martes, 7 de junio de 2016

Un castigo sobre las rocianeras.

                                                  

                    En el día de ayer 26 de mayo de 1914.
      Se ha cometido un crimen en la villa de Rociana del Condado, que ha causado mucha impresión y objeto de grandes comentarios  de todas las clases.
     La forma en que se cometió, así como los móviles que impulsaron al criminal a cometer el delito, se ignoran de momento porque está cargado de cierto misterio personales.
     A las 2 horas próximamente de la tarde del lunes , los vecinos de la calle Cabrera, se vieron sorprendidos por una fuerte detonación que partía de una calleja inmediata y dirigiéndose a ella, vieron que una mujer se hallaba tendida en el suelo, sin dar señales de vida y que un individuo, al que reconocieron, se daba a la fuga, lanzándose a través del campo.
      Inmediatamente, mientras unos se disponía de a prestar auxilio a la victima por si aún vivía, otros marcharon a dar aviso a las autoridades.
         A poco rato se personaron en el lugar del crimen, el Juzgado  municipal y una pareja de la guardia civil.
       En vista de que la víctima era ya cadáver, el Juzgado ordenó su levantamiento y la benemérita salió en persecución del criminal, que como se ha dicho anteriormente, se había marchado al campo.
        La benemérita, siguiendo los pasos del criminal, llegó hasta Bollullos del Condado, donde manifestaron personas que lo vieron, que en el coche correo, había marchado a La Palma.
      Con objeto de que el criminal no pudiese tomar el tren y evadirse, los guardias apresuraron la marcha, llegando a La Palma y poniendo en conocimiento de las autoridades de ésta lo ocurrido.
       Pero el criminal, se había presentado ya al señor Juez de Instrucción del partido, a quien confesó su delito y se encontraba en la cárcel.
       Llamase el autor del asesinato, Antonio Muñoz Medina apodado el Cojo Chaleco, de 35 años, y era compadre de la víctima.  Para cometer este grave delito, hizo uso de una pistola, la cual se encuentra en poder del Juzgado.
       La víctima se llamaba Andrea Díaz Martínez, se encontraba casada con hijos y contaba con 38 años de edad. El crimen ha causado mucha impresión en todo Rociana, por ignorarse del todo las causas y por las circunstancia de ser el agresor amigo de la víctima y de existir entre ellos cierta intimidad.
      Pero es que en el pueblo de Rociana, el diablo a tocado a las mujeres rocianeras de muy malas ganas.
      Ya que tres días antes se desarrolló otro grave sangriento suceso, comentado bastante por aquellos vecinos que no ganan para disgustos.
       Por cosa que de momento se ignoran, surgió una disputa entre los esposos José Valladolid Almansa y Antonia Rojas Orihuela, en la que también participó, una hermana de esta llamada Manuela.
         El marido, para poner término el problema lo más pronto posible, cogió una hacha y la emprendió a golpes con su esposa y con su cuñada, dándose a la fuga al notar que estaba heridas y antes el temor de que a las voces que daban las mujeres demandando socorro, acudieran los vecinos.
       Cuando estos llegaron salieron en busca de un médico y de las autoridades, personándose a poco el titular don Claudio Acosta, quien le prestó toda asistencia.
       Antonia Rojas tenía roto el brazo izquierdo y Manuela presentaba una herida cortante en la mano derecha.
        El estado de ambas fue calificado de menos graves.
         La guardia civil salió en persecución del agresor, capturándole y conduciéndole a la cárcel, donde quedó a disposición del Juzgado de instrucción a quien se hizo también la entrega del citado hacha.
   
                                  José García Díaz.

La fuente del diario La Provincia y del Liberal de Sevilla.

     
     


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