martes, 6 de septiembre de 2016

El año de la Gripe.

                                                       
               
        Estaba a punto de llegar víspera de la feria de Niebla, pero por acuerdo de la Junta Local de Sanidad se ha confirmado por el Ayuntamiento, que se ha dispuesto suspender la renombrada feria de esta villa, que debía celebrarse los días primero, segundo y tercero del próximo mes de Noviembre, pero en vista del estado de alarma existente en el vecindario y en los pueblos vecinos por la aparición de la enfermedad de gripe reinante, que, aunque benigna ahora, se teme que se presentara con caracteres de gravedad provocada por la aglomeración de feriantes que de todas partes concurren a ella.
       Dicho acuerdo de sentido común se ha tomado siguiendo el ejemplo y desinterés de los Ayuntamientos de Gibraleón, Trigueros y Bonares, que han impedido también anular su feria y de su compromiso onomástico con su patrona Santa María Salomé por motivo de la salud pública.
      El importante acuerdo se ha comunicado al señor Inspector Provincial de Sanidad y como no al señor Gobernador Civil de la Provincia.
       También se ha trasladado de la resolución a los señores Alcaldes de la Palma, Villarrasas, Beas, Almonte, Bollullos, Rociana, Villalba del Alcor, San Juán del Puerto, Trigueros, Gibraleón, Moguer y Valverde del Camino.
        Se dispuso además clausurar los centros de enseñanza y preparar la desinfección de las casas a base de la cal viva y calles de la vecindad.
       La situación en Bonares, comienza a recibir los primeros casos de contagios los días 17 y 18 de Octubre, de este año de 1918, que marcaría la vida del pueblo, en el recuerdo de lo que fue "el año de la Gripe" por la que el señor Alcalde, don Serafín Ruiz Acevedo, que después de ser el jefe de los conservadores locales, tuvo la desgracia de presidir este maléfico tiempo.
          Dispuso el siguiente Bando en vista de lo que se estaba aproximando.
      El alcalde de este Ayuntamiento.
                Hago saber:
     Con el fin de combatir la gripe reinante se hace preciso la cooperación de todos los bonariegos, durante el cumplimiento más exacto de todas las disposiciones sanitarias establecidas en las Ordenanzas municipal.
    1º Queda terminante prohibido el barrido en seco lo mismo en la vía pública que en toda clase de locales y habitaciones.
   2º Se hace obligatorio a toda vecino barrer el frente de la vía pública correspondiente a la fachada de su casa, debiendo regar antes del barrido. Teniendo que estar estas operaciones terminadas antes de las nueve de la mañana.
       Rogando a los vecinos muy encarecidamente el riego con Zotal, Sanitas, lejía o cualquier otro desinfectante.
3º No podrá sacudirse esteras, ni alfombras en la vía pública, a ninguna hora.
4º  Se procederá diariamente a la limpieza de retretes, alcantarillas, corrales, establos, cuadras, etc, con disoluciones desinfectantes.
5º  Se recomiendas a los vecinos la limpieza diaria de sus habitaciones, depositando los despojo en sitio destinado a su desinsectación. Las cuadras, corrales, establos y demás locales se desocuparan de inmundicias cada tres días, cuando menos.
6º  Los dueños de fondas, posadas y casa de dormir darán parte diario de las personas que albergan, expresando si hay algún enfermo.
       Los contraventores de la prevenciones detalladas incurrirían en las sanciones que autoriza la Ley Municipal, las cuales se exigirán con todo rigor.
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          Resaltando la vida del Alcalde don Serafín Ruiz Acevedo, olvidado por el tiempo una mala costumbre de este pueblo muy dado al olvido de sus hijos más ilustres.
    Este gran propietario agrícola, era natural del vecino pueblo de Rociana del Condado, aparece en la vida de Bonares el día 28 de Diciembre de 1899, cuando tiene que contraer matrimonio con doña María González y Rodríguez, en la calle Rosal número doce de esta villa.
     El señor Secretario del Juzgado Municipal don Domingo Camacho Fernández y antes el Presbítero don Antonio Sánchez Florido, confirman la boda de los prometidos.
    Don Serafín Ruiz Acevedo, de 24 años de edad, hijo de Serafín Ruiz López y de doña María Josefa Acevedo Huelva de Rociana.
   Mientras que la novia María González y Rodríguez, tenía 28 años de edad hija de los ricos locales como era don Pedro González Rodríguez.
   En la boda se encontraba la mayor parte de los pudientes de Rociana, como los de Bonares.
       A partir del año de 1903 participa en la vida social de este pueblo ejerciendo como Juez de Paz, durante algunos años.
      Hasta Enero de 1910, donde pasa a la Alcaldía hasta el 17 de Marzo  del mismo año, una cosa normal en aquellos tiempos.
    Ya su hermano Francisco Ruiz Acevedo, ejercía en Bonares como médico cirujano, casado con la señora Dolores Carrasco Guzmán, viviendo en la Plaza de Alfonzo XIII, número tres.
     En 1917, el 19 de Septiembre, entra de nuevo en la Alcaldía participando en la inauguración del nuevo cementerio de San Rafael, testigo maldito de lo que pronto iba a suceder.
       Con las primeras defunciones de gripe, en el mes de Octubre de 1918 no fue, hasta el mes de Noviembre, conocido vulgarmente como el mes de los muertos, para que en el recuerdo antaño de los bonariegos quedara marcado por los años.
     Se decía que la muerte había abrasado la vida de sus habitantes, era diario tres , cuatro, o cinco cadáveres, pero lo más triste, era que se había cebado con los jóvenes de ambos sexos, fueron cerca de 180 personas, que para un pueblo pequeño, era una desgracia.
     Se contaba, que el pueblo olía a muerte, en aquellos días, entre el olor que desprendía las calles con el Zotal, y a desinfectante como la lejía y el formol, obligaba a la gente marchar por las calles, con pañuelos impregnado de esencia de eucalipto.
                                                              


      Con las primeras muertes, empieza a faltar los ataúdes de madera por no disponer de materia prima. Don Serafín dona los primero 50 quintales de pinos, de los más grande que tenía en el "Gabatón del Cuervo" a si como los gastos que supuso el corte y traslado por cuenta suya.
        La situación fue tan desastrosa, de que se tuvo que transportar los difuntos amortajados en simples escaleras, para dejarlos solo en la puerta del cementerio. Ya que por orden de la Alcaldía estaba prohibida la entrada a toda persona ajena al Campo Santo.
       Se improvisaron varias fosas comunes, para aliviar la dolorosa situación y enterrar la antes posible a los contaminados.
   La Farmacia de don Lázaro Soto, situada en la calle Esperanza, más arriba de la que era la casa tienda de Manolito Benito, no cerraba de noche. Se da a conocer lo que era la Aspirina, y los remedios eficaces como la limpieza de la boca, con agua oxigenada disuelta en agua.
      Pero lo más importante y eficaz era la fabricación por parte del hipoclorito sódico en lejía ordinaria.
      El Alcalde participó, junto con su hermano en la ayuda de los más necesitados, en la limpieza y tratamiento; y sobre todo en lo económico para que no le faltara de nada, sufragándolo de su bolsillo.
      Donó algunas maquinas sulfatadoras, para tratar las vivienda infectadas con baño de lejía. Junto de nuevo con la tala de más pinos.
      Corría en aquel momento desesperado y crítico, lo que fue denunciado como un singular bulo, como que el coñac y el aguardiente, era el antídoto más eficaz que había en aquel año para combatir la epidemia de gripe.
      Aparecía en las portadas de los diarios más influyentes, la situación se complicó de tal manera, que intervino las Autoridades Sanitarias para remediar la complicada maniobra publicitaria.
       Ya que en aquella época había un gran número de alcohólicos, que admitían esta droga como que era parte de la vida cotidiana.
      La fábrica local de aguardiente, de don Antonio Grueso y Delgado, tuvo que acelerar su destilación antes la fuerte demanda local, y de algunos vecinos pueblo.
    Lo más curioso que se supo tiempo después, que pocos alcohólicos fueron atacados del virus de la gripe en todos los casos de la Provincia. Pero esto fue censurado por las autoridades sanitarias.
   Don Serafín Acevedo permaneció como alcaldable hasta el 1 de Abril de 1922.
      Su hermano médico don Francisco Ruiz, falleció el 30 de Agosto de 1925 a la edad de 56 años, dejando una hija, Dolores Ruiz Guzmán.
      Mientras que don Serafín Ruiz Acevedo, falleció día 6 de Julio de 1928, dejando mujer y dos hijos mayores más dos menores.
     Todos los de mi edad, conocimos algunos de los hermanos como el caso del conocido "Pedro Serafín". Pero el Señor no quiso darle gracia alguna, del porte que distingia a su señor padre.
      Del trabajo laborioso de este Alcalde permaneció siembre  sólo en el recuerdo de los más humildes y en los pobres, se decían que era el propietario más generosos en los salarios de las campañas agrícolas, y en remediar el hambre de mucho.
    Hace pocos años. cuando se estaba derribando su vivienda, se mantenía colgado un pequeño cuadro, con el cristal medio roto, y en el fondo, lo que tenía que haber sido un bonito pergamino, donde apenas se podía distinguir la siguiente frase:

      El pueblo de Bonares,  a la gran labor de su Alcalde, cuando más lo necesitó al señor don:

            Serafín Ruiz Acevedo.
                                                        Bonares en Mayo de 1920.´
 José García Díaz.

       Fuentes del Secretariado del Juzgado Municipal de Bonares y del Archivo Histórico Provincial de Huelva.





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