sábado, 17 de julio de 2021

Bonariegos en Sidi--Ifni.

 

                                                             


  Parte de todo esto, llamada y conocida como la “guerra que no existió”, comenzó el 15 de agosto de 1957, cuando saltaba en la prensa la siguiente nota: ¿Marruecos ante una nueva amenaza? Designios soviéticos y soldados negros en las arenas del Sahara.

 Cuando en realidad, era el territorio español el que se encontraba amenazado, por donde en poco tiempo después, las arenas del Sahara iban ser de nuevo testigo trágico en la historia militar española, por donde jóvenes reclutas regarían con su sangre la citada tierra. Mientras tanto en este año marrueco se constituye en Reino.

Ifni era un territorio, controlado por pequeños sultanatos independientes que desde hace más de treinta años se peleaban a muerte entre ellos, sin molestar a los españoles que eran sólo observadores de tales acontecimientos.

                                                           



Domingo Martín Pérez, junto al Valverdeño, fiel testigo de los enfretamientos en las trincheras.

  Pero no fue hasta el viernes día 29 de noviembre, cuando la prensa española, se atreve a tocar por encima de la censura impuesta, el asunto de Sidi-Ifni, por orden del Generalísimo, cuando ya llevaba los españoles casi una semana a tiro limpio con los moros. De ahí el sobrenombre de la “Guerra Chiquita”, donde jóvenes bonariegos, quintos que después de pasar tres meses de instrucción en el campamento, se vieron embarcados con rumbo al África, para incorporarse con los que estaban prestando el servicio militar allí.

  En aquellos días el príncipe Muley Hassan, (para los amigos Hasan II), se había dirigido por la radio a su pueblo, refiriéndose que los sangrientos acontecimientos ocurrido en los últimos días en Ifni se debía a que los españoles habían provocado los ataques contra territorio marroquí. En donde la Aviación española arrojaron una bomba y dio muerte en la provincia de Agadir a dos mujeres, una burra y cinco cabras que no fueron vista por nadie.

  Lo más curioso de esta “guerra pequeñita” era que todos los prisioneros capturados por las fuerzas españolas. eran marroquí de Ifni y del Sahara español, en donde las armas intervenidas y las municiones eran de fabricación española, procedente del Ejército español y entregada a los moros que formaban las nuevas fuerzas armadas real de Hasan II tiempo antes, para que fuesen utilizada para mantener la seguridad en territorio marroquí. Este hecho ha formado una cruel y despiadada norma muy utilizada por los políticos españoles en toda su historia en el vecino Marruecos hasta nuestros días, que provocó la muerte de 300 soldados y 86 heridos, de hecho, de la vecina Niebla, murió un joven recluta que fue tiroteado cuando viajaba en un coche. La peor parte se la llevó la morería, que le costaron más de 8.000 muertos y cientos heridos.

  Relación de los nombres que formaron la quinta de Ifni, de los cuales la mayor parte participaron en los combates de esta pequeña guerra africana, que, durante seis meses, reclutas mal armados con fusiles máuser y demás materiales de los desechos y sobras de la guerra civil, combatieron a los moros.

                                                           



                                            El soldado Manuel Jesús Pérez Rodrigueza.

     Comenzamos con el señor  Bartolomé Camacho Martín, prestó servicio cómo auxiliar administrativo en el Cuartel de Intendencia de las Palmas de Gran Canaria, fiel testigo y receptor de multitud de regalos solidario aportado por el pueblo español para esta campaña militar, y que no pisaron jamás la tierras africanas, entre ellos un barril de vino añejo, aportado por la bodega vinatera de este pueblo de los Velo; cajas y cajas de embutidos, conservas etc. para terminar todas amontonadas y buscarle mejor camino que el de la tierra de los mahometanos.

  El señor Bartolomé, es el principal colaborador de esta página, prestando toda ayuda que ha sido posible por su parte.

 Soldado: Juan Asencio Coronel; Isidro Asencio García; José Borrero Vivas; Bartolomé Carrasco Camacho; José Luís Carrasco Conejo; Antonio Coronel Pérez; Juan Domínguez Díaz; Andrés Galán García; Luciano Pérez Camacho; Manuel Pérez García; Juan Pérez Bueno; Francisco Pérez Martín; Manuel Jesús Pérez Rodríguez; Antonio Ibáñez Gallardo; Lucas Romero Rodríguez; Manuel Romero Martín; Fidel  Velo Castillo; José María Velo Pérez; Juan María Vega Coronel; Eusebio Ramos Romero; Pascual Ramos, domiciliado en Madrid; Rufino Coronel Gómez; Juan el Taqueño, con domicilio en Sevilla; Juan Martín Martínez y Carmelo Martín Bot.

  José García Díaz.

 

 

 

 

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