lunes, 27 de junio de 2016

Una de brujería.

               
                                                    

                    El 11 de Octubre de este año de 1914.

                Con el título de Nigromancia y Brugería.
          Una mujer pierde unos billetes y busca una adivinadora.--El muñeco portentoso.-- La víctima de una imbecilidad protesta y no la oyen.-- ¿Pero cuando la cultura en España llegará a imponerse.


        En el vecino pueblo de San Juan del Puerto desde hace unos días, es el tema de todas las conversaciones y la comidilla de las comadres de barrio, un suceso extraño que demuestra la imbecilidad humana y del cual está siendo víctima una persona honrada a quién no se le imputa.
        El caso es peregrino y merece ser relatado.
      Una mujer de cierta calle se pone un día a sacar ropa de su cómoda o arca, y con la ropa saca un canuto de la licencia militar de su marido, en cuyo artefacto guardaba doscientas cincuenta pesetas en billetes del Banco.
    Una niña de corta edad que está en la casa, coge el canuto, en un momento de distracción de su dueña, lo abre y saca los "papelitos" y los tiras no sabe dónde. Después aparece un billete de cien pesetas en el corral. La pregunta a la niña ha echado los otros y le dice que un hombre que pasó por la calle cogió uno, pero no sabe decir que hombre es, y que viene lo peregrino del caso.
       La mujer perjudicada, en vista de la declaración de la niña, no encuentra otro medio más sencillo, para averiguar qué hombre es el que ha cogido el dinero, que tomar el tren a marchar  hacia Huelva a ver una !adivinadora! a quien conocía.
       La bruja Sibila le pregunta quienes y como son sus conocidos y la gente extraña a la vecindad que frecuenta la calle, y entre estas personas aparece el nombre de una que a diario va a aquellos sitios para hablar con su novia.
       Entonces la bruja, hace varias operaciones con las cartas y cuando termina las nigromancias experiencias, anuncia haber adivinado (! cómo no!) la persona que tiene el dinero, pero como lista como todos las arpías que se dedican a cazar tontos, no da el nombre de la persona, si no que saca un  muñeco y le dice a la mujer en tono enigmático que los billetes se hallan en poder de quien se parezca a aquel muñeco.
        Por coincidencia singular, la embaucada creer ver entre el fantoche y la persona aludida y, ¿para qué más prueba?. Se viene a su casa y le acusa pública y privadamente de poseer el dinero extraviado, resultando ser el vecino Antonio Moreno Díaz, apodado el " Niño María" natural de la villa próxima de Bonares.
        La víctima, al verse injuriada, calumniada tan sin fundamento, recurre a la justicia, pero no encuentra un testigo, a pesar de serlo las mismas ante quienes la mujer le ha acusado, con todo lo cual se da el insólito caso de que en pleno siglo veinte, por una adivinadora viva y una mujer idiota, esté manchada y entredicho la reputación de un hombre honrado.
       Parece increíble que tales cosas ocurran en países civilizados y más increíble todavía que se permita que ese grupo de saludadores, brujas, adivinadores, etc. que constituyen cientos por todas las capitales españolas, son en realidad una vergüenza de un país que se considera culto.

  José García Díaz.
  
















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