conocidos como de los Llanos para transformar una zona de pinos en una de viñedo por el Ayuntamiento republicano, como se encuentra actualmente. Metida en Decreto de la Junta Nacional del año de 1936, pasaría de nuevo al Ayuntamiento para subastarla en el Boletín Oficial de La Provincia junto a las parcelas que les fueron expropiadas a los Izquierdista ya entrado los años 40.
   La función siguiente era corregir la grave situación en que se encuentra la actual agricultura nacional y poner el campo en cultivo de la forma más rápida y rentable posible; siendo además la encargada de gestionar la pequeña y mediana propiedad.

     Días después se contó en este pueblo con la visita de el Ingeniero Jefe, Alfonso Aramburu del Servicio Agronómico Provincial  acompañados de los Peritos locales señor Saiz y Castillo para la nueva ordenación forestal.
   Dando información de la nueva organización del Estado, ha emprendido una intensa campaña de repoblación forestal, que por todos conceptos es digna de mayor elogio.
    España es un país que por sus condiciones orográficas y altas mesetas, se presta a la creación de una gran riqueza forestal. Hace unos cuantos siglos era muy superior a la actual; las guerras, las ambición particular y el afán de roturar terrenos para ponerlos de cultivo, han sido los factores que más contribuyeron a este destrozo. Esto ha traído como consecuencia el que seamos tributarios al extranjero, teniendo que importar anualmente mucho millones de pesetas en maderas, pasta de papel y otros derivados.
      El mayor daño producido en este sentido, ha sido el abandono que el Estado y los municipios han tenido de sus bienes, representados casi siempre por bosques y dehesas, que una política caciquil ha sido adueñándose poco a poco de esos terrenos, lucrándose primeramente con el valor de los árboles y después venciendo o rendando a pequeños aparceros el terreno, para dedicarlos a cultivos que la mayoría de las veces son antieconómicos.
                                                           


           Otras veces ocurre que el bosque o dehesa se asienta en terrenos que no se adaptan al cultivo de la vid u olivo y sustituyen aquella riqueza por esta otra, fundando este cambio en los beneficiados que reporta y en el mayor número de jornales que se pueden emplear y remediar de este modo el paro en el campo.
    Esto estaría explicado en un país donde las tierras dedicadas al cultivo del cereal, viña y olivar, estuvieron explotadas de una manera racional o sea que dieran el máximo rendimiento y que la superficie dedicada a regadío aprovecharla una gran parte de la actualmente se pierde. Por desgracia no ocurre esto; la magníficas tierras calma de nuestra zona de la Campiña onubense  con una producción media de trece quintales métricos de trigo y dejando una tercera parte de la superficie de barbecho blanco, el viñedo con una producción de doce hectolitro de mosto por millar de cepas, demuestra que hay todavía mucho que hacer en este orden. El olivar de nuestra provincia comparado con el de Jaén o Sevilla, produce menos de la mitad; en estos dos últimos cultivos, es donde verdaderamente hay que efectuar arranques de cepas y de olivos.
    Cualquier iniciativa y mejora en estos cultivos, produciría bastante más que el descuaje de dehesas. En estos momentos el arrancar un alcornoque, es un crimen de lesa patria, es un árbol que sin intervención del hombre, rinde anualmente una cosecha de bellota y el aprovechamiento de sus pastos y cada ocho o   nueve años un producto de exportación al extranjero y casi exclusivo de nuestro país por lo que tiene el mercado asegurado.
      Cuando oigo argumentar las ventajas que proporciona el destrozo de una dehesa de esta naturaleza para parcelarla y repartirla entre los labradores necesitados del pueblo, me recuerda el mismo argumento que empleó cierto municipio que contaba entre sus edificios de magnifica casa señorial, de refinado gusto arquitectónico, toda ella de granito y que ocupaba un lugar céntrico de la población, que acordó derribarla para aprovechar sus sillares para producir adoquines para el pavimento de la calle y el solar para construir una vivienda moderna para sus empleados.
    El árbol cuya explotación fundamental no sea madera, debe de ser para el hombre un símbolo sagrado y ante de su arranque debe meditarlo durante diez año y que vez transcurrido este plazo, es estudiar despacio y detenidamente la conveniencia de su corta.

    Archivo de la Falange Provincial.

      López Ugena.     José García Díaz.

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