Por Ramón Ortega, que he tenido el gusto de saludar y
acompañar en sus primeras investigaciones arqueológicas en nuestro pueblo, al
joven arqueólogo del Instituto Español de Prehistoria, perteneciente al Museo
Arqueológico Nacional, don Pedro Garrido Roig.
Actuando de
introductor con una fina carta el elegante y magnífico poeta onubense serrano,
ese querido y viejo amigo Jesús Asencio, le hemos atendido en cuanto ha sido
posible en el corto posible de tiempo que estuvo en esta, debido a la ausencia
del alcalde y conservador del Museo, en el que deseaba tomar algunos datos para
la orientación de la misión que trae encomendada para llamar la atención oficial
hacia las excavaciones en Niebla, las cuales se encuentran paralizadas desde el
fallecimiento da la ilustre arqueóloga inglesa, doña Elena M. Whisarw.
El señor Garrido
Roig visitó distintos sitios de los alrededores y al pie de las murallas para
hacer estudio sobre yacimientos arqueológicos en general y muy particular sobre
la época pre-´romana, tomando algunos datos con los que se mostraba muy animado
en cuanto a los vestigios que desean descubrir.
El distinguido
arqueólogo onubense, que acaba de dirigir unas excavaciones en Ampurias,
ofreció visitarnos de nuevo con más tiempo de nuevo en el próximo mes de
octubre y recoger aquellos datos más interesantes para poder llevar al ánimo de
las autoridades la necesidad de estas excavaciones que tanto pueden importar a
la arqueología nacional.
Ni decir tiene que
para todo cuanto afecte a su misión y particularmente, nos tiene a su
disposición, como así también entendemos lo estarán nuestras autoridades,
siempre prestas parea el mayor nombre y prestigio de nuestra histórica ciudad.
Destacamos también,
que su vista tiene que ver con el comienzo en breve con la reconstrucción parcial
de la Puerta de Sevilla, esperando que no sea de nuevo una verdadera decepción,
lo que, hasta la fecha de hoy se ha estado realizando.
O se reconstruye o
se deja como estaba en principio, pero poner parches aquí y allí sin ton ni
son, no debe permitirse de ninguna manera por el Conservador de las murallas ni
por las autoridades; se le está dando un aire nuevo, moderno a la entrada de la
misma que no va con la vetustez de la referida Puerta; las esquinas de la parte
deben ir exactamente igual a como estaban antes de su derrumbamiento; es decir,
construidas de grandes piedras que en ningún lugar cercano dejan de encontrarse
con gran porfusión y si estas piedras no existieran, deben construirse para
darle a dicha entrada el tono serio e histórico que corresponde. Para que esta
obra se lleva a efecto con la ortodoxia natural en esta clase de obras de interés
histórico.
En la semana
siguiente y gracia al interés que todos los hijos del pueblo han puesto para
que se lleve a cabo la reconstrucción de la iglesia parroquial que se encuentra
en ruina, van a dar comienzo en breve tiempo las obras proyectadas, quizá en
esta misma semana del 20 de septiembre de 1963.
La presenta postal es de marzo de 1970 de la editorial Everet. Se aprecia el carro de "Monolo el Tarritero" de Triguero. Del Archivo de Pepe el carnicero.
Las aportaciones que
se han conseguido, tanto con la ayuda del pueblo como por otros medios son
importantes y marcan un principio de reconstrucción muy halagüeño, ya que ello
será base para que cuantos estén interesados en que la histórica iglesia de
Santa María de la Granada se conserve, pongan a disposición de las autoridades
encargadas de las obras todo cuanto sea preciso y haga falta.
No creemos que nadie
regatee su óbolo para para estos trabajos y estamos seguros que entre los
interesados, se encontrará la Compañía de Río Tinto, que tanto interés ha
puesto siempre en las cosas de Niebla, no solo por los muchos trabajos que
viene desarrollando en esta, con excavaciones y extracción de piedras, sino por
la multitud de obreros de Niebla que tiene a su servicio y confían todos en que
la Compañía preste su ayuda decidida y material.
Felicitamos a
nuestro párroco, y a todas las autoridades por el tesón y energía que han
puesto en todo momento para conseguir la culminación de estos comienzos de la citada
obra, que tan lejos parecían encontrarse hace poco tiempo.
José García Díaz.