A.M.M.
En el día de ayer 10
de Febrero de 1922, y en el tren mixto de la tarde llegó a nuestra capital huelvana don
Joaquín Prieto, capellán segundo del regimiento de Borbón, número diez y siete,
hospitalizado en el Dokert de Melilla, que por enfermedad disfruta de licencia
para visitar a su familia, que actualmente reside en Huelva, el es natural de
Bonares.
Al enterarnos,
nuestro deseo como periodista es el de informar sobre la guerra, nos llevó a
visitar al valiente capellán, que ha presenciado y tomado parte en las más
importantes operaciones de la zona oriental.
Deseando conocer
interesantes pormenores sobre Monte Arruit, Tizna y otras importante
operaciones en que se halló el señor Prieto; más hemos de luchar con su natural
reserva.
Solo puedo
suscribir-- nos dijo-- lo que los periódicos llevan publicado, ya que
regularmente suelen hacerse reflejo de la vida de campaña, llena de
penalidades, como es natural.
----Sin embargo, sí
estuvo usted en el Monte Arruit, es este lugar que siempre ofrece algo que
contar...
-----Tiene usted razón; el simple recuerdo de ese nombre trae
a la mente de todo buen español una idea tristísima, que más tarde se convierte
en un amargo sentimiento de pena; a pesar de los seis meses que ha pasado del fatídico
desastre.
Cuando después de
tan duros trabajos recuperamos dicha posición, al entrar en ella contemplamos
el macabro espectáculo de un cementerio cuyos cadáveres estaban al descubierto.
Vimos unos dos
mil españoles muertos, algunos cruelmente mutilado. Los moros son muy amantes
de la riqueza, y al ver a unos de nuestros militares con sortijas no vacilan en
cortar el dedo con tal de quedarse con las joyas.
También en esta
posición descubrimos una casa que al parecer dedicaban los rebeldes a almacén
de cadáveres. Era un trise espectáculo,
porque fácilmente reconocimos a los nuestros. El sol africano, mejor que
corromper sus cuerpos, quiso disecarlos, y había algunos que parecían querer
exhalar un grito de indignación contra la cobardía y crueldad enemiga.
---¿ Y es verdad que
tardaron muchos días en dar sepultura a dichos muertos?
---Sí; tardaron
algunos días, porque eran muy numerosos; pero todo recibieron adecuadas
sepulturas en las zanjas que para este efecto abrieron nuestro soldados.
---- Y ahora ¿ cómo ha quedado aquella posición ?
--- Está bien acondicionadas; los moros, acaso arrepentidos
de sus salvajadas, nos no molestan para nada en aquel lugar, ya para nuestras
tropas es sacrosanto, porque consideran ingente sepulcro donde descansan los
restos de sus hermanos.
---¿ Y que cuenta usted de las demás operaciones ?
----Quisiera contar muchas cosas; pero ya he dicho a los periódicos
en esto han relatado ampliamente lo ocurrido, y son pocos los detalles que se
les pueden escapar.
---¿ Costó mucho la reconquista del monte Gurugú ?
----Se hizo con algunas dificultad que fácilmente allanaron
nuestras tropas cuya valentía es proverbial.
La columna del
general Sanjurgo fue la más hostilizada.
y de Nador ¿Qué
nos dice?
---- Allí solo fui testigo de gran barbaridad que los rifeños
cometen y que ya les he referido.
---¿ Y el espíritu de nuestro soldados ?
---Son buenas gentes, Rezan y se acuerdan de los santos de su
devoción al entrar y terminar las batallas. Los veo encomendarse al patrón de
su pueblo respectivos, con frecuencia, y raro es el que no lleva su medalla
colgada al cuello.
Terminamos nuestra
conversación y nos despedimos del señor Prieto, dándole las gracias por su
tiempo.
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Impresiones de un
viaje a Bonares. Por el corresponsal del diario "El Progreso" de Sevilla: Manuel García.
Siendo el 8 de Enero del año de 1921. Cuando en el día
de ayer efectué un viaje al alegre pueblo de Bonares. La Impresión que
experimenté al llegar, me hizo ensanchar el alma, pues por doquier veía
transitar hacia el campo, con sus aperos de labranza a los honrados y
trabajadores hijos del pueblo; los que con sus sanas costumbres y amor al
terruño, desconocen el vicio u holgazanería, habituados como están a regar con
su dolor sus fértiles y bien cuidadas tierras, exportando sus ricos y sazonados
frutos a la capital ,y pueblos vecinos hasta la cuenca minera.
Sus amplias y
hermosas calles dan la sensación de una población higiénica y urbanizada,
contando con una plaza de Abasto que ya quisieran contar poblaciones de más
importancia; lo que patentiza la buenas administración de sus dignas y celosas
autoridades.
Al frente de
éstas, encuéntrese el simpático y conocido jefe político don Ruiz Acevedo,
quién, no obstante no ser su pueblo natal, todos sus amores y esfuerzos los ha
dispuesto a disposición del mismo.
De sobra es conocido su entereza de carácter,
unido a su amable tacto y su simpatía.
Aún a trueque de
herir la modestia del señor Acevedo, me complazco en lanzar a la publicidad de
estos datos, poniendo este pueblo a la altura y a la importancia del peso que
tiene en la Comarca del Condado, para que sirvan de estímulo a los que aspiran
a llevar la política de un pueblo para
tan solo atender a su egoísmo y no, como el susodicho señor Ruiz de Acevedo que
lesionados sus intereses, de todo es bien sabido, tan solo atiende al bienestar
de los hijos de tan simpático pueblo.
José García Díaz.
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