lunes, 18 de julio de 2016

Cuando la caló, era antigua.

     Del Diario de Córdova, del Viernes 6 de Septiembre de 1918.

                        Divulgaciones Ciéntificas

                        Las olas de calor y Polvo.
                                            
Dedicado a mi estimado amigo don Enrique Romero de Torres, por su agradecimiento en su labor a favor de su visita a Niebla y en pro de la inauguración de su museo.


     Con rara unanimidad, los partes telegráficos de toda España han comunicado que una inmensa oleada de calor ardiente y polvo había invadido días pasados a la inmensa mayoría de las poblaciones del Mediodía y Sur de España, llevando la temperatura a una graduación poco conocida.
        Generalmente no es frecuente, pero no imposible que se sucedan en España, esta clase de fenómenos meteorológicos.
      Aparte de que en tales sucesos intervinieron generalmente las grandes cantidades eléctricas acumuladas en la atmósfera, unidas al calor fiero del sol, es causa fundamental más admitida, hay que buscarla en los grandes desiertos africanos, especialmente en el terrible y desolado del Sáhara, de más de 6.ooo kilómetros de extensión, equivalente a los tercios de la superficie de Europa.
          Este gran desierto fue en la Edad Terciaria una inmensa selva, como el Mediterráneo; más tarde, quizá en la Era Cuaternaria, los cataclismos terrestre lo convirtieron en inmenso mar, y, tal vez, coincidiendo con el levantamiento de los Alpes, la creación de la Atlántica y la formación del Báltico y el Mediterráneo.
         Pues bien; en aquellas imponentes soledades de arena, son muy frecuentes los meteoros llamados siroco o simún, formados por inmensas trombas de de polvo, que ya transportarla de un lado a otro sobre la superficie montañosa o dunas arenosas, con una rapidez vertiginosa, o bien se elevan formando inmensas nubes de arenas, a tales alturas, que cubren y oscurecen el horizonte como en los grandes eclipses de sol.
       Este gran desierto al Sur de la cuenca del Mediterráneo, expuestos a rigores de un sol vertical, se calienta horriblemente, engendrándose corrientes de aire peligrosas en verano; elevándose el aire por encima de aquellas extensas y áridas llanuras con gran impetuosidad y dirigiéndose hacia el Norte para dar paso a las corrientes más frescas del Mediterráneo, lo cual, unido a las grandes acumulaciones eléctricas, son causas de las temperaturas secas y trombas terribles.
       La extensión que abarcan, a veces, estos temibles meteoros, suelen ser grandiosa, dejándose sentir en  la Guinea, el Egipto, Berbería, Arabia, Asiria, Italia, Inglaterra, Grecia, Prusia Meridional, Turquía y hasta en España, como ha sucedido ahora, con vientos sumamente cálidos, que arrastran torbellinos de polvo.
      Los camellos de las caravanas son los primeros en anunciar a los viajeros del Sahara el terrible fenómeno, dando quejidos de dolor y angustia, y corriendo presuroso a meter sus cabezas en los grupos de juncias y retamas de las dunas o en la tierra; las aves de los oasis se ocultan en las espesuras; las hienas y otros animales huyen de un lado a otro, refugiándose en las cuevas, y los árabes y beduinos del desierto tapan sus rostros y se tienden en el suelo para no aparecer asfixiados en aquellas atmósfera de fuego y de polvo, que se eleva desde la tierra al cielo; se retuerce con estridentes silbidos y envían sus nubes de arena a larga distancias.
      El polvo impalpable que el huracán arrastra se introduce por las narices, ojos, bocas y pulmones, produciendo la muerte en medio de una agonía lenta y terrible.
    Le acompaña un viento abrasador que quema hasta la carnes, impidiendo su putrefacción, y secando de tal modo las fauces y la boca que produce una sed devoradora.
     Con los efectos del sirocos son tan desastrosos que. según nos refiere la historia, sepultó al ejército de Cambices que se componía de 50.000 hombres, bajo una lluvia de arena y piedras, y en 1805 se quedaron bajo las dunas varias caravanas compuestas de más de dos mil personas y 18.00 camellos.
      A veces, durante la noche, el siroco se anuncia a los viajeros por medio de vibrantes sonidos, y como de clarines guerreros, en medio de un imponente y profundo silencio; sonidos que son producidos por el derrumbamiento y el choque de las arenas de las dunas, que causan miedo y zozobras en aquellas tristes soledades.
        Generalmente estas trombas y huracanes del Sáhara tienen una velocidad de cincuenta kilómetros por hora en su marcha diaria; pero llegan largas distancias y leguas dentro de los mares próximos, que han llegado a formar bancos, dunas e islas.
        Se refiere que en el año de 1870 un terrible ciclón, formado en las extremas llanuras del Sáhara, invadió a Inglaterra, envolviendo las islas británicas en una extensas nube de polvo. Y lo propio ha sucedido en otras ocasiones en Sicilia, Grecia, Italia y otros puntos.

             Cristóbal Jurado. Párroco de Niebla.

     El día 11 del mismo mes se publica en el diario Madrileño "El Sol". Para encontrarlo de nuevo en la Revista de Filosofía, Cultura y Educación.
   Donde resalta que este ilustrado cura, el día 21 de Mayo de este año, por medio de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras le han nombrado por unanimidad Académico de la Corporación  al citado don Cristóbal Jurado.













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miércoles, 13 de julio de 2016

El Museo de Niebla.

                                                 


                               El Martes día 15 de Mayo de 1917.
          Breve notas de un congresista que aplaude con justicia y sentimiento el valioso elemento de cultura lo que significa la creación de un museo.
      Allí escribió el señor Gobernador civil de Huelva en el álbum del citado Museo, cuando ayer tarde llegó a Niebla para asistir a la inauguración de él cargado de objeto arqueológicos, cerámicas antiguas y modernas y labores de la mujer; donado al pueblo por la ilustre dama inglesa, doña Elena de Whisaw.
    Y por donde repetimos todos acontecimientos del acto, formado por congresistas forasteros, las autoridades y personalidades del mismo pueblo, tanto liberales como conservadora, los miembros del Congreso de la Ciencia y muy especialmente la dama extranjera que ha dado una prueba de reconocido cariño a "Niebla, la bella y antigua Niebla", como cantaban los niños de las escuelas nacionales.
       Pero para nosotros, el día de ayer fue una gran sorpresa. la primera algo desagradable, porque equivocadamente nos apeamos todo el grupo en la estación de Sevilla a Niebla, mientras la comitiva nos estaba esperando en la de "Las Mallas", habiendo acudido el cura párroco acompañado de las autoridades, llevando consigo a la banda de música del pueblo vecino de Bonares. Se encontraban también presente los jóvenes miembros de la Sociedad Colombina, seguidos de los demás compañeros del Congreso de Huelva y Sevilla, que habían llegado anteriormente, sin faltar la mayoría de los vecinos de este pueblo, dispuesto a tributar un recibimiento ciertamente merecido.
     Pero hasta ese momento el accidente gracioso y simpático, nos obligó hacer el trayecto desde la estación al pueblo, asombrado al contemplar el bonito paisaje que nos encontramos, el singular color de las aguas del río Tinto, y como la belleza de los árboles frondosos que se extiende por ambas orillas.
       Cuando llegamos a la Puerta del Buey, fue todo una sorpresa, pues el tren había parado en la estación de Las Mallas, pero ningún de los empleados de esta compañía se percató de lo que estaba ocurriendo, por lo que cogieron algunos viajeros con destino a Huelva, y emprendieron su marcha.
   Por lo que la situación pasaba algo complicada, hasta que notaron nuestra esperada presencia, que fuimos recibidos con el compas de la banda de música, y de los aplausos de los asistente.
      Enseguida fuimos recibidos por la señora Elena Whishaw, que nos recibió con una fuente de higos y pasas, acompañada de una copita de aguardiente, y de vino del pueblo.
     Desde lo alto de la Puerta del Buey se divisa el pueblo con sus murallas, y la iglesia de San Martín que se encuentra en parte de pie, ofrece un espectáculo bastante sugestivo.
      Terminada la ceremonia, se dio acceso al público al Museo, procediéndose gradualmente a la inauguración, bendiciendo el edificio y la obra cultural que representa aquel, el virtuoso arcipreste de Huelva, don Miguel Muñoz, acompañado por el cura párroco de Niebla, don Cristóbal Jurado.
     El acto terminó con la banda de música tocando el himno a España y a Niebla, cantado por los numerosos niños y preciosas niñas de las Escuelas Nacionales, bajo la dirección del celoso maestro don José Muñoz.
       El cura párroco después dirigió unas palabras a sus feligreses, analizando la obra cultural que representa el Museo para un futuro y dando las gracias a todos los congresistas por nuestra asistencia al acto.
        Seguidamente habló el señor alcalde Buenaventuras Rivas, quien su sentidas frases, expresó la gratitud del pueblo hacia la persona de doña Elena Whishaw por su generosa donación, y a todos los asistente al acto.
        El congresista don Eduardo Díaz, habló de los beneficios que reportaría al pueblo el conocimiento de sus monumentos arqueológicos, y don Manuel Chávez hijo del gran cronista sevillano, y sobrino del gran Nogales, en nombre de los congresista, dio las gracias al pueblo de Niebla encomiendo su hospitalidad y las atenciones que para con ellos habían recibido.
    Acto seguido visitamos los congresista la iglesia de San Martín y otros monumentos.
        El Gobernador civil señor Mesa de la Peña, a quien también expreso nuestro agradecimiento por las atenciones que tuvo para nosotros, llegó a la cinco de la tarde, acompañado del Director de la Primera Enseñanza, señor Hoyo Villanueva, que regresaba de Huelva a Sevilla, siendo recibido por las autoridades, los congresista y el pueblo en masa con la banda de música a la cabeza.
       Muchos compañeros marcharon a Sevilla en dicho tren, con el objeto de seguir hasta Madrid, quedando en Niebla solo nosotros, pudiendo recoger las impresiones del señor Gobernador el señor Mesa de la Peña, quién expresó su satisfacción y sorpresa, idéntica a las que experimentamos por la bellezas que encierra este pueblo monumental y por las impresiones del Museo donado por la señora de Whishaw, del que no tenía de él, la más remota idea.
      En el último tren de la tarde, marcharnos a Sevilla, llevando el más grato recuerdo de nuestra excursión a la histórica ciudad.
    
            Un congresista madrileño.

     

sábado, 9 de julio de 2016

Científicos franceses en Niebla.

                                                         
De la revista La Esfera de noviembre de 1916.
                          
          Una misión científica en Niebla, el sábado día 2 de Diciembre de 1916.
       Enterada la opinión pública por la prensa de la llegada de los ilustres viajeros de la vecina república francesa en el tren correo de Río Tinto de hoy, se organizó a toda prisa un modesto homenaje por los alumnos de la Escuela de Arqueología Anglo-Española de esta. Los jóvenes de las clases de inglés y francés acudieron con sus profesores, Mis Curby, secretaria de la escuela y varios alumnos de la sesión obrera, a la estación de las Mallas.
      Al entrar el tren de Río Tinto, los alumnos de ambos sexos se agruparon al rededor de su directora, la señora de Whishaw, para recibir a los señores de la misión, a quienes les acompañaban don Carlos Balmón de la compañía minera de Río Tinto.
      En la sala de descanso de la estación, se le obsequió con café y dulce típico de la tierra.
     Durante la merienda, la guapa niña Manolita Barrera, hija del digno secretario de este Ayuntamiento don Pedro, ofreció a la Misión un tarrito de la famosa miel de Niebla, entregándole a la vez el mensaje siguiente, correctamente redactado en francés:
    "Señores: En los tiempos más remotos de la historia de nuestra bella provincia, los autores clásicos hablaban de la rica miel producida por los métodos clásicos de los agricultores de Tartesos. Nosotros, los jóvenes de Niebla, nos atrevemos a ofreceros una pequeña muestra de la miel de Niebla hoy, deseando demostrar que ni las abejas, ni los agricultores de la provincia de Huelva, han olvidado la tradición de esta antiquísima industria, parienta muy cerca de nosotros.
       Y con nuestra miel, reciban, señores, la expresión de nuestra profunda simpatía por nuestras sufridas hermanas de Francia, la mártir y heroica y de nuestra plegarias por la paz próxima y la nueva era de felicidad y prosperidad".
     Mr. Lallemand, muy complacido, aceptó la ofrenda en nombre de sus compañeros, acariciando con cariño a la pequeñita.
    El maestro panadero don Desiderio de la Fuente, brindó a los comisionados un pan grande de los conocidos por "francés", envuelto en un papel de los de colores nacionales de la bandera francesa, para comerlo--según dijo- a la par de la miel.
      La señora Elena de Whisaw presentó a los miembros de la Misión, la labor desarrollada en la restauración de dicha villa de Niebla. Así como el albañil Luís Estaban García, hizo votos por la victoria de Francia, en  la lucha heroica por el derecho y la libertad de la vieja Europa.
    Los distinguidos viajeros agradecieron profundamente las palabras del honrado obrero, estrechándole todos la mano.
       A la llegada del expreso de Sevilla, los señores invitados, firmaron en el álbum de la Escuela Arqueológica, despidiéndose de todos y manifestando que nunca olvidarían su breve estancia en Niebla, de su importante murallas y torreones, ni de la curiosa recepción tan simpática como original que habían hallado allí.
    Al arrancar el tren, los asistentes empezaron a dar vivas a Francia que fueron contestados por los señores de la Misión con otro a España.

     El corresponsal de Niebla.

  José García Díaz.

    

jueves, 7 de julio de 2016

Crónica negra en este pueblo.

                                  
Llanos del Pilar donde pelearon los hermanos Díaz Pancho.

                  Día 23 de Febrero del año de 1916.
                          En el Diario de Huelva.
          Ayer por la mañana se desarrolló  en la estación de Sevilla de Niebla un sangriento suceso, en la que un hombre resultó herido de un tiro.
    En el citado lugar se encontraban dos individuos de oficio carreros, discutiendo por asuntos del trabajo. Cuando uno de ellos empuñando un revólver disparó contra su adversario, haciendo blanco el proyectil.
    El herido se trasladó en un tren a Huelva, ingresando en la Casa de Socorro, donde le asistió el médico señor Gil, de una herida producida por arma de fuego. con orificio de entrada en la región lateral derecha del cuello, hallándose el proyectil alojado en la región posterior del mismo; cuya lesión fue calificada de pronóstico menos graves.
      El herido que se llama Manuel Lozano Toscano, de 39 años después de asistido se trasladó a su domicilio en la carretera de Gibraleón.
   Mientras el responsable de los disparos es el vecino de Bonares, llamado José Fernández Limón, apodado "Joselito El Tuerto", que tiene la citada estación como su centro de trabajo.
    Del suceso se ofició al señor Juez de Instrucción que pasó a su detención y ingreso a la cárcel.
     El día 6 de Junio de 1916, según el parte de ayer del servicio de prensa del Gobierno civil, donde nos cuenta que en la madrugada del  Jueves día 5, siendo las 6 treinta de la mañana dos jóvenes de este pueblo llamado Alfonzo Velo García y José Molín Carrasco, de 21 y 20 años respectivamente.
     Los hechos tuvieron el resultado motivado por la discusión de  asuntos de un amorío con una moza de este pueblo, que no faltaron ataque de celos por partes de los dos chavales, que motivaron el resultado que el Molín Carrasco cayó al suelo con dos heridas de balas de revólver y una de las cuales en el brazo y la otra en el estómago cuyo pronóstico es grave.
      Se da el caso de que el joven Alfonzo Velo García, había participado de testigo días atrás en el Juzgado de Instrucción de Moguer. Por los hechos ocurrido el año anterior el Lunes día 11 de Enero, donde citamos lo siguiente:
           Cuando el sábado pasado sobre las cinco de la tarde, ocurrió en la estación de la línea de M. Z. A., en Niebla, un desgraciado accidente.
         Al ponerse en marcha el tren, quiso subir a uno de los coches el vecino de Bonares, Francisco Domínguez Martín, que había ido, con otras personas a despedir a los mozos que venía a incorporarse a la Caja de Reclutamiento.
   Para participar en el sorteo de los 17 quintos bonariegos que iban como destino el África, celebrándose en la plaza de toro ese mismo día.
       El citado Francisco Domínguez  tuvo la desgracia de caer a tierra, pasándole por encima varios vagones y sufriendo una grave herida en la pierna derecha.
      Hasta ayer no fue trasladado a Huelva ingresando en el Hospital en un estado decaimiento bastante grande.
   Del Gobierno civil de esta provincia, citando el parte de servicio para la prensa del día 8 se Septiembre de este año  de 1916.
    Sobre un suceso sangriento que en la villa de Bonares se ha desarrollado, por ser los protagonistas vecinos muy conocidos, ha causado mucha impresión y disgusto en aquel vecindario.
   Según la referencia oficial redactada, por la guardia civil del citado pueblo, se desarrolló de la siguiente manera.
    Entre los hermanos Antonio y Vicente Díaz Pancho, existían hondas diferencia motivadas por asuntos de familia de cara como se repartió una herencia.
   A tanto llegó el malestar entre ambos hermano que, en una discusión que sostuvieron hace dos días, como no se pusieron de acuerdo, se agredieron con las manos.
      Para evitar que la cuestión no tuviera un trágico desenlace, intervino un cuñado de los hermanos Díaz Pancho, un joven de 23 años llamado Juan Beltrán Márquez, con tan mala fortuna que el Antonio, ciego de un ataque de locura, cogiendo un cuchillo, le asestó dos terribles puñaladas en el pecho, haciéndole caer a tierra entre  un charco de sangre.
       El criminal, una vez cometido su delito, se presentó en la casa del Juez municipal, don Agustín Acevedo, haciéndole entrega del arma para ser ingresado enseguida en la cárcel.
      El herido fue curado por el médico titular de esta villa, calificando el estado del herido de extrema gravedad.

   José García Díaz.
      




miércoles, 6 de julio de 2016

Un recuerdo de Niebla.

                                                     


           En este año de 1916 y con fecha del Viernes día 12 de Febrero, y a través del diario  "La Provincia" resaltamos esta noticia donde aparece por primera vez el nombre de Mis Elena Whishaw.
    Con gran júbilo ha sido acogido la población de Niebla, la noticia de la próxima visita de los reyes a esta histórica villa. ya que el proyecto de regalarle por suscripción popular un álbum con magnificas fotografías de la belleza arqueológicas de Niebla.
       Para agasajar a los soberanos, organizamos excursiones a la torre romana restaurada por la citada señora inglesa, y a las murallas ciclópeas descubiertas de los tiempos del rey Argoantonio, cuyo pies está el puerto ibérico donde anclaron las naves del Rey de Salomón cuando vinieron por estaño, para la fabricación de los grandísimos templo de Jerusalén en las regiones de Tharsis.
    El diario "La Provincia" con fecha del Martes día 27 de Junio de este año, nos cuentan, que han recibido la segunda nota de prensa para su publicación de parte de la Sra. Elena Whishaw donde nos pone en conocimiento para los aficionados de la Historia, de lo que es el magnífico torreón romano conocido por el nombre de "La Torre del Buey", junto a la puerta del mismo nombre en las murallas de Niebla, se encuentra ya puesto en condiciones de seguridad, encontrándose habilitado por dentro para que pueda ser visitado por todos las aficionados al arte y la arqueología.
       En atención de su trabajo, dicha señora manifiesta que por tener su nacionalidad inglesa, no ha visto reparo por parte de las autoridades el derecho de habitar la citada Torre del Buey por el tiempo que estime oportuno, así mismo permitiéndole las obras que crean necesaria para su restauración en tan importante monumento histórico.
      La distinguida dama nos expresa la manera de hacernos constar su gratitud por las infinitas atenciones que recibe diariamente por parte de las autoridades locales y del todo el pueblo de Niebla. Así de los elementos intelectuales de la provincia de Huelva, que está profundamente impresionada por la citada labor de restauración.

                 Niebla. Junio de 1916.





lunes, 27 de junio de 2016

Una de brujería.

               
                                                    

                    El 11 de Octubre de este año de 1914.

                Con el título de Nigromancia y Brugería.
          Una mujer pierde unos billetes y busca una adivinadora.--El muñeco portentoso.-- La víctima de una imbecilidad protesta y no la oyen.-- ¿Pero cuando la cultura en España llegará a imponerse.


        En el vecino pueblo de San Juan del Puerto desde hace unos días, es el tema de todas las conversaciones y la comidilla de las comadres de barrio, un suceso extraño que demuestra la imbecilidad humana y del cual está siendo víctima una persona honrada a quién no se le imputa.
        El caso es peregrino y merece ser relatado.
      Una mujer de cierta calle se pone un día a sacar ropa de su cómoda o arca, y con la ropa saca un canuto de la licencia militar de su marido, en cuyo artefacto guardaba doscientas cincuenta pesetas en billetes del Banco.
    Una niña de corta edad que está en la casa, coge el canuto, en un momento de distracción de su dueña, lo abre y saca los "papelitos" y los tiras no sabe dónde. Después aparece un billete de cien pesetas en el corral. La pregunta a la niña ha echado los otros y le dice que un hombre que pasó por la calle cogió uno, pero no sabe decir que hombre es, y que viene lo peregrino del caso.
       La mujer perjudicada, en vista de la declaración de la niña, no encuentra otro medio más sencillo, para averiguar qué hombre es el que ha cogido el dinero, que tomar el tren a marchar  hacia Huelva a ver una !adivinadora! a quien conocía.
       La bruja Sibila le pregunta quienes y como son sus conocidos y la gente extraña a la vecindad que frecuenta la calle, y entre estas personas aparece el nombre de una que a diario va a aquellos sitios para hablar con su novia.
       Entonces la bruja, hace varias operaciones con las cartas y cuando termina las nigromancias experiencias, anuncia haber adivinado (! cómo no!) la persona que tiene el dinero, pero como lista como todos las arpías que se dedican a cazar tontos, no da el nombre de la persona, si no que saca un  muñeco y le dice a la mujer en tono enigmático que los billetes se hallan en poder de quien se parezca a aquel muñeco.
        Por coincidencia singular, la embaucada creer ver entre el fantoche y la persona aludida y, ¿para qué más prueba?. Se viene a su casa y le acusa pública y privadamente de poseer el dinero extraviado, resultando ser el vecino Antonio Moreno Díaz, apodado el " Niño María" natural de la villa próxima de Bonares.
        La víctima, al verse injuriada, calumniada tan sin fundamento, recurre a la justicia, pero no encuentra un testigo, a pesar de serlo las mismas ante quienes la mujer le ha acusado, con todo lo cual se da el insólito caso de que en pleno siglo veinte, por una adivinadora viva y una mujer idiota, esté manchada y entredicho la reputación de un hombre honrado.
       Parece increíble que tales cosas ocurran en países civilizados y más increíble todavía que se permita que ese grupo de saludadores, brujas, adivinadores, etc. que constituyen cientos por todas las capitales españolas, son en realidad una vergüenza de un país que se considera culto.

  José García Díaz.
  
















jueves, 23 de junio de 2016

Nueva excursión a Niebla,

                                                            
 Niebla 2 de Noviembre de 1926.

        De maravillosa puede calificarse el acto del Viernes día 20 de  Junio de 1915 en la larga historia de la Villa de Niebla, organizada por el párroco, don Cristóbal Jurado, y que dejará recuerdos bonito en los habitantes de este pueblo.
         Este día empezó con la entrada en la parroquia de la hermosa y artística imagen del Corazón de Jesús, que la Marquesa de Domech, doña Carmen Villavicencio había regalado a la misma.
          En un tren especial, cedido por la compañía de Río- Tinto, llegaron por la mañana, las autoridades de Huelva invitadas al acto, don Eduardo Rivadulla, Gobernador Civil de la Provincia, Presidente de la Audiencia don Fernando Morales F. de Rodas, el Delegado de Hacienda, don Luís Cos -Gayón, el Ingeniero del Puerto don Francisco Montenegro, don José Marchena Colombo, Presidente de la Sociedad Colombina Onubense, el Fiscal de su Majestad, don Bernardo Cos --Gayón, el Comandante de Marina de Ayamonte, don Enrique López, el Director de la Escuela de Bellas Artes, el gran pintor, Don Eugenio Hermoso, el distinguido Representante Oficial de la Compañía de Tharsis, don José Domínguez, el ex- diputado provincial, don José Domínguez, el ex diputado provincial, don José García León, el profesor de filosofía del Instituto, don Félix Andols, el abogado don Guillermo García, el popular fotógrafo don Diego Calle, el representante de la Compañía de Alcalí don Guillermo Duclós, el Arquitecto Municipal de Huelva, don Gonzalo Aguado y don Ramón Peris redactor del "Diario de Huelva".
          En representación del clero de la capital venían en el mismo tren especial, el capellán del Santo Angel, don Sebastián Gómez y  el profesor de religión de la Escuela Normal, don José Sánchez del Campo.
        De los pueblos del Condado llegaron los párrocos de Villarrasa, de San Juan, de Lucena y de La Palma.
       Repique de campanas y fuego de artificios anunciaron al pueblo la llegadas de las autoridades provinciales y el clero, a las cuales esperaban el alcalde del pueblo don José Manuel Pacheco, el cura organizador de la fiesta don Cristóbal Jurado, el Juez Municipal don Agustín Alés, el médico titular don Casiano López, el secretario del Ayuntamiento don Pedro Barrera, y el propietario don José J. Ortega dándole la bienvenida.
    Los distinguidos visitantes se dedicaron a ver los antiguos monumentos de la Sibla morisca, admirando el Museo parroquial, coleccionado por el señor Cura párroco, el Alcázar señorial y las colecciones sobre la prehistoria de los señores Buenaventura Rivas y Jurado.
    En casa de Teodoro Ibáñez, por  encargo de don Serafín López, propietario de la Cervecería de Viena de Huelva, fueron obsequiado con vino y aperitivos, en el sitio llamado el Gurugú, preciosa las vistas de las alamedas del Tinto, y desde la cual se dominan unas panorámicas bellísimas, para marcharnos a la casa  de doña Consuelo del Real. En donde se celebró el banquete que el señor cura obsequiabas a las autoridades e invitados.
          El comedor situado en un hermoso sitio, estaba adornado con gustos exquisito por ramos de flores, preparado para el  almuerzo.
        Todo el tiempo que duró el banquete, estuvo amenizado con bastante acierto por piezas escogidas por la banda de música de Bonares.
       Terminó el acto con un saludo del señor Cura Párroco al señor Gobernador, a las autoridades e invitados forasteros, que fue contestada con un breve discurso, elocuente y cariñoso por el señor Gobernador, ensalzando el acto de fraternal democracia el Representante de Tharsis, don José Domínguez López y oyéndose vivas y aplausos.
       Por la tarde se celebró la entrada triunfal de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que resultó solemnísima y emocionante. Numerosos estandartes y banderas acompañaban la comitiva. Las calles se hallaban engalanadas con vistosas colgaduras y tapizadas de yerbas olorosas. Los párrocos ostentaban capas pluviales blancas, dando al cuadro un aspecto catedralicio, yendo, precedidos de un simpecado bordado en oro de la adoración Nocturna.
    En magníficas andas adornadas de flores iban los patronos del pueblo San Walabonso y Santa María, únicos santos mártires de la Provincia de Huelva y la patrona Nuestra Señora del Pino. Numerosas niñas vestidas de blanco como cándidas palomas, llevando en sus manos velas y ramos de flores. Al frente del lujoso cortejo marchaba la guardia civil a caballo de Trigueros y cerraban la vistosa procesión el señor cura, don Cristóbal Jurado, que llevaba el traje de Capellán de Honor de su Majestad y lucía numerosas medallas de Academias científicas y literarias y otros premios de oro, conseguidos en sus lides históricas, llevando a sus lados al ilustrísimo Gobernador civil y al señor Presidente de la Audiencia, seguidos de las autoridades locales e invitados.
             La banda de música de Bonares tocaban marchas solemnes.
       El momento de descubrir y bendecir la imagen, que se hallaba depositada en la Puerta romana, llamada la del Socorro, convertida en improvisada capilla, fue de profunda emoción. Las salvas de fuego artificiales alternaban con los vivas fervorosos. Los bronces con sus argentinos ecos parecían los heraldos de la victoria y del triunfo.
       Concluidas las solemnes fiestas religiosas de las que se tomaron varias instantáneas por los distinguidos fotógrafos, don Diego Calle y el señor Garrido y por el invitado don Guillermo Duclós, se organizó la despedida del señor Gobernador civil, autoridades y demás invitados de Huelva.
        Procedía la guardia civil de a caballo y a continuación el señor Gobernador, presidente de la Audiencia y demás excursionista, acompañados de las autoridades locales, del pueblo en masa, que  no cesaba de vitorear a todos, y de la banda de música de Bonares, tan bien dirigida por don Fernando de  Vega "El Vicano".
        Al partir el tren se dieron vivas entusiastas a todos los señores de la capital, a Huelva y a Niebla, dejándose oir los acordes de la marcha real.
 
             C. J.